Con ese objetivo, se habían desarrollado diversas actividades para interpelar a los adolescentes y a sus padres. También los directivos de las escuelas buscaron sensibilizar a los padres. Los estudiantes se concentraron en el Parque Mitre y en el Parque Sur.
Alejado de distintos hechos que le hicieron ganar resonancia negativa ante la opinión pública en el pasado, ayer el Ultimo Primer Día, popularizado en la actualidad por su sigla -UPD-, transcurrió en nuestra ciudad con relativa calma, algo similar a lo ocurrido en 2021, si se tienen en cuenta las experiencias anteriores.
Quizás por el impasse generado por la pandemia, quizás debido a una mayor contención institucional desde las escuelas, quizás a causa de las medidas e iniciativas generadas desde distintos ámbitos para evitar situaciones no deseadas, este año en general la "temida" fecha pasó dentro de carriles normales.
En ese sentido, directores de escuelas secundarias y fuentes ligadas a los controles operativos en calles y puertas de los colegios coincidieron en que la celebración se desarrolló con tranquilidad, sin eventos de gravedad.
Pese a esas alternativas favorables, queda latente la triste certeza de que el alcoholismo está cada vez más arraigado entre los jóvenes y en promedio -porque al respecto existen distintas posturas- frente a esa situación muchos padres optaron por acompañar a sus hijos y naturalizar el consumo.
Cabe recordar que en años anteriores, donde las movilizaciones de los estudiantes fueron más masivas, se suscitaron hechos de violencia en espacios públicos y también algunos desmanes en las escuelas, o en sus inmediaciones, a causa del grado de euforia con que los alumnos encaraban los festejos.
Por ese motivo, la práctica escolar de despedida de los futuros egresados, que comenzó a ganar notoriedad desde el año 2014 en la región, forma ya parte del calendario escolar y desde las escuelas, como práctica institucional, se apuntó a realizar un acompañamiento a los padres como un modo de evitar posibles descontroles.
De ese modo, este año -incluso antes de contar con mayores certezas acerca de los protocolos sanitarios por la pandemia- en nuestra ciudad distintas escuelas secundarias optaron por convocar a padres de los alumnos que comienzan sexto año a diversas reuniones, donde anticiparon la modalidad a aplicar para evitar posibles contratiempos.
Con esa premisa, en principio con cierta crudeza se aludió a la experiencia de años anteriores, donde se aseguró que habían ingresado a las escuelas con bebidas alcohólicas, elementos de pirotecnia e incluso "porros", y por esa razón se anticipó que en algunos establecimientos educativos se impediría el ingreso de los alumnos con mochilas durante el UPD.
Asimismo, se estableció que ante posibles descomposturas o malestar físico el protocolo establece que sobre la situación de ese alumno se debe informar a los padres y al servicio médico, pero se hará cargo del menor quien llegue primero. Por ese motivo se sugirió a los padres, o al menos uno de ellos, estar presentes en el inicio de clases.
Si bien ayer trascendió que personal de Control Urbano suspendió una fiesta organizada en barrio La Candela, no se difundieron otros hechos relacionados con el UPD. En algunas escuelas se impidió el ingreso a los futuros egresados para evitar complicaciones.
Los festejos se desarrollaron durante la madrugada del miércoles en distintos puntos de la ciudad, algunos en casas de familia y otros en lugares alquilados para tal fin. En la previa al ingreso escolar los adolescentes se trasladaron en forma masiva al Parque Mitre o al Parque Sur, desde donde se dirigieron a las escuelas.