La reconocida peluquera olavarriense fue la primera persona de la ciudad en realizar el trámite de cambio de identidad a partir de la Ley de Género. Después de 10 años continúa reivindicándose a través de su trabajo en la peluquería y recuerda todo lo que vivió hasta hoy.
Josefa Martínez, más conocida en la ciudad como Josefa Casan, fue la primera persona de Olavarría en tener su documento con su nombre real gracias a la Ley de Género. El 30 de julio del 2012 pudo concretar algo que años atrás para ella era "inimaginable", totalmente decidida realizó el trámite para tener su documento con su identidad, con su foto y su nombre. "Tomé la decisión en seguida, por eso fui la primera, lo tenía pensado desde antes. En algunas cosas me benefició y en otras me perjudicó, por ejemplo yo trabajaba en una empresa que en el momento que yo cambié no les serví más para la empresa, no querían la imagen de una travesti para la empresa", expresó Josefa.
La posibilidad de tener su DNI con el nombre y foto que la identificara fue un gran cambio en su vida, a la hora de votar, de viajar, entre otras actividades. "Recuerdo bien, en mi caso no fue una necesidad imperiosa, porque yo en Olavarría soy Josefa, pero por ejemplo estaba en un aeropuerto y me decían 'José Luis Martínez presentarse en ventanilla', a mí no me gustaba. La verdad es que fue una reivindicación importante, no es que a uno le importe la mirada ajena pero se provocaba un momento de incomodidad", señaló la peluquera. Además agregó que antes "en los baños, yo toda la vida tuve que ir al baño de los varones".
Josefa comenzó con su peluquería "Alas", ubicada en Avenida Pringles 4109, hace 38 años. Desde ese momento es reconocida en la ciudad por su profesión y su nombre, que luego decidió ponerlo en su documento. "La gente me puso Josefa a mí, porque un día me empezó a decir así Guillermito, que era un chico gay maravilloso, bello, me dijo Josefa y quedó Josefa", aseguró.
Desde su infancia supo que era mujer, se sintió siempre así y no dudo nunca en mostrarlo. "Yo desde que iba al jardín de infantes hacía de mujer, jugaba a la mamá, a la casita, desde que tengo uso de razón me gustaba todo lo de mujer", indicó Josefa. A pesar de la discriminación que vivió siempre se mostró como ella quiso. "Me empecé a vestir de mujer para los corsos, salvo cuando me vestía en mi casa, me ponía el camisón de mi mamá, a mí me encantaba el delineado. Con mi familia fue difícil, era otra época, mis padres eran maravillosos pero tenían otra cabeza, ellos fueron creciendo a la par mía y tuvieron que acostumbrarse porque yo no tuve un perfil bajo tampoco. Me decían que lo podía hacer entre cuatro paredes, ¿pero por qué no mostrarte como sos?", expresó.
Durante su adolescencia y juventud el contexto social era muy difícil para las travestis, la discriminación y la homofobia se naturalizaban, y los derechos no existían. "Yo viví la época de la dictadura, viví en una época donde por vestirte de mujer te llevaban preso, había mucha censura, mucha discriminación", manifestó Josefa. Vivió varias situaciones de discriminación y violencia, en una de ellas recordó que "una vez fui a Ticket, un boliche, me agarraron en el baño entre 7 u 8, me cagaron a palo, me tiraron al piso y me orinaron de pies a cabeza, ¿y a quién echaron del boliche?, a mí". Ella y muchas personas atravesaron situaciones de violencia y discriminación durante su juventud. "La vida reivindica, pero a veces no es fácil asimilar, te puede provocar resentimiento, te puede provocar bronca, tristeza, yo tengo amigos que se suicidaron, que no pudieron contra el sistema", indicó.
Actualmente Josefa reconoce que la sociedad ha cambiado en comparación a varios años atrás. "Para mí cambió mucho, tiene que cambiar la cabeza de la gente, porque la ley puede cambiar, pero si la cabeza de la gente", opinó. Pero también planteó que hoy en día aún hay gente que discrimina y que no la reconoce como mujer. "Por ejemplo me dicen 'yo te veo como un hombre' y bueno, vos me ves como quieras, yo te digo como me siento yo y la ley lo que dice que soy yo, soy Josefa Martínez, soy una mujer", señaló Josefa.
Además resaltó que "gracias a Dios tengo esa personalidad, no cualquiera la tiene, yo me maquillé la cara y salí en un momento que no se podía, tuve amigos de esa época que abrieron camino junto conmigo, que ya no están porque tuvimos la desgracia de que apareciera el sida en la década del 80', ibas por la calle y te gritaban 'peste rosa'".
Después de 10 años de haber tramitado su documento de identidad a través de la Ley de Género, hoy es Josefa Martínez, una de las peluqueras más reconocidas de Olavarría. Todo lo que en algún momento le resultó "inimaginable" hoy es real, después de todo lo malo que vivió se queda con lo bueno, con los derechos conquistados, con su identidad y su reivindicación a través de su profesión. Muchas personas se acercaron a su peluquería para charlar, para pedirle consejos, y para ser entendidos por ella.
"A mí la sociedad me aceptó mucho y me conocían todos por 'Josefa, la peluquera', no por la travesti, yo por eso digo que el trabajo me dignificó también", expresó Josefa Martínez.