El productor de Tres Lomas es uno de los más reconocidos de la raza Limangus. Tenía estación de servicio y un día decidió cambiar el rumbo y meterse de lleno en la ganadería. Eligió comprar los mejores animales que tienen mezcla de Limousin y Angus y le tocó debutar en una exposición en Olavarría. A partir de ahí fue creciendo hasta convertirse en uno de los mejores.
Por Darío Fariña
El 14 de mayo cumplirá 65 años ("Estoy a un mes de jubilarme", dice riéndose). Leo Hernández, el propietario de la cabaña Los Pirulos ubicada en Tres Lomas- está en todos los detalles mientras el experimentado cabañero Jorge De Marcos, junto con Federico Farías, trabaja con los dos toros y las dos hembras, todos animales PP, que llevó a la 6ª Expo Otoño de Limangus en Tandil (del 25 al 27 de abril).
Accesible para hacer la entrevista con campoindustria.com, Leo se explaya con esa manera tranquila y clara que tiene para hablar, para contar desde cómo y cuándo comenzó con su cabaña. Todo con detalles, por supuesto, y cómo fue evolucionando hasta ser un ganador en la arena de la Rural de Palermo, pero con la misma sencillez se mete en la pista de la Sociedad Rural de Tandil, donde logró el máximo premio: un toro dos años mayor PP fue el Reservado Gran Campeón y una vaquillona mayor preñada se quedó con el primer premio a la Gran Campeón Hembra. A esta logró venderla en 3.300.000 pesos al joven cabañero de San Cayetano, Francisco Escala (cabaña "La Fortaleza").
El martes 25, día de la admisión, fue justo un buen momento para hacer la entrevista. Tranquilo, aunque ayudaba en todo a De Marcos, se tomó unos veinte minutos para hablar, para contar su historia con Limangus, y de su cabaña por supuesto.
"Los Pirulos es una empresa familiar. Mi esposa (Analía Rimoldi) me acompaña a todas las exposiciones. Es mi compañera de vida, mi socia económico comercial con la que hacemos todo, porque yo hago un remate anual en mi campo en Tres Lomas y ella me ayuda a hacer las guías, las facturas, la cobranza, maneja las finanzas, por lo que es mi soporte. Así que un párrafo aparte para la Gringa" dice antes de meterse de lleno en la charla.
¿Leo, cuántas exposiciones llevás hasta ahora?
Uhhh, no tengo respuesta a esa pregunta!!. No me acuerdo. Primero empecé concurriendo con Puro Controlado y mi debut fue en una La Nación Ganadera que se hizo en la Sociedad Rural de Olavarría, de ahí seguí con PC hasta que comencé mi participación en Puro Pédigree, y mi primera vez en PP fue en Palermo en 2016. Así que tengo unas cuantas y en Tandil hemos estado en todos. Es lo que nos gusta, es para lo que trabajamos y sobre todo las cabañas siempre tenemos seis meses y seis meses: seis meses de exposiciones, remates, participación en eventos, y seis meses de trabajo en la cocina. Es que se trabajan seis meses en la previa para llegar acá. Lamentablemente este año las condiciones están complicadas, difícil de todos lados, climáticamente nuestra zona ha estado una situación, y sigue, con la sequía que es muy grave. No tenemos pasto ni comida, y la situación económica del país no nos ayuda para nada por lo que no sabemos dónde estamos. Sobre todo para los que trabajamos con reproductores, ya que hay una manera de vender con plazo que podemos achicar un poco pero el plazo tiene que existir. Y vender con plazo en la Argentina donde las condiciones del mercado cambiario van minuto a minuto, imagínate a sesenta días, y a noventa ni hablar.
¿Por qué tu cabaña se llama Los Pirulos?
Es un nombre raro, es cierto, y lo he tenido que explicar muchas veces. Los pirulos son mis hijos, que desde chiquitos por su adicción en la playa a los pirulines que vendía un vendedor ambulante. Era en Villa Gesell y ellos todavía usaban pañales y con mi señora entonces empezamos a decirles pirulín y pirulina, pero fueron creciendo y pasaron a ser pirulo y pirula, y cuando le tuve que poner el nombre a la cabaña fue Los Pirulos, porque son mis hijos Lucía y Santiago. Lucía ya tiene 32 años y Santiago 30, así que el tiempo ha pasado. Por eso mis animales que están registrados con sus respectivos nombres en la Sociedad Rural tienen un prefijo que es LuSan. Es decir, se llaman LuSan Homero, LuSan Centauro, LuSan Jirafa, etc.
¿Hablando de Palermo, este año vas a estar nuevamente?
Sí, sí. Vamos a ir con las mismas categorías que traje a Tandil. A esta Expo Otoño vinimos con dos toros, uno de 30 meses y otro de 18, los dos PP porque yo trabajo solamente Puro Pédigree. Y dos hembras, una de 18 y otra de 30 meses, así que iré con dos machos y dos hembras, por lo que iré con cuatro a Palermo.
Hoy hablabas de los problemas en la ganadería, pero el productor argentino es optimista por naturaleza, ¿no?
