Hace seis años comenzaron a tocar juntos con un objetivo claro: sólo hacer canciones propias y nada de covers. Y si bien algunos de los músicos se fueron para otros rumbos, la música trajo hacia el núcleo de la banda a nuevos que con su impronta le dieron a 33 Grados un sonido va del pop al rock, pasando por todas sus variantes, con un potencia increíble que disfruta sobre todo en vivo.
Rodrigo Fernández - [email protected]
"Nosotros componemos y tocamos para nosotros y después esperamos tener la suerte de que le llegue a alguien y que a alguien lo mueva, le guste, le sirva o lo interprete", dice Gerardo González, voz y guitarra de 33 Grados en diálogo con FINDE. La banda se completa con Timoteo Fredes en batería, Nicolás Vázquez en bajo y Martín Da Ríos en guitarra y coros.
Poco veces uno puede disfrutar de una banda con una potencia increíble sobre el escenario, con una propuesta original y que sobre todo disfrutan de tocar juntos. El público que se concentró hace algunas atrás en el patio del Museo Dámaso Arce puede dar fe de lo que digo. 33 Grados te va sumergiendo en un clima que se transporta, hipnótico, que sorprende con los riffs, las letras de las canciones y la facilidad con que el sonido del bajo, la batería y las guitarras dan una idea de un concepto distinto dentro de la música local.
La banda se formó durante 2016 "y no recordamos ninguno bien cuándo fue, pero calculamos que fue entre octubre y noviembre", dice Gerardo, y cuenta que nacieron tras la idea de armar un banda con Martín Da Ríos, "que es un amigazo mío de hace más de 20 años, toca la guitarra y siempre tocamos juntos cuando hacemos algo".
Sólo canciones originales
"Lo principal era no hacer covers, que vemos siempre bandas haciendo covers y está genial, pero la onda era hacer únicamente temas propios", señala, y entonces luego da algunos detalles de aquellos primeros días cuando sólo eran un proyecto en formación.
"Primero pasaron dos bateristas que finalmente por cuestiones de horarios y trabajos no se pusieron poner de acuerdo. Después, con el tiempo, le seguimos metiendo solos con Martín y seguimos tratando de armar temas".
Luego conocieron a Federico Novo, con quien trabajaban. Se acercó a un ensayo y "el loco copadísimo se quedó". Al trío poco después se sumó Nicolás Vázquez con el bajo, al que ya conocían. "Empezamos a armar, a ensayar tranqui y, con la premisa de hacer sólo canciones de la banda, le metimos y surgió".
Así comenzaron a armar la lista de temas, en la que al principio "metimos algún que otro cover para rellenar, pero la onda era no meterlos sino tocar siempre lo nuestro".
"El nombre salió porque uno de los temas se llama así y nos cerraba a todos, cómo sonaba. Sentíamos que resumía mucho lo que era la energía de la banda y el enfoque en cuanto a la música que queríamos lograr", explica, y describe: "Es melódico, tranquilo, armónico y tiene sus momentos en como que explota".
Ahora quien se ocupa de la batería, tras la salida de Federico Novo, es Timoteo Fredes, "que es un amigo de la infancia del bajista, y ya tocaban juntos".
Nuevos espacios
"Es más complejo conseguir espacios y fechas siendo una banda de temas por una cuestión que es entendible. El cover ya está metido en el mercado, ya tiene la gente que lo escucha y encima si buscas uno que pega ya sabés que tenés ganado al 80% de las personas. Entonces se hace mucho más fácil salir a tocar con una banda de cobres, porque es lo que busca la gente", dice Gerardo, al que todos conocen en la ciudad como Pana.
"Le cuesta mucho a la gente escuchar bandas under. A mí me encanta ir a ver bandas que tocan temas propios, pero es muy personal. Me encantan las que recién arrancan, me parece muy buena la propuesta de que se animen y arranquen y toquen temas propios. Me parece genial porque tengo el pensamiento de que si todos dejamos de componer, y agarramos la música que está hecha, imaginate qué queda para el futuro si nadie compone...".
"Buscamos la preferencia de llegarle a 3 o 4 que a armarte una banda de covers que sabés que va a funcionar y tocás para todos. Igual, lo veo perfectamente bien, pero no es lo que elegimos nosotros", se sincera.
"Cuesta mucho más o tenés que tocar con una banda que hace covers como para generar otro ambiente, o están los espacios muy reducidos, porque por lo general cuando vas con una propuesta a los bares o donde se pueda tocar, lo primero que quieren, por supuesto, es vender su espacio y que convoque gente", afirma.
