Emilio Tévez, antropólogo social, analizó lo que atraviesa una enorme porción de la sociedad argentina cada cuatro años con la presencia de la selección en los campeonatos mundiales de fútbol. "Que por una vez un país de muy al sur del mundo esté generando esto, no puede dejar de enorgullecernos" sumó Tévez.
Antes del Mundial de Italia '90, Eduardo Galeano escribía para el diario "El País", desde Madrid, que "hasta el Papa de Roma ha suspendido sus viajes por un mes. Por un mes, mientras dure el Mundial, estaré yo también 'cerrado por fútbol', al igual que muchos otros millones de simples mortales".
En el fondo nada ha cambiado a medio transitar entre los 32 y 33 años de aquella sentencia; en las formas se ha potenciado a partir de la explosión de las tecnologías de la información y la comunicación. El planeta todos estos años pares no bisiestos desde 1930 gira a un ritmo diferente.
En este lado del Río de la Plata, en especial, puede llegar a inflamarse hasta la exageración como para buscar un abordaje sobre el impacto psicológico y el fenómeno sociológico de cada Copa del Mundo de la FIFA. Emilio Tévez es antropólogo social, docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN en el seminario de "Antropología y educación" y, en el área metodológica, tiene a su cargo el taller de "Redacción de tesis".
"Me encanta que por primera vez en mi carrera me llamen para analizar algo relacionado con el fútbol" confesó apenas comenzó la charla y añadió "tengo recuerdos muy frescos de los mundiales desde Italia '90, con 8 años. Tengo muy presente la final de la Copa América entre la Argentina y Brasil. Fue como un momento que reafirmó lo que se está viviendo ahora, en este campeonato del mundo" dijo, y lo separó con lo acontecido en el Mundial de Rusia.
"En 2018 hubo como un alejamiento de la gente con la selección por todo el lío que rodeó a ese proceso, con un cuerpo técnico que intentó implementar una idea de juego revolucionaria y terminó siendo un fiasco, y con Scaloni -a quien sólo conocíamos de la Sub 20 del '97- me pasa que me hace acordar mucho a Bilardo y eso de hacer lo que se debe con las herramientas que contamos" opinó.
Mencionó "defender cuando el partido lo requiere, e incluso hacerlo de una manera rústica si hace falta, como en aquella final del Maracaná". Para agregar que "Creo que en la era Messi -equivocadamente para mí-, se le pidió a la selección que jugara como el mejor Barcelona de la historia, y el fútbol argentino nunca fue eso, mucho menos en sus grandes logros" marcó.
"En esa final de Maracaná empezó a producirse un reencuentro con esa selección que nos identifica. Tenemos buenas armas, buenas herramientas, al mejor, pero en el mundo de hoy también hay que saber defenderse e inclusive a veces entrar fuerte" sostuvo el doctor Tévez.
Transpoló la situación a 2014 y recordó que "inclusive estaba Mascherano como referente del grupo un poquito por encima de Messi con esa dureza, garra y poner lo que hay que poner que pide el hincha. Nada distinto a lo que pasa cotidianamente con el hincha de todos los fines de semana en lo local".
"Con la selección hoy siento que ocurre lo mismo. Nosotros no estamos en igualdad de condiciones con el fútbol europeo. Se ve cuando algún equipo tiene la suerte de ganar una Libertadores, va a disputar el Mundial de Clubes y no puede competir con el ganador de la Champions League. Marruecos es otro ejemplo de cómo hay que hacer para ganarle a Goliat" reflexionó el doctor Tévez.
"No vamos a erradicar el imperialismo por ganar un partido de fútbol, pero es un hecho de un fuerte significado político que una selección, en niveles abrumadores de desigualdad, les gane a potencias europeas. En un mundo tan injusto aparece la esperanza, que no es poco" subrayó.
A las reacciones de tierra adentro, en una primera mirada, las calificó como "un desahogo, pero al mismo tiempo para les argentines tiene que ver con nuestra historia. Somos un país criticado, y muy autocriticado, entonces ubicarnos en algo que hacemos bien como jugar al fútbol encontrarnos en un lugar donde podemos brillar".
"Además de que lo hacemos bien, de que nos enorgullece, de que tenemos historia y podemos mostrarla al mundo en los '80 vino Maradona convertido casi en un semidios, que no sólo jugaba bien, sino que representaba al pueblo" expresó.
"Con todo eso volvemos a tener al mejor del mundo, en este Mundial en un modo maradoniano mejor que nunca, que recuperó ese espíritu guerrero que veíamos en Diego. Toda esa conjunción hace que ese lugar de encuentro que siempre eran los mundiales se consolide y se refuerce" verificó.
El doctor Tévez reforzó el análisis aportando que "en el medio de todo esos se entrecruzan un montón de cuestiones en las que también somos buenos, como el canto de la hinchada". "Es un fenómeno cultural, con niveles de creatividad superlativos, que viene de larga data. El sábado, viendo 'Sobredosis de TV', apareció un árabe que se sabía la letra de 'Muchachos ' y no podemos dejar de sentir cierto orgullo, porque no son tantas las oportunidades que tenemos de que la Argentina brille en el mundo" rescató.
"Que por una vez un país de muy al sur del mundo esté generando esto, no puede dejar de enorgullecernos" sumó Tévez. Otro punto que abordó el doctor Tévez en su disección de este fenómeno son los "distintos Messi" que se han visto con la camiseta blanca y celeste, y sobre todo el de hoy.
"Durante un largo tramo en la historia de Messi muchos no lo reconocían como argentino porque no cantaba el himno, porque no tomaba mate, porque jugaba en Barcelona, hasta que él mismo produjo un reencuentro con la gente. Viene porque lo emociona, y terminó de conectarse con su pueblo, que es un pueblo que exige ciertas cosas en un país que ama al fútbol y ama a Maradona" verificó.
"Hay cosas en un partido de Mundial que no había visto nunca, como que casi se agarren a piñas contra Países Bajos, o a los jugadores holandeses provocando a los argentinos antes de ir a ejecutar en la definición por penales" consignó Tévez. "Creo que en ese sentido el pueblo lo reivindica, pero también aparecen en este proceso algunos medios que salen con esa visión bastante distinta de lo que es la vida" abarcó.
Tévez lo marcó como un desencuentro entre "el discurso de ciertos medios y las características del pueblo argentino, que es un pueblo luchador -sobre todo contra los poderosos- que va desde lo cotidiano hasta sus reivindicaciones, movimientos sociales que todos los días pelean por sus derechos, o el reconocimiento de diversidades".
"Justamente, con lo ocurrido en el partido contra los Países Bajos aparece esto de 'no podemos no hacerle el aguante a todo esto que está ocurriendo'. Inclusive la frase de Messi ya se hizo remera, está en todos lados y creo que Messi ahí puso sobre la mesa cómo se siente con el pueblo al que pertenece, algo que fue muy criticado por medios que tienen una historia bastante cuestionable" indicó el docente.
"Que haya ocurrido esto me parece que fue algo que enriqueció lo que estamos viviendo. Sí, somos todos argentinos, pero capaz que no estamos todos del mismo lado de la mecha. A Messi lo hace mucho más popular y genera rechazos en un sector de la sociedad que se siente más identificada con Europa que con su país o con la región" abordó el doctor Tévez.
"Son cosas que en la superficie no se ven porque estamos festejando y pasan cuestiones, pero por debajo de esa superficie se ponen todas en juego. Podrían preguntar 'che, ¿pero por un partido de fútbol pasa tanto?'. Y sí, en medio de un partido de fútbol esas cosas están pasando constantemente" cerró Emilio Tévez.