Las carreras más elegidas son Psicología, Trabajo Social y Ciencias Agrarias. Las profesionales a cargo del estudio explicaron cómo se desarrolló el trabajo.
Según un trabajo que llevaron adelante profesionales de General La Madrid, las carreras universitarias más elegidas por los estudiantes locales tienen que ver con las ciencias sociales y las agrarias. ¿Cuáles son las cuestiones que toman en cuenta y cuáles son los temores a los que se enfrentan?
Por primera vez, referentes contratadas por la Dirección de Juventudes realizaron tests vocacionales a jóvenes que este año irán a estudiar carreras de grado. Las psicopedagogas a cargo del proyecto, Lourdes Jaime, Martina Díaz Harrison y Rocío De la Cuadra explicaron en qué consistió el trabajo y cuáles fueron los resultados a los que arribaron luego de entrevistarse con casi 90 chicos.
El mayor porcentaje de los que participaron de la experiencia estudian en la Escuela Secundaria N° 1 y también en la N° 2.
En el análisis final se detectó que optan por Psicología y Trabajo Social como las carreras a seguir. Otras de las alternativas más elegidas por los futuros estudiantes también tienen que ver con carreras dedicadas al ámbito rural, especialmente ingeniero agrónomo y Administración.
"No había un dispositivo público para que accedieran a los tests vocacionales y muchos recurren a los que se hacen en Internet o privados, por eso surgió la inquietud de hacerlos y abrirlos a los chicos desde los 17 años", sintetizó Jaime.
"Fue una prueba piloto para ver cómo reaccionaban y vinieron muchos a participar", agregó Díaz Harrison.
El trabajo
El trabajo "se diagramó en cuatro encuentros. La idea fue ir profundizando en los test para conocer los gustos e intereses, también las posibilidades", contó De la Cuadra, y mencionó que la dinámica "permitió conocer más en profundidad" a los jóvenes.
"Había muchos que venían con una idea de qué querían estudiar y otros que llegaban con la incertidumbre. Nosotras siempre les dijimos que en estos encuentros se iban a ir descubriendo así mismo y que había cosas que les iba a gustar y otras no. Por ahí ocurrió que algunos llegaron con la idea de estudiar tal carrera porque en la familia habían estudiado eso y se dieron cuenta de que a ellos no les gustaba", coincidieron las profesionales.
"La idea era que se cuestionaran las cosas. Hablamos sobre los valores de cada uno", completaron la idea.
"Muchos ya tenían en claro qué era lo que querían estudiar y el test vocacional les permitió reafirmar esa idea. Pero muchos otros vinieron pensando que les gustaba algo y, con el correr de los encuentros, se dieron cuenta de que no era así y que proyectándose a futuro no era lo que se imaginaban", indicaron.
Sobre esta cuestión aclararon que muchos jóvenes futuros estudiantes no conocen la oferta educativa superior.
Según el análisis de Rocío De la Cuadra, Lourdes Jaime y Martina Díaz Harrison, "muchos llegaron ya convencidos de que querían estudiar y dónde. Otros llegaron con miles de dudas no sólo en cuanto a qué estudiar, sino también se preocupaban por lo económico y si iban a poder bancar". Por ello al terminar los encuentros se les acercó información no sólo de las carreras, sino también de las ciudades donde se brindan y las ayudas a las que podrían acceder.
Sobre las motivaciones que llevaría a los jóvenes a elegir una carrera tiene que ver con que "quieren ayudar, escuchar y cooperar. Todo era en el término de la comunidad. Muchos chicos hablaron sobre la diversidad y ayudar a los demás", mencionaron las profesionales.
"En la mayoría de los casos se nota la influencia de las familias a la hora de elegir una carrera, pero en otros no sabían qué querían. También ocurrió que muchos ya habían iniciado una carrera y no les había ido bien entonces buscaban en los tests ver cuáles podrían ser las alternativas a seguir", apuntaron.
"En las dinámicas previas hablamos sobre qué ocurría con ellos en el momento de irse a estudiar. Hablamos de los duelos, de dejar atrás la niñez y la adolescencia para entrar a la adultez y lo que manifiestan como miedos tiene que ver con lo nuevo: las responsabilidades, estar lejos de sus familias, el miedo a fracasar y tener que volverse. Tienen miedo de decepcionar a sus familias", recalcaron. "Hablamos sobre esa cuestión y les remarcamos sobre la posibilidad de equivocarse a la hora de elegir la carrera", sumaron.
Un proyecto que continúa
El año anterior se llevó a cabo por primera vez la experiencia a cargo de las psicopedagogas Martina Díaz Harrison, Rocío De la Cuadra y Lourdes Jaime. La intención es repetirla en este ciclo.
"La idea es mejorar lo que se hizo y corregir los errores que pudimos haber tenido", indicaron las responsables del proyecto.
"Profesionalmente nos ayuda. Nos permite conocer a los chicos y también a nosotras mismas en nuestra labor. La idea es ayudar, aprender y acompañar sin dirigirlos y que sean ellos los que descubran qué es lo que quieren en un contexto", concluyeron.