El domingo es el día de los ahijados, esa unión que debería ser eterna

Cada segundo domingo del mes de mayo se celebra en Argentina el día del ahijado/a y eso nos hace pensar en el vínculo especial que tienen con los padrinos y madrinas. En este Estilo de Vida repasamos la historia de surgimiento de este rol en la vida de las personas y de lo que implica tener a esos confidentes en la vida de una persona. 

Muchos tenemos padrinos y madrinas elegidos al momento de nuestro bautismo (en el caso de los cristianos) y se convierten en personas que nos acompañan, nos escuchan y nos brindan su tiempo y su amor durante nuestra vida. 

Hay familias que no siguen esta religión y es por eso que optan por sus padrinos y madrinas de un modo más "informal" cuando son más grandes. Aunque también están los padrinos y madrinas que solo aparecen de vez en cuando con algún regalo o quienes directamente con el correr del tiempo se olvidan de esa responsabilidad que les confirieron nuestros padres. De todos modos, siempre hay aliados para consultar o celebrar la vida en todo nuestro camino. 

Los padrinos y madrinas para la religión, serán las personas más importantes en el bautismo de un niño o una niña, ya que son personas escogidas por los padres y hacen grandes promesas para alentar a su ahijado para crecer en la fe. Se comprometen a ayudar a que el pequeño o pequeña pueda vivir su vida y crecer de una manera cristina. Dentro de la religión católica los padrinos tienen que tener algunas cosas en cuenta en cuanto a su ahijado como hablar de cuestiones importantes de la vida como la fe, la esperanza o el amor; ser un buen modelo y animarle a desarrollar valores cristianos; ser amable y compasivo con los demás. Ser generoso con los necesitados, con el tiempo o con el dinero. Además se lo guiará para que se oponga a cosas del mundo que causan injusticia y sufrimiento. 

Y dentro de los deberes que tienen los padrinos y madrinas están orar por el ahijado para que viva en el camino de la fe; mostrar a su ahijado cómo tomar buenas decisiones en la vida (para sí mismos y para los demás) y ayudarlo a aprender todo acerca de la fe cristiana.

Lo cierto es que tener un par de padrinos cómplices y divertidos nos hará vivir todo de un modo especial. Y saber que ante cualquier ocasión podemos contar con ellos, nos brinda tranquilidad.

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