Cuaresma: escalada con Jesús 

Columna de las Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe

Angélica Diez (*) / [email protected]

"Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones". Estos son los deseos del papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma 2023: "Ascesis cuaresmal, un camino sinodal".

En nuestro entorno se están desarrollando muchas disciplinas deportivas que traen beneficios corporales y mentales. Entre ellos, la escalada. Es una disciplina que implica un gran desafío tanto para el cuerpo como para la mente y en la que entran en juego los músculos del cuerpo. Cuaresma es una ocasión favorable para aceptar de ponemos en camino como los discípulos para ir con el Maestro ; de eso se trata la "Ascesis cuaresmal, un camino sinodal". También a nosotros: "...el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a "subir a un monte elevado" junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis". 

Esta invitación lleva consigo un compromiso particular que compromete nuestro corazón, nuestra voluntad y el verdadero deseo de crecer, adquiriendo la gracia necesaria "... para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. (...) Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades y, ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración". 

En esta escalada con Jesús la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. "Escúchenlo" (Mt 17,5) (...) ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas e cada día, incluso con la ayuda de Internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda.(...) El escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia . La segunda indicación para esta Cuaresma es: "Levántense, no tengan miedo". Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense", (Mt 17,6-8). También a nosotros el Señor nos repite: 'Levántense, no tengan miedo'. Animados por el Señor en esta escalada, "...bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades" (Papa Francisco).

(*) Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.

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