Suplemento FINDE La tecnología ya es parte de nuestra vida cotidiana. Hoy los adultos sabemos que hubo un mundo anterior sin celulares, Instagram ni juegos online pero los niños y los adolescentes sólo conocen un tiempo donde las relaciones son virtuales y los amigos se encuentran en aplicaciones de mensajería. La licenciada en Psicología Cecilia García Iglesias analiza la cuestión e invita a repensar el rol de los adultos.
Hubo un tiempo en donde no existían celulares, las computadoras se veían sólo en películas y la red de redes era nada más, y nada menos, que un sistema de comunicación de emergencia creado por los Estados Unidos en la Guerra Fría y sobre lo que casi nadie, por no decir practimente nadie, sabía cómo funcionaba. La tecnología que veíamos era algo del futuro y eso estaba tan lejos de nosotros que mas de uno pensó que el año 2000 nos encontraría surcando los cielos en naves espaciales. Claro que eso no sucedió pero lo que si llegó, junto con la adultez, fue el uso cotidiano de la tecnología. Computadoras, celulares, redes sociales y mensajería instantánea que los niños y los adolescentes utilizan con un desenvolvimiento y una rapidez que asombran. Lo cual es positivo pero a la vez negativo.
Para la licenciada en Psicología Cecilia García Iglesias, MP 35.628 , "la tecnología ya es parte de nuestra vida. Llegó hace un tiempo y fue para quedarse. Los adultos pudimos ir viendo como a entrado gradualmente, tenemos ese registro de cómo era la vida previa a la tecnología, al celular, a toda la cuestión digital. Entonces para nosotros fue distinto, lo pudimos ir viendo y todavía tenemos esa noción de cómo era antes pese a que está tan naturalizado".
"Hasta a veces con cierta añoranza de otros tiempos y de por ahí hasta menos riesgos por no tener esta cosa tan inmediata y tan incontrolable que es en algún modo la tecnología" se explaya.
Mientras que "los adolescentes ya nacieron en esta época donde el celular ya está incorporado, ya habían redes sociales y la virtualidad circulaba en nuestra vidas. Entonces para ellos, eso de mandar cartas o de llamar a un teléfono fijo, de no saber del otro inmediatamente porque es algo muy instalado en la tecnología, es algo que desconocen".
La tecnología y el rol de los padres
"Como padres y como adultos hay que entenderlos" dice con respecto al rol que hay que tomar ante el uso y el abuso de los dispositivos. "No enojarse con ellos. Intentar entenderlos ya que ellos lo viven natural, forma parte de sus vidas, son sus aliados, es su refugio muchas veces el celular y las redes. Es un modo de comunicarse, de hacer sociales. Es la nueva era y lo que sucede pese a que nosotros un poco estamos pero a la vez no llegamos del todo a comprenderlo"
"En relación con los niños, adolescentes y preadolescentes, tenemos que tratar siempre de estar atentos porque lo que produce el uso de celulares y redes sociales es que hay un limite donde nosotros no llegamos. No podemos estar en cada minuto y en cada momento en que están chateando. Un poco también es parte de su intimidad pero no podemos mantenernos el margen. Tenemos que estar atentos, involucrarnos, relacionarnos con ellos y va más allá de la edad porque esto comienza desde chiquitos cuando apenas empiezan a socializar" explica y destaca que "el diálogo tiene que ser cotidiano porque para los adolescentes es un modo de comunicarse y de relacionarse con otros pero al que mucho nosotros quedamos medio afuera, al margen de eso. Por un lado involucrarse en con quién hablan, con quién se juntan, qué cosas les pasa, cómo están, cómo es su día, cómo le va en la escuela, qué pasa con los amigos".
Para la profesional "la clave es la buena comunicación, fortalecer el vinculo e involucrarnos emocionalmente y afectivamente de qué le está pasando porque de por sí en la pre y en la adolescencia hay una confrontación y un distanciamiento donde los padres se vuelven rivales. Es lógico que pase en la adolescencia, no hay que tomarlo como algo personal porque son procesos esperables".
"Por eso en vez de que eso nos produzca el efecto de alejarnos porque no lo entendemos, hay que buscarle la vuelta y tratar de acercarnos. Porque sino lo que pasa es un replegamiento y un ensimismamiento del adolescente metido dentro del celular, con la cabeza en la pantalla y nosotros sin poder acceder desde ningún frente" señala.
