El CIMO y sus ganas de mantenerse vigente y activo

Pedro Capri y Mario Burgos, carpinteros y dirigentes del Centro Industrial Maderero de Olavarría.

"Soy socio fundador del CIMO, desde el año 1966 cuando se formó la institución. Así que el Centro ya tiene 56 años. Cumplió las cinco décadas, las Bodas de Oro. Es un centro que se armó con carpinteros de aquella época, que había muchos, toda gente grande ya que el más chico era yo que en ese momento tenía 25 o 26 años. Se fueron cumpliendo etapas, pero hay que resaltar que siempre fue una entidad social porque agrupó mucho a las familias. Eso nos dio la satisfacción de conocer carpinteros, que más que colegas nos transformamos en amigos, pero a su vez se formó un lindo grupo de familia y se festejaban los cumpleaños, el Día de la Primavera y hacíamos los picnis con los chicos. Más que un centro de trabajo o de gremio, fue de una gran familia" comenzó contando Pedro Capri (80), uno de los históricos dirigentes (y también carpintero, obviamente) que siempre formó parte del Centro Industrial Maderero de Olavarría.

"En cuanto a cantidad de afiliados nunca fueron más de 65 o 70 en su pleno apogeo. Pero se fueron incorporando socios adherentes, que son aquellos que es amigo de un carpintero que lo presentaba a la institución y que podía ser un jubilado, un médico, un albañil, que tiene las mismas condiciones que el socio activo aunque no podía participar en comisión directiva porque no es del gremio" siguió recordando Pedro.

"Al principio cuando hacíamos los encuentros familiares don José Buglione nos prestaba su quinta, pero después tuvimos la nuestra. Se compró un terreno, a los diez años que se había formado el Centro, y fuimos haciendo la edificación de a poco, entre nosotros mismos ya que fuimos acomodando el terreno sacando las piedras hicimos los pozos para el alambrado, pusimos cimientos, en fin, todo lo que no hacíamos en nuestra casa lo hicimos ahí. Es muy poco lo que tenemos, pero lo mantenemos" explicó Capri, respecto de la quinta del CIMO que está ubicada en Bartolomé Mitre y Córdoba.

En cuanto a cantidad de afiliados, el presente y los objetivos de la institución, el que tomó la posta para seguir hablando fue Mario Burgos (49), uno de los dirigentes más nuevos que tiene el CIMO. "Hoy contamos con alrededor de cuarenta socios. Estamos tratando de darle una vuelta de tuerca, aggiornándonos a la tecnología ya que son otros tiempos, es otra gente y trabajamos para llevar a la gente joven para reactivar lo que ellos hicieron en su momento. Hoy la parte social está muy dispersa, ya que la gente tiene muchas obligaciones. Antes la reunión con las familias era habitual pero actualmente todo eso cuesta armarlo. Pero queremos reactivar todo eso porque el lugar está muy lindo, y brindarle al socio, al carpintero, el servicio de esta quinta que es muy linda", explicó Mario Burgos, actual presidente del CIMO.

"Además, queremos ver si podemos capacitarnos, brindarle algo más al socio y colega. Hay gente que no nos conoce inclusive, pero iremos sembrando para darle continuidad a lo que hicieron los primeros dirigentes, como Pedro, que es invalorable. Así que esperamos que podamos darle continuación a todo eso porque las ganas están. Cuesta llevar a la gente, lo reconocemos, pero lo intentamos. Mientras que la cuota tiene un valor muy simbólico, prácticamente nos alcanza para el mantenimiento y nada más, pero la idea es seguir aportando y ver si encontramos el rumbo para crecer" continuó diciendo Burgos. "Las puertas están abiertas para todos los carpinteros, inclusive para los proveedores. La última comisión directiva se formó el año pasado", agregó.

"Yo primero estaba un poco desilusionado, porque con el paso de los años hay muchos que ya no están y quedamos muy poquitos de los que fundamos el CIMO. Pero cuando estos chicos, como Mario Burgos, Gonzalo Ribalta, Guido Rossi, nos prometieron hacerse cargo y tomar la posta, que lo están haciendo realmente, me gustó y estamos los más veteranos dispuestos a acompañarlos. No voy a decir que daré un paso atrás, pero sí hacia el costado, ya que si me sacan el CIMO es como que me me echen de mi casa. Esperamos que siga, tengo mucha ilusión y si podemos colaborar en algo, lo haremos. Reconozco que antes las cosas se hacían de una manera, pero ahora está bien que se hagan de otra, son otros tiempos, hay otras ideas, y si queremos que el Centro continúe hay que seguir adelante, e invitar a los más jóvenes a que se sumen, porque debe haber pocas instituciones que se mantienen con más de cincuenta años y con Personería Jurídica inclusive" terminó diciendo Pedro Capri.

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