El diario "La Reppublica" de Roma cita fuentes de la OTAN. El Belgorod, operativo desde julio, porta el arma "del Apocalipsis".
El diario "La Repubblica" de Roma abrió esta mañana su edición web con la noticia procedente "de la inteligencia OTAN", la alianza militar occidental con sede en Bruselas, de que "los comandos aliados" están en alarma por los movimientos del más moderno submarino nuclear ruso, el Belgorod, desde julio operativo.
El Belgorod, controlado estrictamente, se ha sumergido más en profundidad y su misión podría ser la de testear por primera vez al súper torpedo y dron Poseidón, definido meses atrás por el presidente Putin como un arma absoluta, bautizada "del Apocalipsis".
El Poseidón es un arma "imposible de abatir", según Putin. Viaja hasta diez mil kilómetros bajo las olas marinas y explota cerca de las costas provocando un maremoto radiactivo, un tsunami, con una carga explosiva atómica de dos megavatios.
Estados Unidos ha creado una red de satélites con sensores infrarrojos para avistar la partida de Poseidón. El encendido de los motores produce un fuerte calor. Como los satélites son ciegos en detectar las profundidades del mar, no se sabe si el súper torpedo ruso, como se sospecha, ha sido proyectado para emtitir poco calor y viajar silenciosamente a más de cien kilómetros por hora bajo el agua.
Según los rusos, Poseidón les devuelve la supremacía estratégica, en momentos en que se agrava la guerra en Ucrania, con Moscú que se ha anexado cuatro zonas "reincorporadas a la madre patria".
Putin volvió a reiterar que si es necesario Rusia se reserva el derecho de utilizar bombas atómicas de bajo potencial en el conflicto.
Las bombas nucleares llamadas "tácticas" son muy peligrosas porque significan un paso en la escalada a una guerra abierta entre Rusia y Estados Unidos y un enfrentamiento entre las dos mayores superpotencias con armas nucleares estrategias.
Una guerra donde no hay ganadores y se arriesga el extermino de los seres humanos en la esfera terrestre.
El riesgo del estallido de una Tercera Guerra Mundial parece al menos tan vecino como cuando se rompe el choque entre Rusia y Estados Unidos por las armas atómicas rusas instaladas en Cuba en 1962. Aquel incidente terminó con un acuerdo entre el presidente John Kennedy y el líder ruso Nikita Kruchev, que seguramente retirará los misiles de la isla a cambio de la promesa norteamericana de no invadir Cuba.
Para algunas estrategias la situación hoy es aún más grave que entonces: "Putin no es Kruschev". Hay en el teatro geopolítico una guerra declarada y Rusia amenaza con usar bombas atómicas de baja potencia si no logra domar a los ucranianos, que reciben armamento moderno de Occidente y están ganando sobre el terreno.
Las anexiones legitimadas con referendos cuestionados como farsescos hacen más difícil la situación porque Rusia advierte que un ataque a las zonas anexadas en el este y sur de Ucrania serán consideradas una invasión de territorio ruso y el uso de armamentos modernos occidentales dañarán a EEUU y los países europeos.
La OTAN sostiene que hasta ahora el Belgorod no se ha alejado del mar Blanco. La experimientación con el Poseidón se llevaría a cabo en el área del Mar de Kara, siempre en el Ártico.
Según fuentes de la OTAN citadas por "La Repubblica", nunca hubo hasta ahora lanzamientos del Poseidón desde el submarino Belgorod.
Al parecer efectivamente no existen defensas para eliminar al Poseidón. El Experto Horace Sutton "se trata de una categoría de arma completamente nueva que obligará a cambiar la planificación de las marinas occidentales".
Con información de: Clarín