La Veterinaria Romero abrió sus puertas por primera vez en septiembre de 1977, de la mano de Carlos Alberto Romero. Ubicado sobre calle Rivadavia 3226, continúa funcionando desde hace 48 años. Hoy Carlos está disfrutando de su merecido descanso, pero continúan con el negocio sus hijos Fernando, Agustín y Marcos.
Fernando y Agustín siguieron la profesión de su papá y le dieron continuidad a un local de prestigio en la ciudad. Marcos no es veterinario, pero en términos de Fernando "Marcos hace la parte administrativa, no es veterinario, pero sí es pieza fundamental de la empresa porque hace todo lo que es la parte de turnos, administración contable, hace la parte de proveedores. No tiene el título, pero es fundamental en el engranaje. Cosa que hacía mi vieja (Silvia Colmenero) antes. Ésa era esa función y mi papá de veterinario. O sea, que los hijos heredamos las dos funciones, la de veterinario y la parte administrativa también".
Respecto al trabajo de Marcos como administrador, Fernando agrega que "además, todo cambia. O sea, mi vieja antes con los libros de IVA, esa contabilidad antigua de pago a proveedores, pago de cuentas, con libro, manual y al banco llevaba todo eso. Hoy en día todo eso, es digital. Ya tenés la facturación electrónica, la entrada a la AFIP para el pago de esto, los proveedores que online haces el pedido, los depósitos, entonces es un cambio de generación obligado, porque mi mamá no podría hacer eso. Entonces es importante el trabajo de Marcos".
Fernando Romero contó que la elección de la profesión, "para nosotros no fue un mandato familiar impuesto, pero sí tiene que ver en cómo vos te desarrollás, porque yo comencé a caminar acá en la veterinaria, viendo perros, gatos, gente. Mis padres en ese momento tenían además de la atención de mascotas, tenían ventas de pececitos, que todo eso te va acercando, te va dando ternura, interés. Después, a medida que vas creciendo yo creo que hay algo también de genético que te atrapa, pero mucho también de cómo vos te vas desarrollando en este ámbito".
Fernando cuenta que nunca puso en duda su vocación de ser veterinario, pero si tuviera que haber elegido otra profesión, Fernando cuenta que "sé que me gusta profesor de Educación Física, como siempre hice deporte me gusta. Yo creo que, si no hubiera tenido esto, hubiera optado por ser profe".
Una de las cosas que caben preguntarse, es si el hecho de ser hijos de un veterinario y pasar tiempo desde niños en ese espacio, les facilitó incursionar en los estudios de la profesión, pero al respecto, Fernando señala que "sí, sí, yo creo que sí. De inicio te da más seguridad, yo los comparaba con mis amigos, mis compañeros de estudio de la facultad, como que yo me sentía mucho más seguro que ellos en cada cosa que íbamos estudiando, analizando o practicando. Inclusive, cuando los profesores decían quién se ofrece para hacer tacto o sacar sangre, yo me sentía seguro, entonces me ofrecían. En cambio, mis compañeros, medio que un pasito o dos más atrás de eso. Así que eso sí, lo notaba"
Fernando agregó que "la carrera de veterinaria es difícil porque son muchas horas de cursada. O sea, son materias prácticas, tenés la parte teórica, entonces no, no me fue fácil. Me era muy atractivo ir a las prácticas e ir a los teóricos, pero después las horas de estudio que las tenía que hacer después de hacer todo eso, cansado. Son duras, inclusive, para un final tenía que estudiar semanas y semanas, por supuesto sin parar. Por eso digo que es una carrera difícil y realmente te tiene que gustar, si no hay un gusto que te motive, difícil que alguien pueda terminar una carrera como medicina veterinaria".
