Gabriel Muñiz es quien hoy está al frente de la empresa que fundó su padre, Roberto Muñiz, en 1970. Atiende a alrededor de dos mil clientes, además de las empresas relacionadas con la industria como las cementeras y las canteras, y explicó los cambios y evolución permanente de los equipos que tienen como objetivo no dañar la capa de ozono.
"La empresa comenzó en 1970 con mi papá, Roberto Muñiz. Aunque venía de antes y se llamaba FR Muñiz, que era una sociedad entre mi viejo y mi tío que estaba en Bahía Blanca. Los dos eran bahienses pero papá se vino a Olavarría porque entró a trabajar en la fábrica de Cemento San Martín, así que a la tarde, cuando salía, se dedicaba a su trabajo. Estuvo diez años entre la fábrica y este rubro y después comenzó a dedicarse a su empresa solamente" comenzó contando Gabriel Muñiz respecto de cómo fueron los inicios de esta empresa que hoy tiene su salón sobre la calle Lamadrid entre Sargento Cabral y Necochea.
"Yo me sumé como ayudante del taller cuando tenía quince años. Así que salía con los empleados cuando había que instalar algún equipo y entonces les ayudaba, y también iba aprendiendo, por supuesto. Luego hice cursos de refrigeración, estudié mecánica de la refrigeración en Buenos Aires, que eran de nivel terciario pero me sirvieron muchísimo porque me fui capacitando y entendiendo los principios de la refrigeración, y allí se ve más todo lo relacionado con las máquinas grandes, no tanto lo residencial. Luego todas las marcas nos brindaron distintos cursos y nos fueron enseñando los secretos de cada una de ellas" siguió diciendo Gabriel respecto de cómo fue formándose para ser hoy el conductor de una empresa que es líder en el sector.
¿Instalan y también venden equipos de refrigeración?
Nosotros vendemos e instalamos lo que vendemos. Tenemos más de dos mil clientes y todos se merecen un trato justo, que cuando nos llamen tengan una respuesta inmediata. Nos complican las épocas cuando comienzan el verano y cuando comienza el invierno, ya que en ese momento se produce un cuello de botella pero es algo normal. Es que si empezamos a atender a los clientes de supermercados, por ejemplo, no podemos atender como corresponde a nuestro cliente de siempre, por lo que tratamos de tener una atención personalizada y que cada cliente tenga su lugar, su espacio y su tiempo dedicado para tener un sistema que le funcione de forma correcta.
Se dedican a varias especialidades, como aire acondicionado, calefacción, ventilación...
Sí, es así. Hacemos también filtrado de aire, trabajamos con clínicas y hospitales y en este tiempo en el que el Covid estuvo muy fuerte hicimos todo lo relacionado al filtrado de aire. Son filtros que impiden el paso de bacterias, virus, y entonces uno trabaja dentro de una clínica en un ambiente propicio para que haya transmisión de virus. Y en la industria nos hemos posicionado hace ya muchos años en las cementeras y canteras donde hicimos muchas obras de climatización y filtrado de aire. Esto se dio durante los últimos años y hemos trabajado en todas las empresas, y también hay que decir que flaqueamos un poco porque nos fuimos demasiado hacia la industria y descuidamos un poco al cliente, pero volvimos a cuidar al cliente. Es que la industria tiene altibajos ya que hay épocas de inversiones pero también hay épocas en las que no hay inversiones, mientras que el cliente de todos los días es una demanda constante, así que cuando lo entendimos equilibramos la atención. Es decir, focalizamos a la industria y a los clientes, con cierta preponderancia con el cliente que es el que nos da de comer todos los días, pero sin descuidar a la industria por supuesto. En este tiempo se va aprendiendo.
¿La renovación de la tecnología así como la evolución técnica de los aparatos es constante?, ¿los obliga a estar en permanente capacitación?
Hay una evolución constante pero que se da en etapas. Y esas etapas están bien marcadas. Hay un convenio que se llama Convenio de Montreal en el que se estableció, como en los gases viejos -como el R22- que tienen cloro y eso afecta a la capa de ozono, una fecha límite para el uso de esos gases. Como no se pudo prohibir, entonces comenzó a limitarse pero lo que se limitó fue la producción de esos gases para darle lugar a nuevos gases que no son clorados y que no atacan tanto a la capa de ozono. Eso se fue postergando un poco porque no es algo sencillo de aplicar rápidamente y los gases refrigerantes, por más que no los veas, están en los vehículos, en las casas, en la industria, en todos lados tienen una aplicación distintos gases, y el cambio tiene que constante pero en forma paulatina. No se puede hacer de una sola vez.
¿En la Argentina ese cambio se está haciendo en este momento?
Por lo menos se está estirando en este país un poco más, además acompañado de los consumos energéticos que hoy hay una tendencia a la baja en los consumos porque la energía está cara, de modo que nacieron los sistemas Inverter que son compresores de velocidad variable. Estos funcionan a demanda, es decir que el compresor va girando a distintas revoluciones y moviendo más o menos refrigerante, y satisfacciendo la demanda del ambiente, siempre que estemos hablando de un equipo bien calculado. Entonces no sólo estamos con cambios de gases refrigerantes por gases que no ataquen la capa de ozono, sino que también estamos ante la presencia de un cambio en la tecnología. Estamos pasando a lo que se llaman equipos on off a equipos Inverter, siempre que hablamos de equipos residenciales, semicomerciales y comerciales. Después hay equipos más grandes que tienen todo lo relacionado con ese tema un poco más avanzado técnicamente, pero es bastante más complejo. Pero sí queda claro que la tecnología va cambiando y va mejorando día a día, ya que aún así hay equipos con más tecnología y otros con menos tecnología, pero en esto me refiero a los equipos residenciales, y todo depende de las marcas, de los modelos, del origen, y van variando con esa tecnología que puede ser menos precisa o menos precisa, que genere más ahorro o menos ahorro, pero la tendencia es bajar los consumos y cuidar el planeta.