ESCENARIO POLITICO Alberto, un presidente cada vez más solitario, sale de turismo a las provincias. Sergio Massa actúa como un segundo presidente. Cristina sufre en soledad sus cauas judiciales. Los jubilados vuelven a perder frente a la inflación. Olavarría entra en 2023. Visitas importantes, candidaturas varias.
Sergio Massa ha logrado desplazarlo a Alberto Fernández de la escena central del Gobierno, tanto que el tigrense ya se comporta como un presidente en ejercicio y no un ministro de Economía.
En esto de los roles trastocados, el mismo Alberto en Chaco se cansó de hablar de los precios, del campo, de la especulación y ahora se descolgó con un discurso productivista que no estaba usando porque revelaba las falencias de su propio gobierno, y propuso algo que ya había puesto en práctica a fines de 1973 y que luego intentaron imitar otros presidentes o candidatos que sobredimensionaban el rol de la política por sobre la economía. El Presidente "oficial" habló de un "acuerdo entre empresarios y sindicalistas" para lograr que los salarios le ganasen a la inflación, dijo más o menos así, olvidándose que para ello están las paritarias. Cabe recordar que el acuerdo entre la CGE, de Gelbard y la CGT de finales de 1973 devino en el "rodrigazo".
Entonces ¿qué quiere Alberto? ¿nuevas paritarias?. Que se quede tranquilo porque los gremios ya están presionando para lograrlas o para lograr reabrirlas porque saben que, como dice el economista de Encuentro Federal (pichettismo) Sanchez Arnau, la inflación rondaría los 94 puntos esto es, un 34 por ciento más del 60 por ciento que se jactaba Cristina sobre lo que haían logrado en su gobierno por los bancarios, un sindicato conducido por uno de sus seguidores, Sergio Palazzo, co-responsable además de la gestión de Hugo Moyano en el club Independiente.
Es decir, o Cristina jamás imaginó que la inflación podría llegar a casi el 100 por ciento o bien consideraba que el 60 por ciento de aumento conseguido por los bancarios era un número bueno y justo. Extraña concepción de la justicia social la de la Vice.
El discurso productivista, basado en un acuerdo entre los dos actores principales de la actividad productiva, empresarios y trabajadores, lo tomó también el dirigente (o ex) agropecuario Eduardo Buzzi, quien en un programa televisivo se descolgó con un pedido-reproche a los medios para que no destaquen los índices inflacionarios y la crisis que se está padeciendo, culpándolos indirectamente del desastre económico que se vive. Es decir, culpa a quienes cuentan la catástrofe, es decir, los medios, y no a los políticos que la están haciendo.
Una negociación extraña
Y si de jubilados se trata, en la Legislatura provincial se estaría dando una rosca tremenda para revertir aquella reforma que llevó a cabo María Eugenia Vidal del régimen previsional de los empleados del Banco Provincia.
La ex-gobernadora Vidal lo había considerado un régimen de privilegio, inaceptable si se lo comparaba al resto de los otros regímenes, y había decidido cambiarlo. Luego, el Gobernador Kicillof se comprometió a volver todo para atrás y se puso en marcha con ese objetivo. Pero, como necesitaba el número en Diputados para hacerlo y no lo tenía, habría puesto en marcha una maquinaria negociadora con un grupo de la oposición, puntualmente de Juntos por el Cambio, para cambiar votos por cargos y derrumbar la reforma vidalista.
Concretamente, lo que se dice es que el Gobernador estaría en una negociación calificada como "deplorable" porque se cambiarían al menos un lugar en la Suprema Corte provincial por votos a favor de un proyecto para revertir aquella reforma y para que los empleados del Banco Provincia recuperen su regimen previsional anterior.
La política provincial se está pareciendo cada vez más a una especie de juego de la OCA porque se avanza un casillero y se retroceden dos y así indefinidamente, Pasó con la prohibición de las reelecciones indefinidas que luego fue cambiada por una rosca entre oficialistas y opositores, simplemente porque nos une el afán de quedarse para siempre en el poder y en la política. Ahora es el régimen de jubilaciones del Banco Provincia cambiando votos opositores por caros en la Justicia o en lo que fuere. Entonces, el modelo duhaldista de cooptación de opositores sigue vivo.
La bomba de Carrió
La oposición enfrenta una crisis mucho más complicada que las anteriores. Esta vez, Elisa Carrió cargó impiadosamente contra la dirigencia del espacio, casi todos candidatos para 2023. Cristian Ritondo no dudó en hacer un análisis psicológico de la líder de la Coalición Cívica y la calificó de "super tóxica".Carrió muestra cada tanto deseos irrfrenables de aparecer en los medios o en la agenda mediática, tal como sucede con Cristina Kirchner, quien cuando no se habla de ella, manotea el tuitter. Es casi una ley: toda oposición obsesiva los/as termina igualando.
