En el día del fideero, la referente del sindicato SATIF habló de los desafíos y la actualidad del sector. Para este 2022, busca mejorar las condiciones del sector y en ese camino "estamos visitando e inspeccionando las fábricas".
"Nuestro objetivo principal es trabajar y estar cerca del afiliado", plantea la dirigente y referente del Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera (Satif) seccional Olavarría, Sara Martínez.
En ese camino, cuenta que "estamos visitando e inspeccionando fábricas" con la intención de tener un "mapeo" de la realidad del sector y de los trabajadores del rubro.
Sara Martínez renovó su mandato en noviembre, por cuatro años, pero dice que éste será el último tramo como dirigente. "Hay gente joven en la comisión que está muy comprometida así que tienen que ser ellos los que continúen con este trabajo", expone quien está al frente de la obra social desde hace tres décadas y diez años desempeñándose a nivel gremial.
En el marco del Día del Trabajador Fideero, la referente sindical plantea las problemáticas del sector y el entusiasmo renovado en un nuevo mandato de la comisión directiva que completan Osvaldo Cuccarese (secretario adjunto), Gustavo Scarpello (secretario gremial y organización), Daniela Ganín (secretaria administrativa), Daniel López (tesorero), Néstor López (primer vocal) y Patricia Denegri (segundo vocal). A nivel nacional, el gremio es conducido por Guillermo Cisterna (secretario general) y Ruben Lengruber (secretario adjunto).
La celebración del Día del Trabajador Fideero el 22 de mayo se instituyó en 1990, con motivo de establecer el convenio colectivo de trabajo del sector. En efecto, en abril de ese año el sector laboral fideero y el Ministerio de Trabajo de Nación aprobaron el Convenio Nacional para los trabajadores de esa industria, y fue en el mismo en que quedó instituido el Día del Trabajador Fideero.
"Como cae día domingo, se traslada siempre al primer día hábil, razón por la cual lo celebramos mañana en el sector de pastas secas y el martes en pastas frescas", aclara Sara Martínez.
La organización sindical nació hace 75 años, un 22 de mayo, con el nombre de Federación Argentina de Trabajadores de la Industria Fideera y Afines (Fatifa) y en aquel año participaron 37 sindicatos y más de cincuenta delegaciones. A partir de 1981, por razones de funcionamiento y la reducción de empresas de la industria, la Fatifa se transformó por decisión de los propios sindicatos que la integraban en el Sindicato Argentino de Trabajadores dela Industria Fideera (Satif).
En la práctica, el sector laboral en muchos puntos del país comprende a una amplia gama de ocupaciones dentro de lo que es la elaboración de estos productos y de otros productos farináceos.
La regularización, un tema "urgente"
"Estamos viendo una problemática que nos ocupa y que es la situación de muchas fábricas que trabajan de manera irregular. Por eso estamos visitando e inspeccionando", apunta Sara Martínez respecto de aquellas cuestiones más urgentes en las que poner manos a la obra.
"En este momento lo que estamos haciendo es estar cerca del afiliado y hemos detectado muchas fábricas que no están registradas, donde los empleados tampoco están registrados o están en blanco por media jornada pero trabajan jornada completa", sentencia.
En este camino, "lo que vamos a hacer es instar a que regularicen la situación. Se les dará un plazo determinado para que pongan todo en orden para que cumplan con todo como corresponde".
Con unos 80 afiliados actualmente, la secretaria general de Satif Seccional Olavarría expone que esta situación no solo se da en nuestra ciudad. El gremio abarca la región: con Tandil, Azul y Bolívar a la cabeza. Y en todas las localidades se está trabajando en el mismo sentido.
Durante la pandemia, cuando las actividades todavía no funcionaban normalmente "a nosotros nos faltó salir un poco a las fábricas, recorrer y ver de qué manera están trabajando. Ahora vamos a cumplir con eso", dice mientras agradece el acompañamiento del secretario gremial y organización, el tandilense Gustavo Scarpello, y del secretario general del gremio a nivel central, Guillermo Cisterna.
"Lo que queremos es que los trabajadores tengan lo que les corresponde, nada más ni nada menos", recalca Sara Martínez durante un "alto" en las tareas diarias, con una función multifacética porque atiende la Obra Social del Personal de la Industria Fideera (Ospif), conduce el gremio a nivel local y además integra la comisión directiva del sindicato a nivel nacional como vocal titular.
"Me encanta lo que hago, siempre me gustó", asume mientras recuerda que sus primeros pasos dentro del gremio fueron al lado de Mirta Fiorio (ex empleada de la tradicional casa de pastas El Molino) cuando "era secretaria general y aprendí muchísimo. Logramos muchas cosas para el sector en aquel momento".
Presencialidad
A diferencia de 2020 y 2021, este año está atravesado por el regreso normal a todas las actividades, ya con una presencialidad plena aunque con los cuidados que la situación amerita porque -como recalcan los especialistas- la pandemia aún no terminó.
El recorrido por fábricas es una de las tareas para este 2022, pero también "hemos vuelto a la presencialidad en muchas otras cuestiones y eso es muy gratificante", define Sara Martínez en referencia al 39° Congreso General Ordinario de delegados y delegadas que se desarrolló entre el 10 y el 12 de mayo en Huerta Grande, Córdoba.
En esta oportunidad, los congresales aprobaron memoria y balance, además se realizó la puesta en posesión de los cargos a la nueva directiva que comandará al Satif para el próximo período.
Guillermo Cisterna fue elegido como secretario general reafirmando su compromiso de trabajar incansablemente para alcanzar un salario digno y mejores condiciones laborales para todos los trabajadores y trabajadoras del sector. En tanto que Sara Martínez integra la comisión directiva como vocal titular.
En otro orden, habla de la Obra Social y sentencia que no escapa a la crisis de cualquier obra sindical, pero que "presta un buen servicio a pesar de todo".
Ospif tiene convenio con las tres clínicas en nuestra ciudad, y también con el Hospital Municipal. "Es una obra social que tuvo crecimiento", afirma Sara Martínez. No sólo cuenta con los trabajadores del sector como afiliados, sino que también ha recibido trabajadores de otros rubros y monotributistas.
Con todo, el trabajo es mucho "pero lo hago con una gran satisfacción. Pasé toda mi vida acá, trabajando para el sector y me gusta mucho hacerlo", define.
Y agrega que "realmente estoy orgullosa de la comisión que hemos armado y como secretaria general lo que quiero es que los jóvenes se involucren en este sindicato que tiene una lucha muy desde abajo. Hay gente que está dispuesta a seguir y eso me produce una enorme alegría, los veo muy comprometidos. A nivel central nos ofrecen capacitaciones que también es un buen camino para comenzar a interiorizarse en esta tarea. Todo nos enriquece y nos ayuda a seguir creciendo".