SUPLEMENTO FINDE

"La miel es un producto muy noble"

Miguel Cortez es apicultor desde hace 18 años y cuando comenzó lo hizo para mantenerse ocupado de los días libres que en el verano le dejaba su trabajo. Hoy en día forma parte del Centro de Apicultores de Olavarría y tiene una empresa familiar de producción de miel a la que le dedica todo el tiempo posible. En diálogo con FINDE, Cortez destaca la calidad de la miel local y menciona la importancia de estar capacitado para lograr una buena producción. 

Rodrigo Fernández / [email protected]

"La miel es un producto muy noble que no tiene ningún aditivo, es natural. Tiene muchos beneficios que ayudan al organismo. Endulza mucha más que el azúcar y ésta tiene muchos aditivos", dice Miguel Cortez, presidente del Centro de Apicultores de Olavarría y productor de miel desde el 2004. "Hacemos la extracción y eso es lo que se le vende al público", afirma.

Para Cortez, "hoy en día hay mucha más difusión de la que había en los años 80. Se difunde mucho más el tema apícola en el país. Hay mucho en YouTube, en las redes sociales", y señala que si bien el centro que los reúne cuenta con cerca de 50 socios, en Olavarría "debe haber más de 100 productores que le dan trabajo a mucha gente", ya que "hay un montón de actividades que las hacen terceros. Es una actividad que demanda mucha mano de obra". 

Si bien hay "mucha gente que tiene pocas colmenas y lo hace como un hobby", también hay otra que "lo está viendo como una salida laboral, como una actividad que se puede hacer a la par de otra, y también se está volcando mucho a todo lo que es orgánico".

Compartir experiencias 

El Centro de Apicultores de Olavarría fue fundado en 1978, cuando un grupo de apicultores de la ciudad decidieron agruparse por cuestiones como los temas sanitarios y la comercialización de la producción. De esta forma "se juntaban y generaban volumen para mejorar sus ventas". 

"Hoy en día tratamos de hacer capacitaciones, compras comunitarias para bajar los costos de todos los productores, ya sea que tenga una colmena o mil. Tenemos mucha más información con temas sanitarios, comercialización, conseguir envases y todos los productos que el rubro necesita. Tratamos de agilizar las compras, tener un buen diálogo con los proveedores y bajar el costo de los insumos que necesitamos durante todo el año", explica Cortez. 

"Hay mucha gente nueva que se está acercando al centro. Generalmente le damos una mano y intercambiamos información, formas de trabajo, nos alimentamos entre nosotros dando clases y mostrando las formas de trabajo de cada uno. La forma de alimentar, los sustitutos que proveemos a las colmenas y tratamos de hacer las curas de las colmenas todas en el mismo mes, para centralizarlas y bajar la población de los parásitos externos que tienen las colmenas". 

"En Olavarría estamos relacionados con el Municipio y la Comisión de Lucha contra las Plagas por la pulverización que se hace todos los años en el Partido", comenta el presidente del Centro de Apicultores, y para ello tienen "todos los colmenares georreferenciados y declarados para el evento de pulverización, así el aviador carga el mapa de vuelo con el mapa apícola". 

Además están vinculados con el ámbito del agro, como la Sociedad Rural, y también con el INTA, quienes le brindan una gran colaboración con las capacitaciones y además suelen participar de las ferias de emprendedores locales organizadas por el área de Desarrollo Económico municipal. 

Miel olavarriense en el mundo

En muchos casos, la venta de lo producido por las colmenas se hace en forma personalizada. "Los productores chicos la envasan en potes por kilo y la venden al mercado interno. Después tenemos exportación y mucha de la miel de Olavarría va a Estados Unidos y Europa", asegura y confirma que la producción estimada está entre 1.500 y 3.000 tambores, cada uno con un peso de 305 kilos que salen de la ciudad, pero "varía todos los años porque es un emprendimiento a cielo abierto".

"La miel de Olavarría se busca porque es muy clara en el número de color que tiene y las características como el aroma y el sabor, son muy buenas", dice, y señala que "estamos catalogados en la provincia de Buenos Aires como las mejores mieles del país".

"Nosotros tenemos mieles que han ido a Japón porque son menores a 25 de color, que es lo que piden en ese país", indica. También "hemos mandado a Alemania, Japón y Estados Unidos". Pero además "hay mucho mercado interno". 

"Arranqué en el 2004", dice Cortez al contar su experiencia. "Tenía otra actividad y me quedaba muy libre el verano, y entonces empecé a ver producciones alternativas y me decidí por la apicultura, que justo pegaba con los meses que me quedaban libres. Eran los de trabajo fuerte".