De todos modos, la titular de la CC se refirió a versiones que ya están instaladas y tienen que ver con los acercamientos y algo más entre dirigentes de Juntos y el nuevo superministro. Lilita obtuvo lo contrario a lo que buscó, esto es, lo favoreció a Massa porque por un día los medios se dedicaron a un tema que no era la inflación y la enorme crisis económica vigente.
Con su postura inquisidora, Carrió los condena al Infierno a sus aliados, los intenta correr del escenario electoral y busca instalarlo a Mauricio Macri como un candidato redivivo. Es posible que esa haya sido su intención. Es decir, buscaría dinamitar el centro que tanto molesta a Macri y a Cristina y quienes defienden la grieta. Lilita sabe que la figura de Massa buscando una centroderecha favorece una lucha electoral en el centro, allí donde nada pueden hacer los defensores de la grieta política. dos de sus acusados de tener "amistad o negocios", según ella, estuvieron este fin de semana en la ciudad,
Hoy, con el ataque de Carrió, volvería la grieta y Mauricio Macri, a quien ya todos lo consideraban un muerto político, vuelve a estar vivo. Indudablemente la Argentina es un gran cementerio político pero con puerta giratoria.
A esta arremetida lilista en la interna de Juntos, se le puede sumar la publicación del comprobante de pago presuntamente anómalo de un funcionario suspendido pero en base a otra caja. La factura habría llegado a los medios por el fuego amigo e indicaría la intensidad de la interna pero también los filtros que tiene el espacio en algunas áreas. La oposición tomó el tema y volvió sobre el caso de los terrenos que tanta tierra ha levantado. El grupo local de Avanza Libertad, liderado por edil, Celeste Arouxet, salió rápidamente a criticar el pago "por los servicios prestados" a este funcionario supuestamente involucrado. También el bloque del FDT salió con los tapones de punta contra el gobierno municipal por este caso.
Un dato de fin de semana: el jefe de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta reafirmó el liderazgo de Galli en la Séptima al decir que "todos los que sueñan con ser intendentes en sus distritos deben apoyarse en Ezequiel y en su equipo". Habrá que ver cómo recibieron en el Pro-peronismo de Azul esa frase.
La interna de "Todos"
La ministra de Gobierno provincial, Cristina Alvarez Rodríguez, y ¿por qué no? el efecto Massa sentó a dirigentes de La Cámpora, a Liliana Shwindt con el intendente, Ezequiel Galli por una actualización de los FIM (Fondos de Infraestructura Municipal). La foto fue más importante que el motivo. Por un lado, Federico Aguilera nuevamente junto con César Valicenti después de un distanciaimiento transitorio.
Los triunfos transitorios de Sergio Massa en el plano de la macroeconomía van acortando las brechas internas y le pemite además a Cristina sufrir a la Justicia con menor gravedad. El tiempo dirá algo sobre la solidez de esta situación, esto es, si el superministro es capaz de lograr algo de estabilidad superando la mera "sensación" de la que hablaba la vocera, Gabriela Cerruti y si eso mismo le aligera a la Vice el peso de sus causas judiciales. Podrá Massa revertir esta situación tan complicada o todo será una ilusión que se irá disipando con la misma rapidez que se desvaneció la buena imagen que tuvo Alberto a principios de 2020 hasta que llegasen las vacunaciones clandestinas de Ginés González García, la Pfizer perdida, y las fiestas en la Quinta de Olivos mientras todo un país padecía un encierro obligatorio.
La otra foto es la de Sergio Milesi con el senador Eduardo "Bali" Bucca en Bolívar, en donde habrían almorzado juntos. El ex concejal viene de reunirse en Buenos Aires, en la sede del Banco Provincia, con Martín Insaurralde, en donde le sugirieron que jugara, que se lanzara porque van a medir quien está mejor para la carrera de 2023 por la intendencia municipal.
Si bien Bucca e Insaurralde tienen buenas relaciones, no se puede decir aún si son concurrentes. Se sabe por antecedentes históricos, que Bucca nunca definió una candidatura local, y menos ahora que apoya abiertamente a su amigo runner, Hernán Parra, a quien postula como un candidato independiente pero que no da el perfil para liderar una lista peronista. Milesi tiene ventajas porque pertenece a tal identidad y por su fluida relación con quien será un firme sucesor de Kicillof.
Dos gallos
En el campo se dice que no pueden haber dos gallos en un mismo gallinero, por lo que la pregunta que infiere es ¿quien es el gallo de la Séptima en el Frente de Todos? ¿Valicenti o Bucca?
