El gato, como especie, tiene tres días mundiales por diferentes motivos. Cuál es cuál.
El Día Internacional del Gato se comenzó a festejar originalmente el 20 de febrero, para conmemorar a Socks, el gato de Bill Clinton. Sin embargo, también se celebra todos los 8 de agosto y los 29 de octubre.
Compartir la vida con un animal es verdaderamente un privilegio y hacerlo con un gato aumenta la calidad de esa circunstancia. El gato es un ser único, elegido como divinidad en la antigüedad y como compañero preferido en la actualidad. Balzac tenía un gato y Manuel Mujica Láinez tenía un gato llamado Balzac. Borges lo calificaba como un tigre de lo cotidiano.
Sin duda, la presencia del gato doméstico no pasa desapercibida en ninguna sociedad y en la nuestra mucho menos. Tan es así, que lo han homenajeado con tres fechas, a falta de una, como Día Internacional del Gato.
La primera fecha señalada como Día Internacional del Gato es: el 20 de febrero, fecha de muerte de Socks, un gatito que perteneció a la familia Clinton, el expresidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
La razón principal por la que celebramos el Día Internacional del Gato el 20 de febrero es por Socks, el gatito de los Clinton que estuvo con ellos en la Casa Blanca durante la presidencia de Bill.
La segunda fecha de homenaje es el 8 de agosto, día en el que el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés), decidió pautar un homenaje a los gatos en el año 2002.
El fundamento de la elección del 8 de agosto es que justo en esta fecha, en el hemisferio norte es la época del año en la que los gatos son más propensos a estar en celo, generando una reproducción indeseada.
La más sentida y lógica de las fechas parece ser la del 29 de octubre, día en el que una proteccionista estableció como hito de reflexión sobre el abandono hacia estos animales. Algo así como una jornada de reflexión para que los seres humanos prestemos más atención a los gatos callejeros promoviendo su adopción.
En ese sentido vale la pena recalar en las causas que determinan el abandono de animales y en particular de los gatos. La convivencia entre los seres humanos y los animales no siempre es un éxito y en algunos casos la relación fracasa rotundamente generando la cobardía del abandono.
Para el animal, este es el comienzo de un camino muy difícil que tiene como mejor final feliz en la forma de la adopción en menos de la mitad de los perros y en el 40% de los gatos. El resto de animales, ojalá afortunadamente cobijados, deberán seguir viviendo en los refugios o en los hogares de tránsito, donde desde el desconocimiento del ambiente hasta el cambio continuo de rutina y el aislamiento de su grupo social les generan un fuerte estrés.
Según el último estudio realizado, los principales motivos de abandono de gatos han sido las camadas inesperadas (14%), los cambios de domicilio (13,7%), los factores económicos (13,2%), la pérdida de interés por el animal (11,2%) y el comportamiento problemático del gato (11%).
Estos motivos son dinámicos y cambiantes y los datos comparativos indican un aumento de los factores económicos y una disminución de los motivos relacionados con la pérdida de interés o el miedo a la toxoplasmosis.
La decisión de compartir la vida con un animal se debe tomar en serio, repartiendo tareas y responsabilidades entre todos sus miembros, si es que queremos sentar las bases de una relación larga y feliz.
Para tomarla es necesario: tener las ganas sinceras de hacerlo, poseer el tiempo y el espacio para que el animal pueda vincularse y desarrollar su conducta natural específica, asesorarse debidamente para poder conocer sobre la especie a adoptar y tener los mínimos recursos para sostenerlo nutricional y sanitariamente, coronándolos con amor y responsabilidad. Fuente: Infobae.com