La sede fue inaugurada hace cinco años, pero todavía no pudo ponerse en marcha. Son 600 metros cuadrados que están destinados a ser una residencia para gente con discapacidad.
El importante edificio que Talleres Protegidos sueña con convertir en un hogar de contención vuelve a ser noticia luego del robo de unos ocho paneles de alambre perimetral que bordeaba el terreno ubicado en Ituzaingó Sur.
"Más que indignada, estoy triste porque hace un tiempo nos robaron un paño en este lugar destinado a nuestro añorado hogar que aún no hemos podido inaugurar, y ahora sucedió de nuevo y nos avisaron que nos robaron 8 o 9 paños más. Están cortados muy prolijos. Me pregunto: ¿sabrá la persona que se los lleva el daño que esta haciendo? que ese hogar es tan necesario, pero que no se puede habilitar por falta de dinero para pagar el personal", escribió la directora de Talleres Protegido, Rosita Muia en sus redes sociales.
Pasaron cinco años desde que las instalaciones del hogar fueron inauguradas y tres años desde que el Ministerio de Salud provincial lo habilitó. Sin embargo, todavía no pudo ponerse en marcha.
Son 600 metros cuadrados que están destinados a ser una residencia para gente con discapacidad que "hoy no tiene un lugar donde ir y terminan en geriátricos que no son instituciones para ellos", dijo el presidente de la comisión directiva de la entidad, Alberto Muia mientras que adelantó que este año reflotarán proyectos que postergó la pandemia y que se orientan a la obtención de recursos para poder comenzar a funcionar.
En diálogo con EL POPULAR, dijo que "habilitar el hogar es mucho más que plata, es darle calidad de vida a la gente con discapacidad".
Su funcionamiento insume alrededor de 2 millones de pesos mensuales, pero podría contar con ingresos de las obras sociales y de subsidios provinciales. Entonces, lo que falta es el empujón para empezar hasta que se pueda hacer la rueda que generen ingresos propios.
"Lo que necesitamos es dinero para ponerlo en marcha, no se trata de mantenerlo de por vida sino durante el primer tiempo hasta que empecemos a hacer la rueda de pagos. Esto es una responsabilidad tremenda, lo hicimos y lo soñamos porque estamos convencidos que es primordial para poder darles calidad de vida", sostuvo.
Con proyectos de apertura
"El día que abramos el Hogar, abrimos una familia porque implica que los chicos empiecen a tener vida, se trata de insertarlos, de contenerlos, de que sientan que ésa es su casa y lo vivan de esa manera", definió Alberto Muia.
En este camino, el mes pasado mantuvo una reunión con funcionarios municipales con la idea de evaluar alguna forma que permita abrir las puertas de este hogar donde podrán alojarse entre 10 y 12 personas con discapacidad, muchos de los cuales son operarios del taller.
"La idea es convocar a empresas a través del municipio. Para eso vamos a presentar un proyecto que ya teníamos pensado cuando llegó todo el tema de la pandemia", adelantó Alberto Muia
Contó que la intención es primero poner en funcionamiento un centro de día que "tiene una financiación distinta a la del hogar, es más ágil y nos daría el impulso que necesitamos para lo que es el hogar".
Explicó que en Olavarría "hace mucha falta un centro de día porque solamente está Ilusiones. Y esto permitirá poder ir financiando el hogar".
Es decir que "por ahí pensamos en empezar como centro de día. Ojalá pudiéramos trabajar en paralelo". Para el Hogar por su parte, "hablamos de tratar de convocar empresas y presentarles un proyecto para obtener una ayuda temporaria. Las empresas tienen beneficios impositivos por este tipo de ayuda, sería una especie de padrinazgo hasta tanto podamos empezar a hacer la cadena".
Hoy "esos chicos no tienen la posibilidad de un hogar. En estos últimos años han fallecido muchos operarios de Talleres Protegidos que tenían el sueño de estar viviendo en el Hogar".
Este Hogar de Talleres Protegidos se orienta a chicos grandes, con papás muy mayores que están en residencias de ancianos, o familias que no les pueden brindar la atención y contención que merecen.
"Sabemos que estos chicos envejecen un poquito más pronto que el resto de las personas, entonces necesitamos gente que aparte de cobrar un sueldo tenga ganas de estar ahí y sienta amor por ellos", sostuvo Rosita Muia a este Diario, comienzos de año.
El Hogar de Talleres Protegidos ya culminado, pero sin poder cumplir el objeto de su creación, es un modelo en su tipo: tiene a la entrada salas específicas para enfermeros, la coordinación médica y una oficina para el equipo; una sala de máquinas, mobiliario completo y una cocina con todo el equipamiento.
Cuenta con un ala para mujeres y otra para varones; cada una de ellas habilitadas para 8 personas. Una pieza grande con capacidad para 4 camas y otras dos con cada una, y un SUM de 10 metros por 10 metros. Cada pabellón tiene su propio comedor y una pequeña cocina.
"Mucha gente que va saliendo de la escuela laboral y otros centros porque ya está grande, y necesita una inserción porque de lo contrario tiene que estar en sus casas, quedan excluidos del sistema. Por eso siempre digo que este Hogar tiene una enorme importancia pero la discapacidad siempre está en un segundo plano", sentenció Alberto Muia.
Y cerró con la esperanza de convocar a distintas empresas que se sumen a la iniciativa que permita obtener recursos, por lo menos durante un tiempo. "La apertura a las empresas es muy importante y apostamos a esa posibilidad".