La presentación tuvo lugar ayer por la tarde. Gran participación de establecimientos educativos durante la presentación. Se impuso al gimnasio de la institución el nombre del fundador del Centro Educativo fray Nicolás Raimondi.
En el Instituto San Antonio de Padua, Diegep Nº 4544, tuvo lugar el lunes a las 16.30 la inauguración del 32º encuentro de juegos deportivos de colegios privados de nuestra ciudad, oportunidad en la que se impuso al gimnasio de la institución el nombre del fundador del Centro Educativo, fray Nicolás Raimondi y se descubrió una placa en el acceso al mismo.
En el predio ubicado en San Lorenzo y Bolívar se dieron cita alumnos del Instituto Nuestra Señora de Fátima, la Escuela Cristiana Evangélica, el colegio Mariano Moreno, el colegio Nuevas Lenguas, el Centro Educativo Alfa y Omega, el Instituto San Antonio de Padua, colegio Monseñor César Cáneva, colegio Nuestra Señora del Rosario, Instituto Privado Sierras Bayas, Esquiu, Instituto Privado José Manuel Estrada, Colegio Santa Teresa y colegio privado Lbertas.
Participaron del acto ex autoridades educativas, ex directivos, ex alumnos además de estudiantes de la primera promoción del colegio y los frailes Alberto y Vicente.
Las palabras alusivas estuvieron a cargo del director de la institución Marcelo Schwindt. La antorcha fue portada por el estudiante de sexto año Lautaro Sequeira.
Quien fue el Fray Nicolás Raimondi
Nació el 15 de junio de 1927 en Padua, Italia. Trabajó y vivió como misionero Franciscano durante casi 70 años en la Patagonia, en José León Suárez, en Moreno, Olavarría y otros destinos pastorales. El fue quién, el año 1965, no solamente fundó el Colegio San Antonio de Padua, sino que con sus manos laboriosas abrió cimientos, descargó ladrillos y adoquines, y junto a otros miembros de la comunidad franciscana escribió miles de cartas para solicitar donaciones para hacer realidad este edificio.
Cada vez que visitaba a su familia en Italia, pedía donaciones para concretar esta gran obra, que quiso que naciera, en un primer momento a los pies de la Virgen de Monte Viggiano. Entre sus hazañas está el haber escalado cuatro veces el cerro Aconcagua celebrando la misa en la cima de esta montaña. Y el 29 de enero de este año, a sus 94 años, partió serenamente a la casa del Padre. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo lo recordaremos por su humildad, su amplia sonrisa, su cercanía, sus visitas al Colegio para darnos su bendición, por ser un buen franciscano de alma y corazón.