"Siempre como artesano tenés que tener tu propio estilo, tenés que tener algo que te haga que ver con tu impronta, eso es trabajo artesanal", dijo Ruquiyah.
Jalla Jallaluhu es un emprendimiento familiar que ofrece productos artesanales de elaboración propia, sus dueños, Ruquiyah y Hussein Ibrahim hace ya siete años que se dedican a crear sahumerios, bálsamos, esencias, perfumes y cremas totalmente naturales.
Ruquiyah nos recibe en su casa y mientras compartimos un té, comienza a contarnos que "con Hussein siempre quisimos hacer nuestro emprendimiento, siempre tuvimos esa idiosincrasia, él empezó vendiendo comida y panes en la calle, hasta que un día le dije que quería hacer algo con aromas, porque me encantan los perfumes. Y ahí dije `vamos a empezar?, comencé con el estudio de aromaterapia porque cada planta y cada flor tiene una propiedad que va hacia un área de la emoción y te puede ayudar con ciertas ansiedades, depresiones, es importante conocer estas propiedades aromáticas para saber qué combinaciones hacer para ofrecer, siempre tendientes a mejorar la calidad de vida, siempre nuestros productos tienen esa intención, ofrecerte algo que te ayude, que te alegre, que te mejore".
"A Hussein se le presenta la oportunidad en Capital de que un hermano de nuestro camino, nosotros somos musulmanes", nos cuenta Ruquiyah, "este hermano es un sahumerista consagrado en Capital, y le dice `te voy a enseñar a hacer sahumerios, que no es fácil?, nunca pensó que era tan difícil porque nosotros lo hacemos todo artesanal, no es que compramos los materiales y los mezclamos, la gente cosecha la planta y nos llama, se genera como algo muy lindo que es realmente resignificar las cosas, reciclar, la gente ya sabe que en vez de tirarla nos llama, nosotros usamos esencialmente lavanda, romero, salvia, flores y después maderas que tienen que ser de artesanos, entonces los chicos que hacen esculturas nos llaman. No se tira nada, de repente la gente cosecha y nos llama y acá molemos todo, lo hacemos polvo, lo mezclamos y ahí armamos, todo artesanal".
"Siempre como artesano tenés que tener tu propio estilo", afirma Ruquiyah, "tenés que tener algo que te haga que ver con tu impronta, eso es trabajo artesanal. En un momento se me presenta a mí, la oportunidad de hacer un curso de cosmética y fitoterapia, lo hice con unas chicas de Mar del Plata que vinieron a darlo acá y me dieron toda la parte de fitomedicina y la parte de cosmética. Lo que pasa con la cosmética es que vos tenés toda la información y hay muchas probabilidades de fórmulas y combinaciones, entonces lo interesante es que puedas hacer tu propia combinación, conociendo todas las propiedades de las plantas combinás para formar un producto que sea tuyo. En mi jardín tengo mis básicas, las que yo uso para mis ungüentos, hago un ungüento para los dolores físicos en el que solo uso romero, clavo de olor, cúrcuma, oreja de león y enebro. El enebro, sirve mucho para los huesos, la cúrcuma desinflama, el clavo de olor es anestésico, el romero te renueva la energía y la oreja es una planta mía, que es africana y que trabaja muy bien sobre el sistema nervioso, entonces para mí esa combinación en forma de ungüento es buena para calmar dolores, para los problemas de piel. Todo siempre lo probé en mí", continúa explicando Ruquiyah, "lo que tiene la cosmética es que es mucho prueba y error, empieza todo con la maceración para extraer la propiedad de la planta mediante un baño maría en un aceite orgánico, lleva tiempo, pero es muy simple, en realidad es muy sencillo, lo que te lleva tiempo es ver qué combinar y hacer algo que tenga un resultado, que tenga linda textura, porque las cremas son hechas a mano, yo hago todo. Todas las tiradas van a ser distintas porque según lo que coseche es con lo que hago la crema, o sea si cosecho rosas, esa tirada de cremas tiene rosa, si me cosechan lavanda la otra tirada va a tener lavanda de base, después yo las voy aromatizando, pero hay una fórmula fija que conservo, siempre uso de base la cera de abejas porque me parece súper sanadora. Tengo una crema de rostro que elimina tus propias toxinas y te protege, muy básica; me gusta lo simple. Trabajo las cremas, los ungüentos y los bálsamos para los labios, no tanto en un sentido estético, sino en el de cuidar el cuerpo para sentirse mejor, esa es mi idea de la cosmética, por eso me gusta y porque me fascinan los aromas, todos los aromas los asocio con algo, la idea de la aromaterapia es que vos tenés que sentir algo, no importa qué, pero no tenés que ser indiferente ante el aroma, si hay un aroma que te molesta buenísimo, porque también seguramente lo asocias con algo. Existen muchas plantas con la misma propiedad porque no todas conectan con la misma persona, la naturaleza es tan sabia que te da distintas opciones con las mismas propiedades".
Ruquiyah nos cuenta que "hago perfumes sólidos también, tienen un concepto que es más de oriente, pero está re bueno porque lo que tiene el perfume sólido es que además de ser práctico y transportable porque es compacto, es súper concentrado y está todo el aroma ahí. Te lo pasas en las áreas donde tenés el pulso, igual que un perfume convencional, pero éste al no tener alcohol no volatiliza, entonces dura y aparte te nutre la piel. También hacemos aceites emocionales, tenemos toda una línea de aromaterapia, los aceites emocionales son aptos para la piel, muchos lo llevan para hacer masajes y también los podemos usar para aromatizar el hogar".
Al finalizar la entrevista nos muestran el taller donde Hussein prepara los sahumerios y nos explicaron el paso a paso, comenzando en el secado de las plantas y finalizando con el sahumerio listo, es un largo proceso de elaboración. Antes de despedirnos le preguntamos a Ruquiyah cuál es el significado de `Jalla Jallaluhu? y nos dice que "es una expresión árabe que significa inmensamente su majestad, hablando de Dios, entonces nos parecía súper protector y además es una forma de ser agradecidos".
Quien desee comunicarse con Ruquiyah o Hussein, para adquirir y conocer los productos naturales que ofrecen, pueden hacerlo por MD a su Instagram @jallajallaluhu.