"A nivel de convocatoria no hay muchas bandas locales under que convoquen tocando composiciones propias. Es mas difícil, entrar pero estamos en ésa y nos copa la idea de tocar para pocos, pero de mantenernos en la autenticidad de decir es para pocos pero hacemos lo nuestro. Con eso estamos reconfortados porque se hace para uno. Nosotros componemos y tocamos para nosotros y después esperamos tener la suerte de que le llegue a alguien y que a alguien lo mueva, le guste, le sirva o lo interprete".
Como ejemplo, recuerda que una vez fue a la casa de una amiga de un amigo suyo y se encontró con un cuadro que tenía una frase de una de sus canciones. "Me pareció genial que le llegue una frase de un tema que le cuadró con una foto que tenía ella de su casa cuando era chica e hizo una composición y la colgó en la casa. Me pareció una vuelta de lo que es dar música. Fue increíble" dice.
"La idea es hacer algo que nos guste a nosotros en primera instancia, meterle todo lo que podamos a nivel musical y de letra y después, una vez que lo soltás y se lo hacés escuchar a alguien, esperás que la recepción sea buena, tener la suerte de que a la gente le guste. Es componer y tocar y nos encanta hacerlo en vivo, aunque lo hagamos poco", señala.
Grabar y tocar
En el 2018 fueron a tocar a Buenos Aires a Metapúa, un programa que sale por Canal á, donde tocan todas bandas del under. "La verdad es que fue una experiencia muy linda. Ese día grabaron cerca de 26 bandas, era una jornada de 8 de la mañana en adelante. A nosotros nos tocó grabar cerca de las 2 de la tarde y era un estudio lleno de instrumentos. Eran cuatro tomas, un reportaje y salía así. Nunca habíamos estado en un estudio de televisión y nos pareció muy interesante la propuesta".
Fue en el 2021 que se metieron en el estudio de Ernesto Carro y grabaron dos temas e hicieron dos videos. "La idea es, al regreso de tocar en Buenos Aires, meternos a grabar aunque sea cinco temas y subirlos a la mayor cantidad de plataformas que se pueda", dice.
Por otro lado señala que "en estas fechas se abren un montón de posibilidades en los patios de los pubs. Ahí buscamos otra banda para tocar y ser aunque seamos dos o tres, tratar de meternos en festivales o convocatorias culturales".
"Lugares hay, lo que veces es difícil armar la movida para que cierre", remarca Gerardo respecto a cuánto cobrar una entrada, a cuánto pagar un sonido que sea bueno y a generar un lindo evento de calidad. A veces se complican los números, pero se puede porque hay lugares para tocar".
Músicos y canciones
"En Olavarría tenemos una variedad de músicos impresionantes. Desde tipos que hacen música reelaborada, gente muy singular, otras con banjos, violín contrabajo... hay de todo. Tenemos una gama de músicas impresionantes y un montó de banda que no conozco. Por suerte hay una abanico musical impresionante y una accesibilidad de un montón porque los podés ver tocar en todos lados".
"Las letras y las composiciones las llevamos primero como ideas, pero bien básico, y después confiamos completamente en el criterio de cada uno", explica sobre el criterio que utilizan a la hora de crear, y remarca que el objetivo "no decirle al baterista ni al bajista ni al guitarrista cómo deben tocar, pero sí la idea".
"Nosotros hace rato que venimos tocando juntos, menos con Timoteo que se sumó hace poco, pero ya nos conocemos. Conocemos nuestro lugar, nuestros espacios y nos damos nuestro tiempo", manifiesta.
"Después terminamos de desarrollar la idea entre todos y cada uno tiene confianza plena en el otro. Eso sí, somos superabiertos a las críticas. Lo que logramos con este grupo de amigos es que no hay guerra de egos. Confiamos en que cada uno sabe lo que hace y le mete lo mejor. Sabemos que hay compromiso y ganas de armar cosas".
"Hemos intentado armar temas a partir de zapadas, pero por ahora no estamos funcionando, así pero es algo que queremos hacer. Darle un tiempo al ensayo de zapar nada más, de improvisar, hasta que se da una vuelta de acordes y después hacer lo opuesto: armar la música y después la letra. A mí me sale todo junto, música y letra", explica.
A la hora de explicar de dónde salen las canciones, asegura que "la mayoría son vivencias de cada uno, que nos pasaron o que le pasaron a alguien cercano, o cosas en las que nos vemos reflejados a nivel social. Son pequeñas historias personales. La forma de escribir es completamente metafórica, hay muy poco que esté explícito en la letra. Por eso se da muchos tipos de interpretación y eso esta bueno también. Que cada uno lo haga suyo y que le sirva de la mejor manera".
"Sabemos que tenemos un montón de cosas de aprender y sumar y de lograr para sonar mejor y estamos en esa búsqueda", reflexiona, y no quiere concluir la entrevista sin decir que "no queremos ser un sonido compacto de banda, queremos que lo que guste sea la banda completa. No que te vayas con la idea del virtuosismo de un músico solo o de algo individual".