Tanto Fernando como Agustín llevaron a cabo sus estudios veterinarios en la ciudad vecina de Tandil, en la Universidad Nacional del Centro. Sobre sus estudios superiores, Fernando dijo que "Siempre decimos que muchas veces está el prestigio de las universidades como la UBA o la de la Plata, que son muy prestigiosas, pero nosotros tuvimos la suerte de poder hacerlo en la facultad más linda. Porque el campus de la UNICEN en Tandil, es precioso y seguro. Seguro porque no tuvimos problemas de inseguridad y encima cerca de Olavarría. Entonces, todo eso hizo que la carrera para nosotros, sí sea más fácil de llevar que si hubiera sido en La Plata o Buenos Aires".
Indudablemente, Carlos Romero, el iniciador de la empresa, debe estar orgulloso de tener a sus hijos continuando con el negocio que supo crear, pero Fernando dice que "para nosotros al principio por supuesto, fue al revés, primero fue la guía. Deseábamos algún día podamos hacer lo que hacía él y después, él comenzó a apoyarnos a nosotros en los estudios. Y ahora tenemos a nuestros hijos, que están siguiendo nuestros pasos. Tengo dos hijos estudiando veterinaria, uno está en quinto año, finalizando ahora y el otro en primer año. Entonces es un volver a vivir y pasar por eso. Como nuestro papá nos preguntaba: `¿Cómo te fue tal práctico, tal maniobra, con tal profesor??. Porque también los conocía. Hoy estás repitiendo vos eso que él nos controlaba, nos supervisaba, nos ayudaba, nos aconsejaba. Ahora yo lo estoy viviendo con mis hijos", cuenta Fernando con mucha emoción y orgullo también, al referirse a sus hijos Manuel y Bruno".
"Así que sí, para nosotros es un empuje que ellos vengan también sí, sí. Están abocados netamente a estudiar y poder llevar la carrera. Otra cosa que tiene la carrera de veterinaria, es que no tiene un título intermedio. O sea, vos hasta que no llegás a veterinario, no sos nada y no podés ejercer de nada. Eso es bravo, porque quien no puede culminar la carrera, son años que no lo puede aplicar a nada. En otras carreras podés llegar a una tecnicatura, pero si vos estás en quinto y medio de veterinaria y lo dejaste, no podés ser enfermero, no podés ser ayudante, instrumentista, ni radiólogo, nada. No hay un título intermedio", dice Fernando.
Tenencia responsable de mascotas
Sobre los cuidados dispensados a las mascotas, ha habido cambios y positivos durante los últimos años. Fernando observa que "el progreso del cuidado de la mascota tiene un avance notorio. Cuando yo inicié mi actividad por el 2000 ya había un avance en eso, pero generalmente los animales que acudían al veterinario ya llevaban dos o tres días de padecimiento. O sea, arrancó vomitando un día, dos días, tres días y ya estaba en estado de deshidratación, comatoso, bueno, `vamos al veterinario? y uno con ese paciente tenía chances a veces de poder solucionarlo y a veces ya no. Hoy en día, eso fue mejorando y trabajamos mucho al revés, en la parte preventiva y más con la gente joven que tiene su mascota. Entonces ya te traen para hacer por supuesto su plan sanitario preventivo, pero también te vienen a hacer exámenes de control, por ejemplo. Cuando el perro ya tiene 7 u 8 años, quieren saber si tiene algún problema en la sangre, como la glucemia alta, colesterol alto, cómo están las hormonas tiroides. Entonces uno trabaja ya pensando que es un animal viejito, en cómo compensar los años. No como se hacía hace 20 años atrás, que era pensar en cómo hago para sacarlo del coma. Inclusive han empezado a adquirir obra social para mascotas, planes prepagos, así que todo eso se va desarrollando".