Para la Lic. García Iglesias, sucede que "se abre un mundo que nosotros desconocemos. Por un lado hay dispositivos y medidas de control parental donde nosotros podemos cuidar un poco el tipo de contenido que mira, tratando de regular. Pese a estas herramientas, que están buenas y que son útiles, previo tiene que haber un diálogo. Una vez que uno accede a que nuestro hijo tenga acceso a un teléfono celular sabemos ya es lo cotidiano. Esto puede ir con ciertas pautas y reglas, intentando que no sea sólo del lado de la autoridad, tratando de involucrarse".
"Cómo podemos pensar que nuestro hijo venga a recurrir a nosotros si le pasa algo si cuando en lo cotidiano no nos involucramos y no sabemos qué le está pasando" pregunta y es por ello que recalca que "no hay que enojarse ni tratar de tomar distancia, hay que tratar de empatizar y conectar en qué anda y cuáles son sus intereses, con qué amigos se junta y conocerlos por es una época de mucho cambio y conocer en qué anda y de qué va su vida en las redes sociales, desde el diálogo también"
Buscando una sensación placentera
La licenciada García Iglesias explica que "los niños tienen la pulsión de jugar y de sentirse bien y hacerlo placentero. El adolescente también pero con la particularidad de lo difícil que es la etapa de la adolescencia, donde confronta con los adultos y se refugia en el grupo de pares, que el grupo de pares en este era se da mucho en lo virtual. Obviamente que se puede dar que esté la mayor parte del día este metido con su cabeza en el celular. Por eso es allí donde no podemos esperar nosotros que diga que hace tantas horas que está con el teléfono que será mejor que salga a correr, a caminar, a pasear".
Si bien es posible que haya "adolescentes que si los pueden regular pero en general es algo donde tenemos que estar los adultos muy atentos. Lo que se aconseja, desde los profesionales de la salud, es que no sean más de dos horas diarias pero sabemos que eso no ocurre. Es muy difícil de regular".
Para que no pase esto de que esté todo el día con un exceso de pantalla" es el adulto el que debe indicar una actividad física, juntarse con amigos, o "actividades compartidas con nuestros hijos"
"La otra cara, que sabemos que existe, del uso de redes son las posibilidades negativas como el cyberbullying, el acoso y la agresión o el maltrato. Por redes sociales y Whatsapp" señala y completa: "Lo que tiene de distinto del bullying en la escuela o en los ámbitos donde se mueva el niño o el joven es que el cyberbullying es en todo momento y en todo lugar, generando un montón de síntomas, comportamientos o malestares físicos o emocionales. Y generalmente no se cuenta, se vive en soledad. Hay como hasta temor o culpa por la situación que se vive. Por eso la importancia del diálogo y saber qué le está pasando, de observar, si está distinto".
"Siempre hay que fortalecer la confianza y el diálogo, que pueda recurrir a nosotros. Ya sea a los padres o a un adulto de confianza si esta viviendo una situación de cyberbullying o de grooming", una práctica de acoso y abuso sexual en contra de niños y jóvenes que, en la mayoría de los casos, sucede a través de las redes sociales.
"El diálogo es primordial para prevenir" reitera.
Influencers-Influencia
"Siempre hubo figuras que se seguían en las diferentes épocas, ya sea por el deporte, por la música" dice cuando surge el tema de los "influencers". "En general, uno se pregunta por qué siguen a esta persona, en qué se destaca, porque en general no son deportistas o músicos. Hay muchos que han llegado a la fama por videos en Youtube. Por cantidad de visualizaciones, de likes, pero en definitiva es lo mismo. Son modelos a seguir y que los jóvenes sienten que en ellos está la diferenciación de los adultos que lo rodean".
En ese sentido para la licenciada García Iglesias lo importante pasa por "involucrarse y no criticar de antemano. Miremos un poco de qué se trata, estamos al tanto de lo que dice, qué me parece".
"Es en la adolescencia donde el pensamiento reflexivo y la critica se empieza a desarrollar. Entonces tampoco pensemos que porque miran no hay ningún cuestionamiento y todo lo que dice el influencer el adolescente lo va a obedecer o a validar y creer a ciegas. Seguro que hay como mucha influencia de estas figuras pero también apostemos a un pensamiento mas critico o a cuestionarlo pero desde otro lugar y formar un pensamiento mas critico en los jóvenes".
"Muchas veces nos podemos sorprender de lo que tienen para decirnos o qué es lo que piensan antes que prohibir porque está comprobado que eso no lleva a buen puerto" señala y agrega: "quizás nos sorprendas y nos haga pensar a nosotros cuando hay algo que nos cierra cuál es la opinión que tienen ellos sobre eso".