El Iberá, dos meses después de los incendios

La doctora Talía Zamboni, coordinadora de conservación de la Fundación Rewilding Argentina, pintó un panorama alentador luego de la evaluación hecha en el Parque Nacional. El pastizal se regeneró, se volvieron a llenar los cursos de agua, y la vida animal empieza a recuperar su habitual esplendor.

Daniel Lovano - [email protected]

Los terribles incendios en los Esteros del Iberá acapararon todos los titulares el pasado verano, y por ellos invadió un temor generalizado de que está joya de la biodiversidad en plena Mesopotamia argentina, y todos los esfuerzos desplegados para la reintroducción de especies, quedaran sepultados bajo un manto de cenizas.

Dos meses después de semejante drama ambiental, el trabajo de relevamiento hecho por los biólogos de Rewilding Argentina y por los funcionarios de Parques Nacionales revelan registros mucho más positivos de los esperados.

La bióloga cordobesa Talía Zamboni atendió ayer una vez más la llamada desde Olavarría en pleno paraíso de la flora y fauna autóctonos, como lo había hecho a comienzo de marzo cuando el suelo aún irradiaba calor y, entusiasmada, celebró que "después de la tragedia que vivimos, de los incendios devastadores que sufrió buena parte de la provincia de Corrientes, es increíble ver a los Esteros más verdes que nunca".

Su diagnóstico fue más que alentador: "Lo que pasó fue algo sin precedentes por su extensión y su magnitud, sin embargo afortunadamente han empezado las épocas de lluvias que tanto estábamos esperando y eso ha ayudado muchísimo al rebrote y a la recuperación de la vegetación en el pastizal, que es el ambiente más adaptado al fuego".

Una cosa trajo a la otra. "Ese rebrote atrae más fauna, que lógicamente se alimenta de la vegetación. También hemos visto que muchas lagunas, esteros, bañados, arroyos han recuperado sus cursos de agua, entonces la fauna ha regresado. Se ve mucha más fauna de la que se veía y de a poco se está recuperando el ecosistema" comentó.

El bosque muestra brotes, pero se sabía que su reactivación iba a ser más lenta. "El otro día, recorriendo sitios que han sido afectados, vimos que algunos árboles están rebrotando y otros no, pero proceso de recuperación va a ser más lento porque este ambiente no está tan adaptado al fuego" aclaró.

Talía aludió también a la situación de la fauna del Iberá, la que había subsistido a la dañina mano del hombre y la que ha sido reintroducida con éxito a través del Proyecto Rewilding. "Hemos observado ejemplares de boa curiyú muertas, de tatús, armadillos. Especies de menor porte, que les cuesta más huir del fuego, y otras asociadas al agua que no fueron muy afectadas por el fuego, pero sí por la sequía que sufrió esta región" precisó.

"Afortunadamente las poblaciones de estas especies se están recuperando en el Iberá, están en aumento" acotó

En tal sentido, la doctora Zamboni reportó que "si bien hay ejemplares que han muerto, las pérdidas no fueron tan grandes y ahora se están observando todas las especies. Por ejemplo los yacarés y los carpinchos, que antes aparecían confinados en los charquitos que quedaban y hoy en día tienen mucha más extensión de agua para moverse y para alimentarse".

"Si bien hay ejemplares que han muerto, las pérdidas no fueron tan grandes y ahora se están observando todas las especies

"Atravesamos un panorama muy oscuro, muy triste en el Iberá y hoy en día es maravilloso volver a recorrer los sitios y ver la vegetación como nunca, el pastizal está súper verde. Estamos viendo sitios anegados, que es lo natural o lo que suele observarse aquí" señaló.

Talía "pasó el aviso", lo bien que hizo, y resaltó que "esta es una época perfecta para venir, porque se ve mucha fauna. Que los pastizales estén cortos permite observar más fauna, que sea más fácil de verla. Es para disfrutar el rebrote de vida que se está viendo en el Iberá".

En el caso específico de las especies reintroducidas (pecaríes, guacamayos, osos hormigueros, ciervos de los pantanos, tapires y la estrella del Parque Nacional, el yaguareté), apuntó que "las poblaciones están muy bien. Hay especies como los pecaríes que tenemos la sospecha de que han sido movidos por el fuego hacia otras zonas. Nosotros ponemos cámaras trampa y seguimos haciendo el monitoreo de estas especies".

"Durante la época de incendio los pichones de guacamayos habían sido trasladados a una cuarentena, pero estas aves ya están de regreso en su hábitat, porque ha disminuido el peligro de incendio" destacó.

No sólo la tarea de los biólogos, del personal de Rewilding y de Parque Nacionales va a contribuir a reparar o reponer lo que estuvo afectado o se perdió por el fuego. "Siempre decimos que, hoy más que nunca, es imprescindible tener a las especies de este ecosistema. Muchas de ellas ahora están ayudando a la regeneración de estos ambientes, sobre todo los bosques, como las especies dispersoras, caso del guacamayo, el pecarí, que se alimentan de frutos y van ayudar a recuperar los ambientes que se han visto afectado por el fuego" cerró Talía.

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