Cristina contra la Justicia ya es un clásico. Ahora no se hace cargo de la inflación y lo culpa a Alberto. Rosario es una metáfora del país. Los incendios nunca se controlan. Spina quiso primerear la interna radical. ¿Cuál será la respuesta del Partido?. La grieta gremial y quieren unirse por el espanto de lo que puede venir.
Cacho Fernández
Para entender lo que están padeciendo los rosarinos con el narcotráfico o el narco-terrorismo como se lo busca calificar, basta con recordar un chiste gráfico publicado hace algunos años, y si la memoria no me falla, en la contratapa de El Popular.
El chiste (supuestamente de Dobal, así, con "b" larga) presentaba a unas personas acechadas por un malón de indios enardecidos, por un flanco, una pila de felinos por el otro y un precipicio detrás. La pregunta de rigor sería "como se los salva a esa pobre gente". El dibujo también presentaba a varios trabajadores de la redacción totalmente preocupados por lo mismo, intentando ayudar al humorista a encontrar una salida para los personajes acosados. La misma preoucpación que hoy tienen los rosarinos y el resto de los argentinos que presienten un futuro similar para ellos. "Estamos rodeados", tituló un gran periodista su nota de opinión y describía una situación muy parecida a la rosarina.
Los rosarinos son ese grupo en peligro inminente e ineludible acechado por fieras sedientas de sangre, vandalismo y el precipicio por detrás y como unico "escape" por decirlo así, donde podríamos ubicar a los gobiernos, el nacional, el provincial y el municipal en menor grado representando ese precipicio también acechante.
Rosario es hoy una metáfora nacional. Los peligros acechan y se potencian y quienes dan una solución están completamente ausentes, en sus cosas o contemplando sus propios ombligos. Y, como en el chiste gráfico, los trabajadores de la redacción no es otra cosa que el pueblo argentino preocupado por lo que se les viene en poco tiempo y con la misma suerte.
Pronto, muy pronto, el Conurbano será otra Rosario porque por estos lares también se destaca la falta de compromiso, idoneidad y la corrupción de la dirigencia tanto política como policial. Las acechanzas son las mismas solo que están diluidas de otra manera en el tejido social.
También aquí, Aníbal Fernández, el ministro de Seguridad, como Cristina Kirchner, dijo una cosa un día y se desdijo al día siguiente. El inefable ministro, con una cruel ironía que se parece demasiado al descompromiso, culpó al gobernador de Santa Fe de todo y le cargó toda la responsabilidad para sacarselo de encima. Pero, como las cosas maduran hasta pudrirse, a los pocos días debió hacer un acting de compromiso con fuerzas federales de contexto al promerle a los rosarinos que iba a ir "hasta el hueso" en la lucha contra los narcos. Recordemos que Cristina también había renunciado a cualquier candidatura y al poco tiempo se victimizó como una proscripta. Y ayer insistió con esa postura.
Hoy en Rosario como en el Conurbano bonaerense existen dos Estados con sendos poderes de coerción , y así estaba Colombia hasta hace pocos años. Recordemos, como sostenía el historiador Halperín Donghi, que un país debe tener un solo Estado y un solo poder de coacción porque lo ejerce bajo el marco de la ley.
El narcotráfico no tiene tampoco límites en su expansión territorial y cuentan además con un poder de fuego y una impunidad absoluta para copar cualquier mercado con su mercadería destructora. Pueden comprar las voluntades que quieran porque dinero les sobra y también sobran funcionarios dispuestos a venderse. Por lo tanto, seguimos estando como ese grupo del chiste de Dobal (creo) cercado al filo del abismo.
El Tribunal que condenó a Cristina descalificó su argumento de "lawfare" al calificarlo como una coartada y con eso completó su fallo condenatorio. En el plano político (aunque para Cristina su juzgamiento lo es) el gobierno busca levantarle el precio a Milei para que sea el "quitavotos" de Juntos por el Cambio. Es decir, aviva un incendio que no sabe si va a poder controlar. En realidad no existen los incendios controlados. Ni Perón, calificado como un "bombero piromaníaco" (avivaba incendios y luego se ofrecía a apagarlos) Pero no pudo hacerlo cuando encendió a la juventud que después no pudo apagar.
