Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales, cuenta cómo nace el libro que se presentó el miércoles en el Centro Cultural Universitario. El trabajo llega para plantar mirada en la pandemia, no solo desde cuestiones de salubridad, sino también desde la necesidad de dar respuesta urgente a problemáticas existentes que se profundizaron.
La pandemia exacerbó las desigualdades, agudizó demandas y magnificó problemáticas sociales. Todo quedó más en evidencia en aquellos momentos de Aislamiento Social, Preventivo Obligatorio. No se vivió igual en hogares confortables con las necesidades básicas satisfechas que en aquellos lugares más vulnerados.
Sobre esto trata el libro "Pensar la pandemia de espacios situados: ciudades, instituciones y sujetos", un aporte de las Ciencias Sociales y Humanas respecto al impacto de la pandemia en la sociedad.
El libro se presentó el miércoles pasado en el Centro Cultural Universitario que ha servido de vacunatorio cuando llegaban las primeras dosis pediátricas. Allí, en San Martín 1955, la Lic. Patricia Pérez junto con Inés del Aguila, Ana Silva, y las doctoras María Eugenia Iturralde y Belén Fernández Massara fueron moderadoras de este material bibliográfico que vienen elaborando desde aquel 2020 atravesado por el Covid.
¿Qué propone este trabajo de investigación? "Una mirada más específica de lo sucedido en nuestra ciudad que es una ciudad grande, pero se diferencia de una megalópolis. Por lo tanto, tiene una manera particular de presentarse, de concebir su pasado, de estar en el presente y de pensarse en el futuro", define Patricia Pérez, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría.
La pandemia "vino a complejizar situaciones críticas y a profundizar problemas que ya estaban", asegura ahora ante EL POPULAR, en un contexto con cierta normalidad epidemiológica pero con un aumento de casos que vuelve a encender las alarmas.
El libro es resultado de una investigación que comenzaron a realizar en 2020, en plena crisis provocada por la pandemia y a partir de la creación nuevamente del Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación de la Nación eliminado durante la gestión Macri en 2018 junto con el Ministerio de Salud que había sido reducido a una simple Secretaría.
"Cuando se inicia la pandemia se puso en relevancia la necesidad de fortalecer el sistema científico nacional como resolutor de problemáticas sociales. La pandemia no fue solo una problemática vinculada a aspectos de salubridad, sino que también hay allí otras demandas que aparecen en la sociedad a las que debían darle respuestas inmediatas", argumenta la docente e investigadora.
Entre aquellas respuestas urgentes no solo estaba el aislamiento rápido que sirvió para evitar contagios mientras se ponía en pie un sistema de salud que tenía pésimas condiciones, sino también cuestiones de alimentación en sectores vulnerables, la educación o la violencia de género que se profundizó en tiempos de aislamiento.
"Nosotros trabajamos esos ejes que se vinculan la alimentación, con qué estaba pasando con las niñeces vulneradas en Olavarría o las violencias por razones de género en contexto de ASPO. También incorporamos el uso de las tecnologías en la información y la comunicación. Son todas cuestiones vinculadas a la pandemia, pero por fuera de lo que es la salubridad, son otros aspectos que nos dedicamos a mirar en ese contexto".
El libro
El trabajo tiene la importancia de cómo desde las Ciencias Sociales y las Ciencias Humanas se puede aportar conocimiento para situaciones que son de magnitud semejante a una pandemia. Allí es donde las vulnerabilidades se hacen más visibles y donde es más necesario el rol del Estado poniendo a disposición mecanismos que faciliten sobrellevar cada una de las situaciones.
No pasó tanto tiempo desde la implementación del IFE que aportó los medios económicos más urgentes para afrontar las economías domésticas de trabajadores informales y desempleados, o una especie de subsidio para mujeres violentadas a modo de apoyo excepcional de emergencia.
"Nuestro libro está fuertemente situado en ver qué fue lo que pasó en la ciudad de Olavarría. Todos los artículos que allí aparecen tienen, por un lado una parte metodológica trabajando lo multidisciplinario; y por otro lado trabajamos con cuestiones que tienen que ver con metodologías novedosas vinculadas a qué pasa en los sectores vulnerados; mirándolo desde un saber y una praxis feminista".
Además, el libro también trabaja sobre la importancia de la Unicen como universidad pública "que estuvo cerca de las necesidades de nuestra sociedad. En nuestro caso produjimos material audiovisual a los efectos de que puedan circular por redes y whatsapp", recuerda.
"Cuando hacia apenas días que estábamos en Aislamientos Social Preventivo y Obligatorio (ASPO de ahora en más) un grupo de investigadores/as del Programa de Investigaciones Comunicacionales y Sociales de la Ciudad Intermedia (Proincomsci) radicado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires colaboramos como referentes académicos en la construcción de una diagnosis nacional demandada por el recuperado Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación que desde la Unidad Coronavirus proponía analizar cuáles eran las condiciones concretas y los impactos sociales que presentaban los sectores vulnerados de la ciudad para enfrentar el período de aislamiento que estábamos transitando", comienza la introducción de este libro que se presentará esta tarde.
Para el trabajo, recurrieron a informantes claves que, ya sea a través de entrevista telefónica o audios de whatsapp, "coincidieron en señalar -aparte de lo estrictamente vinculado con violencias por razones de género- algunos malestares que percibían en sus entornos; si bien no eran cuestiones novedosas, estaban profundizándose por esos días", exponen en el libro.
Y caracterizaron algunas de las problemáticas que requerían atención urgente: "las violencias por razones de género y las tramas institucionales del Estado y de las organizaciones de la sociedad civil; las niñeces y juventudes vinculadas en esos con textos violentos; algunos en situación problemática con las leyes; las problemáticas relativas al aprovisionamiento alimentario y de higiene en la ciudad, y por último, la necesidad de contar con información veraz respecto del resto de los aspectos. Los inconvenientes recabados engloban otras dimensiones y necesidades".
Lo que comenzó con breves esbozos sobre algunos aspectos de las experiencias vividas durante la ASPO se convirtieron en un proyecto más amplio que abarcó a profesionales de distintas disciplinas: antropología social, comunicación social y trabajo social, además de formaciones particulares en problemática de género o tecnologías de la comunicación; para mencionar algunas de ellas.
Pasaron dos años y diez meses de aquel período de ASPO vivió el país entero. Y el libro vuelve a reafirmar que las desigualdades sociales, las problemáticas de violencia de género, o la desocupación y el trabajo informal existían previamente y existen ahora; pero que se agudizan frente a situaciones excepcionales. La pandemia es un ejemplo de ello y las Ciencias Sociales y Humanas también llega para dar su aporte.