Los perros pueden comer su propia materia fecal o la de otro animal. Por qué tener a mano un globo bien inflado puede ser parte de la solución. Aquí todas las respuestas.
La coprofagia, comer caca, es algo que a cualquier ser humano le da asco con respecto a verlo en su perro. Y la consulta es casi desesperada: "Doctor, doctor, mi perro se comió su propia caca, se comió la caca del gato".
Tiene una explicación y tiene una explicación en lo que llamamos ancestralidad, origen del perro. Tu perro no es estrictamente un lobo disfrazado de perro, pero bastante se parece a un lobo, tiene un noventa y pico por ciento de parecido al lobo. Y uno de los parecidos tiene que ver con las conductas innatas que el lobo tiene.
El lobo come su propia materia fecal para evitar dejar rastro y tu perro come materia fecal, su propia materia fecal, porque es nieto, bisnieto, tataranieto del lobo. Pero, además, a veces, se come la del gato porque tiene un mayor contenido en grasa, porque es más rica.
En ningún caso comer caca está bueno. Por eso debes evitar que coma cualquier tipo. La propia o la de otros animales.
Lo que vos tenés que saber es que no es una enfermedad. No está enfermo tu perro porque come caca y te recetaron o te dieron determinado medicamento. Ese medicamento no le va a impedir si vos no evitas que esto, que es una posibilidad, se transforme en un hábito. No puede ser un hábito.
¿Y cómo lo lográs? Fácil. Primero, cuando tu perro defeque, vos estate cerca y evitá que tome contacto. Y si toma contacto con la materia fecal, tené a mano un globo bien inflado, o dos. En el momento en que se acercó a la materia fecal, hacés lo que se llama un estímulo aversivo. Pinchás ese globo y el ruido, la sorpresa, si se vuelve a repetir, va a evitar que eso se transforme en un hábito.
Si verdaderamente no podés hacerlo ni estar presente, buscá que alguien, por lo menos, espolvoree con pimienta la materia fecal para que haya un estímulo aversivo a la hora de acercarse.
Acordate, la coprofagia, comer caca, no es una enfermedad. Es horrible, es asqueroso, lo podés evitar, pero no es una enfermedad.
Con información de Infobae.com