Por eso, esa variable independiente (causal) que es la economía puede desatar el incendio que quiere avivar el gobierno con Javier Milei y luego no podría controlar transformándolo al libertario en un quitavotos del espacio K. ¿Quienes? Las encuestas reflejan que muchos marginales o desclasados planeros que se sienten más afuera de lo que están y están tan descontentos como los empresarios pymes o del campo. Esos desclasados y expoliados, sin ningún conocimiento político y motivados por el odio y la bronca suponen que un liberal los puede sacar del pozo.
Galli, tragedia y gestión
La semana nos presentó a un intendente padeciendo la peor de las tragedias. Ezequiel Galli estuvo en pleno movimiento y actividad, poniendo en marcha obras de extensión de la red de gas en el Barrio Cnel. Dorrego, energía eolica, la compra de dos ambulancias de alta complejidad, lo que si bien todo ello podría ser considerado como parte de la actividad normal de un jefe comunal, también es cierto que pese a que todavía no confirmó su voluntad de candidatearse, todos estos anuncios pueden ser señales de estar dispuesto a ir por otro período más y anticiparse a los intentos radicales o de su propio partido de disputa. (Esta semana estuvo Dalton Jáuregui haciendo campaña en la ciudad).
La gestión ahora está ocupada también la paritaria municipal, una negociación que nunca fue facil, y mucho menos en pleno año electoral. Los ingresos municipales son una variable importante y el del impuesto a la piedra subió apenas un 60 por ciento cuando la inflación fue del 98 por ciento. Algo incomprensible y tal vez inadmisible habida cuenta que, como dijo hace un par de días Héctor Laplace (Aoma Central) cuando destacó la intensidad producción minera y los despachos de cemento.
Lo cierto es que la zona de confort del gallismo estaría en su propia fuerza y en el pichettismo (Encuentro Republicano Federal). El radicalismo todavía debe dirimir sus propios conflictos primero para poder entrar luego en un proceso de cohesión y normalización con el resto de la cohesión. Al curismo se prepara para lanzar la fundación Encuentro Federal el próximo viernes 17, en su sede de Sgto Cabral 3332 en donde estará el presidente de la fundación a nivel nacional, Eduardo Mondino.
Cena y lanzamiento
El radicalismo presenta dos vertientes claramente enfrentadas y ambas podrían presentar candidatos. El oficialismo, que hoy gobierna el partido, acelera las obras en el local partidario con una nueva estructura, más moderna y funcional. Sería el único partido político con su propia sede, como un mensaje conceptual de tener un local permanente y facilmente encontrable, lo que lo diferencia de las estructuras partidarias transitorias que conforman hoy el nuevo régimen político nacional. Gran parte de los partidos políticos han ido mudando varias veces sus sedes, casi como un signo de un sistema basado en la transitoriedad política.
El oficialismo de la UCR (Evolución) podría presentar candidatos para una Paso (se habla de Belén Vergel y de Sebastián Matrella) y la gente de Adelante Radicales ya decidieron hacerlo con el ingeniero Marcelo Spina, quien confirmó su voluntad de competir en la cena del jueves acompañado por el presidente de la UCR y pre-candidato a gobernador Maxi Abad, el economista Alfonso Prat Gay, el senador Alejandro Cellillo, la diputada provincial Alejandra Lordén, quien defendió enfáticamente a las Paso como el método más democrático para que la gente elija directamente a sus propios representantes, y varios radicales como los ex diputados provinciales, Mario "Pinocho" Lázaro y Rubén Lancetta (también lo fue en la Nación, con una postura muy crítica frente al manejo de sus oponentes internos dentro del partido y de la coalición.
Pero todo eso parece normal en el medio del fragor de una disputa. No se sabe aún si hay lugar para dos candidatos radicales en una Paso, pero Spina decidió primerear como un intento de ganarle de mano al grupo que hoy lidera Franco Cominotto y que ganó las elecciones internas, triunfo que seguramente lo van a querer hacer pesar.
El radicalismo juega supuestamente a disputarle el poder a Galli y eso lo van a enarbolar como la bandera de campaña y el factor distintivo frente a la otra facción que quedaría omo "acuerista". Entonces, uno de los grupos enarbolaría la bandera del protagonismo al palo y la otra que quede ipso facto como el sector "acuerdista" o "arreglista" como lo denominan algunos a modo de casi un insulto o una descalificación.
