Recorrió 2.000 kilómetros Unió La Quiaca y La Madrid en siete días con un fin solidario: recordar a "Matuno" Ledesma y recaudar fondos para la EP Nº 2, Cáritas y el merendero de Barracas. El deportista y sus acompañantes cuentan la experiencia.
Detrás de las gafas oscuras se ocultaba un rostro sonriente, cargado de emoción. Esos últimos momentos seguramente quedarán en sus retinas, como también los pasajes de los más de 2.000 kilómetros entre La Quiaca y La Madrid.
"Estoy muy contento. Agradezco a todos el apoyo, pero lo importante acá es recordar a Matuno y juntar los fondos con el bono, que será enteramente donado a las instituciones", alcanzó a decir. No pasaba por su mente buscar la gloria personal sino lograr el fin solidario de la travesía.
Luego de los saludos recorrió la remozada Iglesia Nuestra Señora del Carmen, junto al Padre Juan Angel y a sus acompañantes. Más tarde la llegada a su casa para desempacar y el viernes nomás a trabajar en el vivero, su modo de vida.
Más relajado se predispuso a charlar con esta Agencia acerca de lo que fue una proeza, aunque él no quiera caer en razones y lo trate de tomar naturalmente. "La verdad es que estoy muy bien, fue espectacular, desde el grupo, la experiencia, todo", rescata.
El proyecto nació hace dos años, pero una lesión lo pospuso. Finalmente el sueño se hizo realidad con la llegada hasta la plaza San Martín. En total fueron 2.190 kilómetros en apenas siete días, con jornadas agobiantes, más de siete horas arriba de la bicicleta, promediando distancias que superaron los 300 kilómetros.
"Nadie nos tenía fe, los lugareños nos decían que no lo íbamos a poder hacer, que estaba loco", recuerda. Pero el hombre, superándose a sí mismo, lo logró y se llevó el aplauso de todos.
"Por suerte no tuvimos imponderables, ni caídas, ni pinchaduras ni nada", cuenta. "El equipo que armamos fue espectacular" (Omar tuvo como laderos en una combi a Horacio Rodrigo, Agustín Campillo y Ernesto Defeo - por un error durante el seguimiento de la travesía se lo nombró Deseo -).
Algunas "anécdotas" del viaje: En un sector, en tierras santiagueñas, superó los 90 kilómetros por hora durante muchos kilómetros. "Lo hice solo, curva y contracurva. Era emocionante, venía a las "chapas", dice entre risas y advierte que "está filmado".
Cada etapa tuvo su dificultad, en La Quiaca - Jujuy viajó sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar y lo hizo en apenas 7 horas; en Santiago del Estero el factor preponderante fue la temperatura (superó los 40º C).
"Para soportar el calor me tiraban baldazos de agua. Para no desconcentrarme, aunque había llevado un MP3, no lo usaba y pensaba constantemente en lo que estaba haciendo. Nunca me acalambré, sí se me habían irritado las piernas pero lo pude superar", explica.
"El paisaje es espectacular, lástima que no tuvimos mucho tiempo para disfrutarlo pero pudimos sacar fotos y filmar", recuerda.
"La gente me trató muy bien, todos aplaudían, los autos en la ruta tocaban bocina", destaca.
"Estuve entrenando todo el año. Los últimos días estuve enfermo, pero estaba convencido y mentalizado", enumera. "Siempre estuve confiado en que lo podía hacer. Venía súper concentrado. Yo dije que me iban a bajar muerto nomás", comenta sobre tal vez uno de los mayores inconvenientes que le podría traer la prueba, el cansancio físico y mental.
Para cerrar redobla su apuesta y aunque no adelanta cuál será su próximo destino dice "me gustaría ir acompañado por otro ciclista". "Uno no se da cuenta de lo que ha hecho", dice tranquilo. "Yo quería llegar y lo hice. Mi objetivo era estar en siete días en La Madrid", concluye.
Los escuderos de Omar
En la combi, siempre como vigías, viajaron Horacio Rodrigo, Agustín "Negro" Campillo y Ernesto "Tano" Defeo. "Son geniales, fueron de mucha ayuda", los definió el ciclista.
Al llegar, cada uno dio su impresión del viaje. Coincidieron en que "estamos para hacerlo de nuevo", entre risas. "Fue una travesía muy linda, el esfuerzo lo hizo Omar, nosotros sólo le dimos el apoyo. Esto es emocionante", contó el Tano. Por su parte el Negro destacó "es una bestia pedaleando. La pasamos de diez".
Finalmente Horacio, dio detalles del grupo, "cada uno tenía su tarea. Esto es muy lindo, la pasamos bien y nos divertimos". "Cuando llegábamos a cada lugar nos atendían muy bien", relató. "Lo que más me motivó fue recordar a Matuno", cerró.
Grande campeón
Antes de partir hacia lo que sería el inicio de la travesía Omar Martín tomó parte de la última competencia del año en mountain bike en la ciudad de Lobos, donde corrió un campeonato a lo largo del año.
Faltando esa fecha estaba cinco puntos por debajo del líder del torneo, quien llegara primero se coronaría. Como un guiño del destino Omar superó a su contrincante y en los últimos kilómetros hizo la diferencia que le dieron los laureles. Luego viajaría, prácticamente sin dormir, hasta La Quiaca para comenzar su raid.
La travesía solidaria
Para Martín lo más importante del viaje fue su fin solidario: juntar fondos, a través de un bono donación de 20 pesos, para la EP Nº 2, Cáritas y el merendero de Barracas. También para recordar a Noel "Matuno" Ledesma, a quien se le hará una gigantografía y un mural, el cual será presentado en poco tiempo.