Cada 3 de noviembre se celebra el Día del Joyero y Relojero. Beba comenzó con el negocio junto con su marido Coco. "Agradezco a toda mi clientela del alma, sentís que te quieren, que vienen porque están cómodos, porque confían en mi".
Hoy en día Beba atiende todos los días su joyería ubicada en Vicente López al 2600 donde se puede encontrar una gran variedad de joyas y relojes. Además ofrecen el servicio de reparación y fabricación de lo que el cliente solicite, tanto de joyas como relojes. La Joyería Solari surgió en 1993 y desde ese entonces hasta ahora Beba continúa con el mismo entusiasmo y profesionalismo de siempre.
La gente actualmente compra mucha platería, acero y también oro. "Del oro a veces se puede dar precio y a veces no, a veces no tenes el modelo porque no es como antes que tenías que tener un modelo de todo", indicó Beba Solari. Platería y acero se vende mucho más, y también relojes. "Tengo mucha gente grande que cuando cobra la jubilación pasa y dicen 'me voy a hacer un regalito' y se lo llevan", comentó.
Beba Solari comenzó su experiencia en el mundo de la joyería en 1959 cuando apenas tenía 16 años. Tenía ganas de comenzar a trabajar y vio en ese momento que había un puesto disponible en una joyería ubicada en Coronel Suárez y Vicente López. "Cuando me enteré que buscaban una empleada me anoté en el Centro Comercial", señaló Beba. Y expresó que "empecé y me encantó, es mi vida esto". En esa joyería aprendió a atender a los clientes, empezó limpiando la mercadería, entre otras actividades. Los dueños de la joyería eran Ángel Amoroso y su hermano Roque. "Roque Amoroso me enseñó mucho de lo que sigo haciendo: enhebrar collares, enhebrar con nudo", indicó.
En el trabajo en la joyería conoció a Coco, con quien años después se casó. "Mi marido entró a trabajar ahí de joyero y platero, nos conocimos y nos casamos en el año 63. Tuvimos 3 hijos y después dejé de trabajar cuando tuve a mi primera hija", expresó Beba. Silvina, la hija mayor, se fue a vivir a Buenos Aires y tiene un emprendimiento donde fabrica productos de plata con cuero, está haciendo platería como su papá.
Unos años después Ángel Amoroso decidió cerrar su joyería, en la cual Beba había tenido una gran experiencia laboral y de aprendizaje en el rubo de la joyería. "Nos impulsa a que pongamos una, era difícil, medio con miedo, nos entusiasmaron esos patrones que no me los voy a olvidar nunca". Consiguieron un local pequeño sobre Coronel Suárez y ahí comenzaron con su propio emprendimiento, su marido Coco y ella. Estuvieron en ese local hasta el año 93, luego se mudaron al negocio que actualmente atiende Beba en Vicente López 2669. Su marido Coco trabajaba en el taller, era joyero y platero, según Beba era "exigente al máximo" en relación a sus trabajos. En el año 97 él falleció y Beba continuó a cargo de la joyería que crearon juntos. "Agradezco siempre esos 34 años que estuve al lado de él porque aprendí", manifestó Beba.
Actualmente la Joyería Solari tiene clientes de todas las edades y generaciones familiares. "Tengo clientela de los abuelos, los hijos y los nietos, cuando la atendes bien a la gente la mejor propaganda es el boca en boca", comentó. Hoy en día trabaja con un joyero de Bahía Blanca, Enrique León y su hijo Pablo, "los dos trabajan como mi marido, impecable", señaló Beba. Además cuenta con un relojero y platero. "Nosotros arreglamos, hacemos si me traen el diseño, anillos, colgantes, pulseras".
"Todos los trabajos que tengo me los llevo a casa, tengo una mesa de trabajo y ahí hago todo, los arreglos. Nunca voy a decir esto no se puede, voy a tratar de arreglártelo, hay gente que trae reliquias, así que hay que cuidarlas y devolverlas mejor de lo que la trajo". Después de tantos años en el rubro y de llevar adelante la joyería que inició con su marido Coco, Beba expresó que "agradezco a toda mi clientela del alma, sentís que te quieren, que vienen porque están cómodos, porque confían en mi y a todos los joyeros un saludo grande".