AUTOMOVILISMO

"El TC es negocio para la ciudad, no para el Autódromo"

AUTOMOVILISMO. Juan María Traverso, picante como siempre, en su visita al Autódromo Sudamericano

Darío Fariña

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Seguramente se guarda algunas cosas, pero también es cierto que Juan María Traverso dice cosas fuertes, picantes, directas y no le importa que alguien se enoje o pelearse con quien sea. Se ganó un lugar después de tantos años de carreras, de pelear desde su lugar de piloto y también como dirigente, y no para.

El sábado estuvo en el Autódromo Sudamericano de Olavarría. Vino (también llegó Guillermo Ortelli, el piloto de Salto) auspiciado por el lubricante francés que lo acompañó en su carrera deportiva para realizar una promoción. El "Flaco" de Ramallo giró con el Torino de Turismo Carrera y tuvo como copilotos a aquellos que fueron beneficiados en un sorteo al adquirir cualquiera de los lubricantes que estaban incluidos en la promoción. Un lujo, sin dudas, y algo que nadie se olvidará por el resto de sus vidas.

Y también tuvo unos minutos para hablar con la prensa. Frontal, directo, sin vueltas, tal su estilo, como se manejó arriba y debajo del auto.

-Tenerlo acá quizá produce cierta nostalgia del TC. ¿Qué causa en usted este regreso al autódromo donde se retiró y a una ciudad donde actualmente el Turismo Carretera no viene?

-Por lo pronto tengo muchos amigos en Olavarría. Vengo a correr acá desde la época en que corríamos en ruta. Olavarría tiene un autódromo muy, muy bueno. Ahora hicimos un evento con la gente de Elf y acá estamos. Tranquilo, conozco mucha gente, a la gente del club.

-La última vez que vino la ACTC pidió reformas, porque de otra manera el TC no viene. Pero a usted le gusta este circuito...

-Se lo puede modificar, pero hay que pensar que cuando se construyó tuvo la venia de la ACTC. O sea, el trazado que tiene lo aceptó la ACTC y si hoy hay que hacer algún cambio, tal vez haya que hacerlo, pero no creo que sea un cambio muy importante.

-¿Se siente algo especial cada vez que sube a un auto, aunque sea a girar como ahora?

-Las ganas de manejar los autos no la perdí; lo que dije fue "no compito más". Pero disfruto de manejar el auto y cada vez que podemos lo voy a hacer. Las ganas de estar arriba y de manejarlo son las de siempre.

-¿Ya venía pensando la idea de dejar, o salió en ese momento la decisión?

-Cuando dije no va más salió ahí, a la mañana. Cuando llegué al Autódromo estuvimos discutiendo un rato con (Marcos) Laborda el juego de gomas para la serie, y en un momento dado dije "ya está". Y así fue.

-¿Qué hay para decir de esta temporada que se va, de Christian Ledesma y de los cambios en el reglamento?

-Con el tema Ledesma no hay nada que descubrir, es un piloto excelente, ganó perfectamente y muy bien el campeonato esforzándose muy poco, porque tiene un auto bárbaro, un equipo fantástico y presupuesto acorde. Si hubiera necesitado exigirse, lo hubiera hecho y tiene con qué. Lamentablemente, el reglamento del año pasado no salió como la ACTC pretendía, que fuera parejo, y salió como ustedes lo vieron. El que no entiendo es el que viene: al ser un reglamento abierto, si hay 16 carreras tenés 16 reglamentos. Arrancás la primera con el que te dicen, después se modifica y para la siguiente es otro. Y es un poco inentendible.

-¿No cree que haya tantos cambios perjudica a la categoría, le quita seriedad?

-Un poco sí, porque lamentablemente estas cosas no son serias. Si arranca el año con un reglamento, hay que terminarlo con el mismo reglamento; salvo que sea una modificación de seguridad que está dentro de lo previsto, pero no en la performance de los autos.

-¿Le gustaría manejar la ACTC?