Hay muchos adelantos tecnológicos en medicina animal, y así lo expresa Fernando al decir que "hoy tenemos para hacer radiografías digitales, igual que para los humanos, ecografía con ecodoppler y la gente viene voluntariamente a hacer el control usando eso. Por ejemplo, las perras que llegaban preñadas y tenían que parir y no podían hacerlo, venían a ver qué hace el veterinario con esto. Ahora si la perra está en celos nos vienen a preguntar cómo hago, para qué fecha juntarla con el macho. Si quedó servida o preñada, cuándo le hago el primer control de esa preñez para ver cómo están sus cachorros, cuántos son, si vienen creciendo bien, cuál es la fecha probable de parto. Depende de la raza si es parto natural o es cesárea, igual que se está haciendo con las mujeres. Esto que, en el hombre, la medicina ha logrado aumentar los años de vida de los ciudadanos, con los controles prematuros y periódicos de las mascotas, también puede lograr esto. Lograr no sólo una mejor calidad de vida, sino más años".
"El promedio natural de vida de un canino, anda en los 8 o 10 años. Ya con los cuidados domésticos de un hogar, sobrepasan los 10 años. Y si están fuertes, no padecen enfermedades, no es raro que lleguen a 15 o 16 años. O sea, que se puede prolongar naturalmente más de 5 o 6 años la edad. Eso trae también problemas de desgaste, por ejemplo, la dentadura de un perro no está preparada para 16 años, entonces antes ya tenés trastornos en la dentadura, lo mismo en la parte locomotora. Su estructura de huesos, de articulaciones, cadera, columna, no está preparada para tanta cantidad de años, entonces ese deterioro que va a tener el animalito es asistido a tiempo con tratamientos odontológicos, tratamientos para la artrosis, tratamientos para la columna, algunos son quirúrgicos, otros son médicos con medicamentos y así uno hace que, a la vejez ese perrito la lleve sin sufrimiento, con buena calidad de vida. Los perros de talla grande, hablando desde un ovejero alemán a tallas más grandes. Por ejemplo, un san bernardo, un viejo pastor inglés, por mencionar algunos. Su estructura ósea y cardíaca también va en detrimento respecto a un animal de tamaño chico, como un caniche, un yorkshireterrier, un salchicha, que son animales que por estructura de huesos son más tolerables a ese peso, que un animal de mucho mayor peso".
Con respecto a las consultas más frecuentes que realiza la gente o los clientes, cuando quieren tener una mascota, Fernando sostiene que no consultan tanto sobre perros o gatos, sino que "la consulta está más en relación a los animales exóticos que le llamamos, por ejemplo, conejos, cobayos, aves, reptiles. Ahí sí, muchos vienen y dicen `yo leí que hay hurones, hay erizos?, entonces quieren saber qué tal son esos cuidados, la alimentación, la reproducción, las enfermedades con los reptiles, por ejemplo, lagartos, iguanas. Hay que tener accesorios como son piedras radiantes, luz ultravioleta, un montón de elementos que hace que uno tenga que hacer un cálculo económico, de espacio, de temperatura, así que, con esas especies sí tenemos más consultas".
Consejos útiles para cuidar mejor a las mascotas
Antes de finalizar la nota, Fernando recuerda algunos consejos a quienes tengan animales en sus hogares, señalando que "concretamente lo que uno trata de recomendar es que, como a los humanos, hacer chequeos. Los animales más vulnerables son durante la etapa de cachorro, que es la que está en formación, en desarrollo. Toda esa buena formación, ese buen desarrollo en la inmunidad, en la estructura ósea, en el pelaje cuanto mejor la adopten a esa edad, va a ser para lo que tenga mejor calidad de ancianos, de adulto. Cuando pasaron esta etapa, cuando ya son ancianos, por supuesto todo eso empieza a no compensarse, entonces no hay que esperar que el animalito no camine más para ver traerlo y ver qué puede hacer el veterinario. Saber que un perrito a los 7 u 8 años ya empieza a estar disminuido en la vista, en el olfato, en la audición, en la locomoción, entonces en ese momento empezar a ver cómo hacer que no llegue a un nivel de deterioro que sea difícil de revertir. No traer el animalito cuando ya no come, ya no camina, ya no escucha o ya no ve, sino que la visita temprana al veterinario ante el menor síntoma de deterioro, con todas las cosas que hay para hacer, se puede lograr una sobrevida de viejos en una calidad de vida mejor".