El productor argentino en general, y el ganadero en particular, es optimista. Somos un bicho raro porque siempre apostamos por el futuro. Eso sí, no nos aburrimos. Esto de aburrido tiene poco. Quizá los que hacen agricultura se pueden aburrir mirando una planta de soja, pero nosotros no nos aburrimos. Siempre se redobla el esfuerzo pero este año veremos porque es todo una incógnita, ya que a veces a lo que nos gusta, al deseo, a la voluntad, a las ganas, se contrapone tu propia situación económica o climática. Porque por más que yo quiera aumentar mi rodeo si no tengo comida es imposible o si quiero mejorar mis reproductores si no tengo la capacidad económica financiera porque el clima no me lo permitió o porque el gobierno no me lo permitió entonces se hace imposible. Por más que quiera comprar el mejor toro, sé que tengo que acomodar la economía porque debo afrontar los gastos fijos del campo. Prácticamente que estamos abriendo el fuego de las ventas de los reproductores en esta exposición de Tandil, porque habitualmente lo hacíamos en mayo junto con la gente de Hereford y Shorthorn pero este año por eso de agregar la venta de invernada se adelantó, por lo que prácticamente estamos abriendo el mercado y viendo cómo reacciona.
¿Cuál es el secreto de los animales de la cabaña Los Pirulos, que siempre están prendidos en todas las exposiciones?
No hay grandes secretos. Creo que la base está en un rodeo de, más menos, 100 vacas de pédigree muy, muy, muy seleccionadas, muy apretada su selección al momento de dejarlas como madres de la cabaña. Es consecuencia de tener una explotación agropecuaria chica, pequeña, con poca superficie, y eso me obligó a apretar esa selección. Cuando veíamos 10 o 20 vaquillonas excepcionales decidíamos que no se podían vender porque eran superiores, no había lugar dónde ponerlas y entonces traíamos las 100 vacas, sacábamos las 20 que no nos gustaban por distintos motivos, y dejábamos las más lindas. Hacíamos lo mismo siempre y con el correr de los años eso se transforma en un rodeo muy seleccionado, con mucha consistencia genética, muy uniforme, y por más que cambiemos padres las crían salen buenas. A eso hay que agregarles otras condiciones, como darle alimentación, sanidad, y como yo soy un apasionado de esto hago un trabajo artesanal casi, hay mucho trabajo personal detrás de esto, y ese famoso proverbio español de que el ojo del amo engorda al ganado también influye.
¿Qué plantel tenés actualmente?
Yo trabajo en este momento con 100 vacas puras de pédigree y un plantel de 250/300 hembras puras controladas. Yo hago inseminación artificial en tiempo fijo en el cien por ciento del rodeo, todas las hembras se inseminan en Los Pirulos, y hago repaso con toros. Los toros en el rodeo PP estoy trabajando con tres o cuatro padres de los ganadores, de los campeones, que por suerte los tengo en el campo. Y en el rodeo PC elijo de cada camada, cada año, los siete u ocho mejores que pasan a hacer el repaso de la inseminación en el lote puro controlado y al año siguiente los vendo en el remate de tres años. Y vuelvo a elegir, en la camada de dos años, los mejores siete u ocho toros. Más o menos, ese es el sistema con el que trabajo haciendo un servicio de otoño a todo lo que es vaquillona de primera parición, de primer servicio, de 60 días, y lo que no se preña en sesenta días se va para hacer una selección por fertilidad. A la vaca se le da inseminación artificial a partir del 1 de noviembre hasta el 15/20 de diciembre, un servicio de 70/80 días, con el mismo sistema. Así sea la estrella de la cabaña si queda vacía se va, porque tuvo las mismas condiciones de alimentación y sanidad, por lo tanto todo se sigue apretando para tener madres más confiables y más fértiles.
¿Por qué te enamoró Limangus, o qué te enamoró del Limangus?
Yo soy cabañero y de Limangus, pero de casualidad. Yo me dediqué a otras cosas. En mi vida, menos salir a poner inyecciones de noche hice de todo. Entonces en ese momento tenía estación de servicio y una máquina picadora de forraje, y salió la posibilidad de alquilar un campo de una tía de mi esposa, que no tenía hijos. Era un campo chico y aproveché para hacer novillos, compraba ternero de invernada en la Cuenca del Salado y hacía engorde de novillos a pasto porque nuestra zona era excepcional de invernada hasta antes de que aparecieran los feedlot. Como hacía novillos de importación a pasto comencé a tener problemas con los frigoríficos, con los rendimientos, la discusión de que se pasaba de grasa, que si rendía el 58 o el 60, y por esa discusión con la industria frigorífica decidí empezar a buscar una raza que no me dé estos problemas. Averigüé con un genetista, con veterinarios, por Internet, hablé con amigos como el gerente de planta del Frigorífico Gorina, con inspectores de la ex Onca. Todos me apuntaron que buscara algo que tuviera un chorro de continental para que le saque el engrasamiento y que le dé más volumen de carne, otro me habló de una raza nueva que estaba surgiendo que era Limangus (con un porcentaje de Limousin y otro de Angus). Era una raza que ya andaba bien, que la industria la estaba mirando. Así que ahí comencé y le apunté a esto.
No fue fácil, seguramente...
Claro que no. Resolví hacer una inversión importante en ese momento así que todos mis ahorros los metí en 80 vaquillonas preñadas que le compré a Administración Cook con la idea de hacer mis propios novillos. Resulta que cuando parieron esas vaquillonas le hicimos el primer destete y cuando fuimos a capar el veterinario me dijo que había unos terneros hermosos, por lo que dejamos 8 o 10 enteros aunque sea para venderle al vecino, ya que decía que iban a salir unos toritos bárbaros. Quedaron 10 y se vendieron porque fueron buenos, al año siguiente fueron 15, luego 20 y así. Me transformé en hacer reproductores que novillos, después el salto siguiente fue cuando desde la Asociación me incentivaron para hacer algún animal de pédigree, hasta que participé en Palermo y me fue excepcionalmente bien: llevo cinco Palermo con 4 grandes campeones, dos machos y dos hembras, así que para mí esto es tocar el cielo con las manos. Me gusta y soy un emprendedor nato y me encanta buscar la perfección, la excelencia, así que cuando sale, bienvenida sea.