LAPRIDA

Asesinan brutalmente a un chatarrero en el fin de una larga historia de rencores

Hasta anoche, los presuntos homicidas no habían sido detenidos Pasadas las 22.30, la detención de los tres sospechosos quedó postergada para hoy. La casa donde se encontraban refugiados estaba rodeada por la Policía, pero la orden judicial no habría llegado a tiempo.

Un hombre fue salvajemente asesinado en la madrugada de ayer, presuntamente a manos de dos hermanos y un tío, que lo golpearon y apuñalaron brutalmente hasta dejarlo en grave estado en la vía pública, a metros donde funcionaba hasta hace poco el comercio de la víctima en el Acceso Norte de Laprida. El hecho ocurrió cerca de las 4 de la madrugada. El hombre fue trasladado al Hospital Municipal y horas después, pese a los esfuerzos médicos por salvarle la vida, falleció por un paro cardiorrespiratorio debido a la gravedad de heridas recibidas. Tanto por el lado de la víctima como de los agresores los conflictos eran frecuentes y terminaban en violentas agresiones y amenazas que se habían convertido en exposiciones y denuncias cotidianas en la comisaría local. La detención de los tres sujetos era inminente anoche a última hora, pero aparentemente quedó postergada para ser concretada hoy.

La víctima fatal fue identificada como Horacio Omar Guzmán de 41 años, casado, con domicilio en la calle Santamarina 279, quien era propietario de un comercio de venta de chatarra y una despensa que ya no funcionaba como tal y permanecía cerrada sobre el Acceso Norte de la avenida San Martín, lugar donde se produjeron los principales incidentes.

Según versiones, todo se habría iniciado cuando Luciano y Facundo Gorosito, de 18 y 22 años y domiciliados en la calle Santamarina 236, junto con Leandro Rodríguez de 19 años, familiar de ambos, habrían comenzado pasadas las 3 de la madrugada a provocar daños en la ex despensa y aparentemente a agredir a Lucas Guzmán, de 19 años. Este alcanzó a dar aviso a su padre de lo que estaba ocurriendo y, ante esta circunstancia, Horacio Guzmán se dirigió en bicicleta desde su casa, por la calle Arriaga, hasta el local portando una arma de fuego, sin imaginar que allí le esperaría un fatal desenlace.

Algunas versiones en el lugar del hecho daban cuenta de que el padre del joven habría alcanzado a realizar un disparo, aunque se esperaba conocer el resultado de las pericias sobre una vaina servida hallada en la zona del incidente. En esas circunstancias, los tres sujetos reaccionaron, reduciéndolo para quitarle la carabina calibre 22 que llevaba encima y golpearlo ferozmente en el cráneo, provocándole lesiones irreversibles, y quebrando el arma en tres partes. Luego lo apuñalaron en varias partes del cuerpo, golpeándolo también con un hierro y un machete y hasta con piedras en el cráneo y rostro, de acuerdo con las evidencias que se observaron en el lugar del hecho.

Los investigadores no salían de su asombro ante el salvajismo y encarnizamiento que actuaron los agresores, ya que en la recolección de huellas se alcanzaron a hallar restos de cuero cabelludo de la víctima en el alza de la carabina, cuyo caño también resultó doblado por los golpes.

Personal del área de Tránsito municipal que patrullaba la zona fue el primero en llegar al lugar, hecho que generó la huida de los tres individuos. Guzmán fue trasladado luego en una ambulancia hasta el Hospital Municipal, donde fue recibido por el Dr. Gustavo Bravo, médico de guardia, que en el informe preliminar entregado a Policía dictaminó heridas corto-punzantes en cráneo, rostro, tórax y piernas.

Según se informó, ante la gravedad del cuadro y cuando estaba dispuesto el traslado del herido a un hospital de la ciudad de Bahía Blanca, su estado se agravó considerablemente, sufriendo un paro cardíaco y, pese a los esfuerzos de los médicos que le practicaron tareas de reanimación, falleció pasadas las 6 de la mañana.

Se descartaba que la agresión hubiera ocurrido por cuestiones del momento o como un hecho aislado, ya que los enfrentamientos con amenazas y agresiones aparentemente eran comunes y constantes por parte de ambas familias, las que generalmente varios terminaban en denuncias en la seccional de policía.

Este dato fue corroborado también por el testimonio de algunos residentes en la zona del barrio, que imaginaban este trágico final desde hace tiempo y no se sentían sorprendidos con lo ocurrido. Los conflictos que se generaban, siempre tenían un perfil de acentuada violencia física, o bien mediante el empleo intimidatorio de cuchillos o armas de fuego para resolver cada situación, contaron.

La titular de la Fiscalía Nº 10 del Departamento Judicial de Azul con sede en Olavarría, Dra. Viviana Beytía, se hizo presente en Laprida pasadas las 8 de ayer para ponerse al frente del caso y tomar las declaraciones pertinentes de testigos, entre ellos al hijo de la víctima. Lucas Guzmán, cerca del mediodía de ayer, declaró sobre cómo se precipitó la tragedia y la causa en primera instancia fue caratulada como "Homicidio simple y lesiones leves", pero al cierre de esta edición se evaluaba el cambio de carátula como "Homicidio en riña y concurso real".

En el marco de las diligencias judiciales de rigor y, cuando todo parecía indicar que la intervención de autopsia del cuerpo de Guzmán iba a estar a cargo del médico de Policía local Dr. Mario Prieto, la fiscal Beytía optó por ordenar que la misma fuera realizada en la ciudad de Benito Juárez ayer en horas de la tarde, a cargo del Dr. Hernán Mussiati. El resultado de la misma reveló que la muerte de Guzmán se produjo por paro cardiorrespiratorio traumático.

La casa de los hermanos Gorosito, ubicada en la calle Santamarina 236, permaneció cercada por patrulleros y efectivos desde horas tempranas y durante todo el día en medio de una fuerte custodia. En su interior el clima se mantuvo tranquilo, con la presencia de varias personas en el interior y trascendió que cerca del anochecer los tres involucrados se habrían quebrado, al punto que habría existió un intento de entregarse a la policía, según una fuerte confiable.

En la seccional local de Policía se aguardó con mucha ansiedad las directivas de la detención por parte del juez de Garantías Nº 2 de Olavarría, Dr. Carlos Villamarín, pero pasadas las 22.30 la posibilidad de detener a los agresores de Guzmán quedó sin afecto hasta hoy, para cuando también estarían ordenados allanamientos en la vivienda donde se refugiaron durante todo el día de ayer.

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