-No, yo no. Creo que la ACTC ha tenido una etapa en los últimos 20 años muy buena, brillante. Se ha mantenido la historia del TC, lo único que le discuto a Oscar (Aventín), y lo cargo por eso, es que heredó una tradición, una categoría, una cosa grandísima que se llamó Turismo Carretera y que hubo que mantenerlo, adaptarlo a las nuevas épocas de manera inteligente y que ahora tienen que volver a usar el ingenio y la capacidad para la etapa que viene.

-Estuvo revisando La Galera, admirándola, sabe que ésta es una ciudad de TC, como corredor...

-Es que yo era muy chico y veía pasar este auto en los grandes premios de entonces. Hoy en día es muy común que se haya exagerado un poco el dejar atrás inmediatamente el pasado. De todo esto siempre se sacan cosas positivas, de la época de los Emiliozzi, de la época del TC en ruta, de la época anterior, siempre hay cosas para rescatar, no todo se tira. Tenemos ese defecto y me parece que no es justo.

-Dice que no le gustaría ser el presidente de la ACTC, ¿pero Ud. traería de nuevo el TC a Olavarría?

-Sí, lo traería. Vendría a hablar con el Intendente de Olavarría y le explicaría de qué se trata hoy en día el negocio del automovilismo. Si no, obviamente, es difícil que venga a Olavarría, como de golpe ha dejado de ir a muchos lugares y hay que averiguar por qué el TC va adónde va y cómo funciona.

-¿Es un negocio?

-Claro que sí. Es un negocio. Es un negocio para el TC, para la ciudad de Olavarría, para las empresas que auspician, para mucha gente es un negocio, salvo en este caso para quienes tienen concesionado el autódromo. Vamos a sacar Olavarría y pongamos Río Cuarto. Tenía un autódromo también concesionado a un grupo de gente y ese autódromo un día se gastó y no tenían recursos para volver a repararlo. La Municipalidad volvió a poner plata una vez, hasta que un día lo clausuró el Automóvil Club. El TC vive del espectáculo que genera, viene a correr acá y se lleva todas las entradas, todo lo que se produce acá adentro y al club no le queda nada. Pero no es que sea injusto, el TC vive de eso. Pero la carrera de TC acá deja una diferencia en los bancos de Olavarría que da un superávit del orden de los 6 ó 7 millones de pesos, que quedan dentro de la ciudad producto del espectáculo del TC. Entonces, después hay que ver cómo el Intendente se ingenia la manera de recuperar uno de esos 6 millones de pesos que quedan en los comercios, los hoteles, las estaciones de servicio, en todos lados, para seguir manteniendo el Autódromo.

-¿De qué no se dieron cuenta todavía los dirigentes del AMCO y los funcionarios municipales?

-Que el negocio del Autódromo no es negocio para quien tiene el autódromo, sino para la ciudad donde está el autódromo y para la categoría que viene a correr. A quienes tienen concesionado el autódromo, obviamente, no les queda dinero para mantenerlo como corresponde ni adaptarlo a las medidas nuevas y todo lo demás.

-Balcarce sirve de ejemplo...

-Está bien, pero poco a poco se van dando cuenta los gobiernos de las provincias o las municipalidades que el sistema es este que yo digo. Cómo lo implementan es otra cosa.

-Es un acuerdo de los clubes con el municipio que hay que trabajar...

-El Municipio disfruta de ofrecerle a su población una entrada de 6 millones de pesos cada vez que viene el TC, ¿pero quién se perjudica?: el autódromo. Se beneficia el TC, se beneficia la ciudad y se perjudica el autódromo, es una cosa media inentendible. Alguien tiene que devolver una parte de esa recaudación al autódromo para que siga teniendo todos los años una o dos fechas de Turismo Carretera o TC 2000. Río Cuarto recauda anualmente más o menos 15 millones de pesos. Con todo el automovilismo que genera el autódromo durante el año, el intendente encontró la forma de devolverle al autódromo una parte de toda esa plata para que no vuelva a desaparecer, romperse o evitar que las categorías digan "no venimos más".

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