La respuesta puede ser facil pero no lo es, porque inmediatamente uno podría decir que el diputado, presidente de su bloque en la Cámara Baja, César Valicenti, no tendría ningún problema para preservar su liderazgo seccional del FDT. Bucca llegó después, pero tiene la ventaja de tener mucho mejor relación con Sergio Massa, quien hoy se perfila como el factor decisivo en ese espacio. Lo ha llamado, se han reunido y le ha prometido el oro y el moro a cambio de que le responda a él y a su partido.
Valicenti es fuerte pero dentro del kirchnerismo duro, en cambio Bucca podría liderar el centro seccional como un líder massista y de la ancha avenida del medio. Porque la estructura sería esa, un espacio con una facción kirchnerista y una ancha avenida del centro pero dentro del FDT, con mayores posibilidades de sumar voluntades que podría desnivelar claramente la relación de fuerzas a su favor. Eso mismo podría replicarse en la Séptima en donde dos gallos no podrían convivir en un mismo gallinero.
Jubilados y sensaciones
El Gobierno dijo la mínima jubilatoria había subido a 50.300 pesos, cuando en realidad rondaba los 43 mil pesos (el resto era el bono) y el resto de los pasivos, como siempre, queda afuera.
La pirámide previsional se va achatando cada vez más pero hacia abajo, mientras Cristina, en cambio, se sigue llevando a su cartera 4 millones de pesos todos los meses.
Desde abril de 2002 que no se daba un índice inflacionario como el de julio, que es de un 7,4 por ciento. Nuevamente se apela a medidas ya tomadas durante la hiperinflación de Alfonsín o a la liquidación de reservas que hizo Macri en 2018. Es decir, el gobierno es una síntesis de ambos períodos. Parafraseando a Aníbal Fernández, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, habló sin embargo, de una supuesta "sensación de estabilización". Y todo eso, pese a que el 73 por ciento de los jubilados cobra la mínima y los haberes jubilarorios están por debajo de la inflación en un 15 ó 20 por ciento. En este caso, quienes quedan por unos pocos pesos por encima de la mínima, quedan afuera de los bonos, pese a que contribuyeron con sus aportes a sostener el sistema previsional. La paradoja es que por cobrar apenas por encima de la mínima corren el riesgo de ser demonizados por ello. Por lo tanto, no solo la Argentina sino también la lógica política del país es absurda. Esos jubilados que ganan por encima de los 43 mil pesos siguen siendo pobres, pero igual se los demoniza por superar la mínima.
La gente está alienada (separada) de la realidad pero quizás por desconocimiento pero también por impotencia, porque no la puede cambiar y no cree que la dirigencia política quiera o pueda hacerlo. Entonces, la anomia es general. Pero la vocera gubernamental contribuye a esta alienación proponiendo atender las "sensaciones" y no los hechos reales. A este ritmo, Massa, que no es ningún fanático ni tampoco un dogmático, continuará su diálogo con el campo y el sector privado no se sabe si para solucionar los problemas o para alargar la mecha de modo que la realidad le explote al próximo presidente.
Tres cabezas
Como podría suponerse, a un superministro le corresponde una superinflación. Puede ser por una mala política económica, por presión tributaria, pero también por especulación producto de una voracidad insaciable de rentabilidad. No se puede descartar nada.
Julio dio un 7,4% pero el Gobierno decidió que la culpa la tiene Martín Guzmán a quien lo acusaron de ortodoxo y ajustador y ahora le imputan un gran desmanejo de los recursos públicos. Entonces, ¿qué creer?. Pero eso no importa, lo que si importa para el oficialismo es hallar un chivo expiatorio de este pecado de la inflación. Guzmán cumple la función de reemplazar a Macri, y ya vendrán otros y otras cosas como lo fueron y siguen utilizando la guerra de Ucrania, la pandemia y en cualquier momento culpan de todo a la eliminación de Boca, River y Estudiantes de la Libertadores.
Además, el Gobierno ya tiene tres cabezas, la de Cristina, la de Alberto y ahora la de Massa que funciona independientemente del Presidente y con cierto reconocimiento del kirchnerismo por sus éxitos transitorios, o por el aval de Cristina a sus medidas económicas y su plan de ajuste.
Alberto y Sergio van por caminos paralelos y sin tenerse en cuenta constituyendo una clara bicefalía, Es de imaginar, entonces, lo que puede pasar con esta hidra (o hydra) de tres cabezas que puede ser tan destructiva como la de la mitología griega. Hydra, entre los griegos, era la madre de quimera. ¿Será este el destino de la economía para los argentinos?. Por lo pronto, el 80 por ciento de los argentinos es pobre.