Lo primero que hizo fue capacitarse en la ex Escuela Piloto y se recibió de apicultor. "En ese año comencé con un enjambre, lo multipliqué y llegué a 12 colmenas, y desde ahí fui creciendo despacito".

Hoy sólo se dedica a la apicultura con su empresa familiar y ya tiene 450 colmenas. "Lo importante es capacitarse, es la única forma de ver completa la actividad, porque no es fácil. Es mucho sacrificio, mucho trabajo, y al ser un emprendimiento es muy difícil". 

Entonces "lo primero es capacitación y ganas. Después se necesita un lugar donde ubicar el apiario, que es el lugar de las colmenas, en la zona rural". Después conseguir los materiales necesarios. El costo de una colmena en funcionamiento puede llegar a ser de entre 12.000 y 18.000 pesos. 

"Por lo general le decimos a la gente que comience con poco para ver si lo pueden mantener durante el primer año, porque es mucho la inversión que hay que hacer para ver si va a funcionar o no, si vamos a estar dispuestos a trabajar con el emprendimiento y en lo posible no dejar enjambres abandonados en los campos, porque esas colmenas traen muchas enfermedades para los apicultores que están cerca", explica, y comenta que "cada apiario se debe poner a 3.000 metros uno de otro y hay muchos lugares, en la zona de chacras, donde están cerca. Si hay alguna enfermedad se infectan todos los apicultores de la zona".

La importancia de las abejas y los cuidados para la colmena

"Los cuidados que tenemos que tener son suministrar alimentos, porque la abeja es un insecto que necesita comer para mantenerse viva, ya que nosotros le sacamos la miel, que es el alimento natural, entonces las tenemos que nutrir con sustitutos", describe, y agrega: "No les tiene que faltar ni el polen ni el agua, hay que cuidarlas de las hormigas y hacer controles sanitarios para que la colmena esté siempre poblada, sana y fuerte para producir. Aguantar además una invernada, que este año fue muy dura por la cantidad de heladas". 

"Hay que arrancar en la primavera con el sustituto para hacer crecer la colmena y entrar en producción por el mes de diciembre", dice. 

Hace pocos meses "se declaró a la abeja como el animal más importante del planeta, ya que de todo lo que consumimos, el 75% está polinizado por ellas. Muchos dicen que si faltaran las abejas nosotros no estaríamos mucho tiempo más en el planeta", comenta, y añade que "en los cultivos como el girasol aumenta un 20% la producción cuando está polinizado por las abejas. Desde ya que hay muchos girasoles que ahora son híbridos y que por ahí las abejas no los visitan, pero hay otros que sí".

El apicultor debe "tratar de convivir con todas las producciones, como la ganadería y la agricultura, y trabajar en lo posible todos juntos para que no pase nada como con la cuestión de las fumigaciones"

Por último menciona que si bien "no hay tanto recambio generacional en la actividad, está ingresando gente de mediana edad como una actividad sustituta". Sin embargo no cree que "crezca el número de productores, pero hay posibilidad de que crezca un poco, aunque no mucho".

Abejas, miel y algo más

La Argentina ocupa un lugar importante a nivel mundial en producción y exportación de miel. Destina más del 95% de la producción al mercado externo. Según la estadística de la última década, ocupa el segundo lugar en producción mundial y en volumen de exportación, y el primer lugar en ingreso de divisas por exportaciones de miel.

La miel argentina es muy valorada en el contexto internacional por su reconocida calidad. La biodiversidad y la baja densidad de población han permitido gozar de condiciones óptimas para la producción de mieles libres de contaminantes y con características diferenciales y variantes relacionadas con los ambientes o regiones donde se ubican los colmenares.

En la cadena animal, la sección correspondiente a la producción apícola es distinta a las demás, ya que se obtiene la materia prima a partir de los cuadros apiarios, en algunos meses del año, teniendo en cuenta la naturaleza. Es importante conocer el comportamiento de las abejas, y respetarlo, ya que son ellas las productoras.

En mayor medida obtenemos, como producto, la miel, directamente del panal, siendo muy pocos los procesos aplicados, por lo que llega al consumidor casi sin modificación con respecto a la que fuera elaborada por las abejas melíferas (Apis mellifera).

Por otro lado, se obtienen otros productos como: cera, propóleos, jalea real y polen. Algunos de ellos son consumidos como complementos nutricionales o por sus propiedades medicinales.

Las abejas y la miel han acompañado al hombre a lo largo de la historia. Se ha establecido que su aparición en la tierra data del período terciario, hace aproximadamente 60 millones de años. La utilizaban los egipcios, los griegos, hasta en la América Precolombina se la consideraba como el "alimento del fuego", ya que daba calor y energía. (Fuente: Senasa)

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