Eloiza Gomes y Juliana Martins Philot llegaron desde el Instituto Mauá (San Pablo) para re-conocer la Facultad local. El objetivo es trabajar desde la región sin mirar tanto a Europa o EE.UU. Elogian a la FIO, preparan una clase binacional y explican, junto con la Ing. Beatriz Bouciguez, la clave de enseñar en tiempos de IA y de TikTok.
"A pesar de las diferencias de idioma, son muy iguales. Tienen los mismos conocimientos y sus consultas son similares; estamos como en casa", dice la doctora Eloiza Gomes tras compartir una clase de matemáticas con estudiantes de la FIO. Llegó el 18 de junio desde el Instituto Mauá de Tecnología de Sao Pablo (Brasil) con la misión de tender puentes. Lo hizo en compañía de Juliana Martins Philot, colega y también docente de la ciudad más grande de Latinoamérica. Ambas califican su estadía en Olavarría con un 10: intercambiaron experiencias, fortalecieron vínculos, aplicaron saberes, tomaron nota y junto con referentes de la Facultad de Ingeniería local ya ensayan nuevos proyectos.
Una clase híbrida binacional en octubre, a través del Proyecto COIL, será el desafío más inmediato. En ese aprendizaje colaborativo internacional en línea (Collaborative Online International Learning) entre estudiantes de contextos y culturas diferentes están puestos los principales esfuerzos.
"Ecuaciones diferenciales" es el tema elegido y las expertas brasileñas aprovecharon su presencia en la FIO para sumarse a la cursada de Matemática II. También avanzaron en el cronograma, actividades, material teórico y diseño de problemas que compartirán estudiantes de Olavarría y del Instituto Mauá en la primavera.
Internacionalizar acá
"Observaron clases y tuvimos un conversatorio sobre la implementación de los nuevos planes de estudio y del Curso Introductor" con encuentros de los que participaron autoridades y referentes de ambas instituciones, cuenta la Ing. Beatriz Bouciguez, a 24 horas de cerrar esta primera visita presencial.
El vínculo con Brasil surgió durante capacitaciones previas, por lo que fue sencillo ponerse de acuerdo y activar un camino en común. "Ya estuvimos poniendo en práctica problemas en forma virtual con idea de que los estudiantes los resuelvan mezclados para que pierdan el miedo de estar con gente de otros países y hablar otro idioma", destaca Bouciguez que trabaja junto Mariano Ferreyro y todo el equipo de la asignatura.
"Tienen los mismos conocimientos, tenemos los mismos problemas, podemos trabajar muy bien. Eso nos encanta. Tenemos que unir la América latina", propone la Dra. Gomes.
Brasil tiene 13 años de educación obligatoria y a partir de los 18 años se plantea el ingreso a la Universidad. "La experiencia de internacionalización se da con chicos de años más avanzados. Ahora estamos trabajando con iniciantes; en matemática no hay experiencias así", indica la especialista.
La realidad es que "miramos mucho educación en Europa o Estados Unidos y estaría bueno empezar a trabajar como América del sur. A nivel institucional se hace: CONFEDI es parte de ASIBEI (Asociación Iberoamericana de Instituciones de Enseñanza de la Ingeniería). Pero las acciones e intercambios están más pensados para Europa", apunta la Ing. Bouciguez.
Por eso, la experiencia COIL es un puntapié clave. "La UNICEN entró en una convocatoria del Ministerio de Educación, me interesó para Matemática 2. Sabía que Eloiza andaba cerca, se lo propuse, me presenta a Juliana que es la profesora de Cálculos 2 y aquí estamos", describe con entusiasmo la docente local que junto con Mariano Ferreyro guiaron a sus pares por la zona de canteras, Sierras Bayas, San Miguel, Tandil y el campus de la UNICEN.
"Es muy rica la conversación, cambiamos los conocimientos. Con los signos nos entendemos, no necesitamos el idioma", expone Eloiza Gomes casi como expresión de deseo ya que lleva diez días pensando en portuñol.
Allá, como acá, "la enseñanza es muy tradicional. Eran buenos en la secundaria pero cuando llegan a la Universidad el proceso de estudio cambia", observa Juliana Martins Philot, al reconocer que las matemáticas también cosechan dificultades del otro lado de la frontera.
Es una disciplina que "se usa a sí misma como herramienta. Si una base anterior para seguir construyendo, es muy difícil. Siempre seguimos usando propiedades y en la Universidad la abstracción es mucho mayor", agrega Boucíguez.
Cómo interpelar en la era TikTok
El Instituto Mauá de Tecnología de Sao Pablo es un centro de educación privada cuya matrícula duplica a la FIO, con 2500 estudiantes. Sin embargo, las docentes brasileñas solo advierten diferencias en infraestructura.
"Esta Facultad es lo que esperábamos, no estamos sorprendidas. Acá los estudiantes nos llaman, conversamos, son participativos, preguntan, son responsables, tienen consultas similares", comenta la Dra. Gomes. Su pasión por la docencia viene de chica, cuando "daba clases para mis muñecas, las ponía en la cama y les enseñaba", admite soltando la risa.
Juliana Martins Philot se mudó de la psicología a la matemática y decidió hacer escala en la educación. También de niña "fingía que daba clase con una pizarra" y hoy siente que "la matemática ayuda a resolver problemas de la vida cotidiana".
Las tres aplauden el nuevo despertar de la Inteligencia Artificial. "No nos asusta. El único peligro es pensar que va a resolver todos los problemas", asegura la Dra. Gomes. Coinciden, también, en que las aulas son un desafío permanente al estar pobladas de "nativos digitales que no lo son para las cosas más importantes. Bajan aplicaciones pero no para investigar o hacer búsquedas. Usan Instagram y TikTok pero no como la herramienta fuerte que son", observa la docente brasileña, decidida a interpelar a sus estudiantes en cada clase.
"Son muy inmediatistas: lo primero que aparece lo colocan sin comparar", sostiene la Dra. Martins Philot. Pero "son buenos buscando aplicaciones de resolución de problemas sin ser críticos. Algunas app no dan buena respuesta y el desafío es poner preguntas que las app no resolverían o la IA no daría", sostiene Bouciguez.
Es que "la matemática no es solo números. Es una forma de pensar, resolver problemas, aplicar razonamiento, es una preparación para la vida. Yo no tengo memoria, sí ando bien con la lógica, por eso me dedico a esto", suelta sobre el final Eloiza Gomes.
Hay una puesta en común y los primeros pasos ya están dados. Las fichas están puestas en la clase binacional de octubre mientras negocian como contrapartida "la visita de los profesores de la FIO a Brasil y que esto se continúe", plantea Eloiza Gomes. Prometen volver, muy agradecidas por el entusiasmo académico, la calidez humana y "las empanadas de Beatriz, que demostró ser una cocinera increíble" y seguramente sí quedarán grabadas en su memoria.
Con información de la Facultad de Ingeniería de la Unicen