La grieta gremial
La enorme crisis económica que atraviesa el país es el eje principal de la campaña, al menos de la oposición. Aunque el oficialismo la toma de otra manera sea como una batalla contra la inflación o la promesa de un crecimiento tan difícil de creer como lo habrán sentido los padres de Messi antes de conocer la solución al problema hormonal de su hijo.
Pero el actor central de la campaña son las pymes y no los gremios. No en vano Hernán Parra y su agrupación se juntan con Julián Abad. ¿Fueron a El Quebracho por su exitoso comercio o por su dueño?.
Tal vez la causa de este giro de privilegiar las pymes se deba al escaso protagonismo de los sindicatos en la vida política nacional. Se los ve ya no negociando sino subsumidos completamente al poder del partido gobernante y sin ninguna voluntad de defender los intereses de los afiliados por sobre todas las cosas. Lamentablemente, para mucha dirigencia sindical la prioridad no es el trabajador, ni la caída del poder adquisitivo del salario, sino maniobrar dentro del poder político para ver como queda acomodado. Son parte del oficialismo nacional y provincial y lo van a seguir siendo aún en la oposición. Esto ya lo padeció Raúl Alfonsín y el gobierno de la Alianza.
En Olavarría, los gremios están alineados de acuerdo al poder de La Cámpora, que maneja una porcion alrededor de la Casa del Trabajador, un organismo ad hoc creado por Juan Sánchez cuando perdía la Secretaría de Trabajo. En tanto, otro sector se agrupa por fuera del camporismo y dicen tener problemas políticos con éste. pero sin estructura clara ni liderazgos visibles hasta el momento. Y eso los debilita. Aunque hubo un acercamiento del titular de STMO (municipales), José Stuppia, con el jefe de La Cámpora, el diputado César Valicenti seguramente para continuar un diálogo que nunca comenzó porque la relación entre ambos no es de las mejores. Pero habría intención de recomponer esta relación simplemente porque a los gremios les conviene la unidad porque saben que un triunfo de la oposición les prefigura un panorama muy complicado. Entonces, si no los une el amor, los unirá el espanto.
Los camporistas son los que terminan fijando las metas salariales y acatando las "sugerencias" que funcionan como órdenes el gobierno de no susperar determinados techos de demanda mientras la inflación se come los salarios en un ajuste inédito y descomunal.
Lo que llama la atención es que los afiliados acaten esto con absoluta pasividad cuando con diferentes gobiernos prendían fuego la calle por algunos puntos de aumento. Tanto sería así, que un dirigente gremial de alto prestigio llegó a decir y con visible desaliento que "hoy el movimiento obrero es una vergüenza".
Hoy por hoy el escenario gremial se parece mucho más a la etapa pre-peronista y conservadora. La unidad gremial está aún lejísima y cada dirigente hace su juego mientras las obras sociales sindicales naufragan por la crisis económica, por la falta de nuevo empleo, por la pérdida de los viejos, por la asimetría entre el costo de las prestaciones y lo que los sindicatos pueden pagar y por qué no, por alguna que otra malversación de fondos ocasionada por la falta de controles y auditorías.
La CGT olavarriense está tan lejos como la de ese país soñado sin corrupción y sin justicia social y tan distante como la realización de la autovía sobre la Ruta 3.
El miembro de la Focra y delegado ante la CGT nacional, Miguel Vales afirma con todo acierto que "no debemos hacer política partidaria ni someter la estructura gremial a los intereses de un partido político", aunque deja en claro que todo dirigente tiene derecho a hacer política pero sin usar el sindicato. Y agrega con toda crudeza y sinceridad que "muchas obras sociales están mal administradas". Y cuenta que los problemas internos en su gremio local le causaron la pérdida de unos 500 trabajadores con sueldos entre 400 y 500 mil pesos mensuales. "Y todo eso porque tenían una interna conmigo. Lo hicieron para castigarme y entregaron la obra social a otro gremio", remató. Se perdió el sentido de pertenencia al negociar con Ospe que se lleva todos esos fondos todos los meses.