LAMADRID

Otro espacio para la historia local

Archivo Histórico y el IIAO comparten edificio y buscan ampliar consultas e investigación Desde ayer, el Archivo Histórico Municipal y el Instituto de Investigaciones Antropológicas de Olavarría funcionan comparten nueva sede, en Lamadrid 2662. Allí se concentra la historia local, desde 1879 y gran parte del siglo XX. El objetivo, a partir de ahora, es regionalizar la investigación, ampliar las consultas e informatizar el material disponible.

No sólo encierra gran parte de la historia local, desde 1879 y buena parte del siglo XX, a partir de libros, revistas, publicaciones, afiches y fotografías. También promueve la investigación y el conocimiento. Allí, en la casona que perteneciera al doctor Carlos Gau, funcionan el Archivo Histórico Municipal y del Instituto de Investigaciones Antropológicas de Olavarría (IIAO). La nueva sede quedó inaugurada oficialmente ayer, con discursos, corte de cintas, descubrimiento de placas y bendición religiosa. Más tres aspiraciones puntuales: crear un campo de estudios regionales con amplio protagonismo de la Unicén; informatizar el material disponible para preservar los originales; y ampliar el nivel de consulta.

El Archivo Histórico se mudó desde la planta alta del edificio que perteneciera a la Sociedad Española de Socorros Mutuos (Rivadavia al 2900), mientras que el IIAO lo hizo desde la sede adjunta al Teatro Municipal. Ahora comparten el lugar, ubicado en Lamadrid 2662, con una superficie de 250 metros cuadrados cubiertos, adquirido por la Municipalidad en 100.000 dólares. Los accesos a ambos espacios son independientes y el inmueble se refaccionó para contar con dependencias para trabajos administrativos, archivo de expedientes municipales y un sector para disponer las fotos, revistas y diarios que hacen a la historia de la ciudad. El IIAO, en tanto, cuenta con un sector administrativo, dos habitaciones para archivo y una oficina, con accesos diferenciados pero un pequeño SUM y la cocina compartidos.

"La calidad moral de los pueblos se puede medir, entre otras cosas, por el cuidado que ponen en su historia. Desde la antigüedad alrededor de reliquias o imágenes de santos se levantaron humildes ermitas y catedrales; alrededor de algunas obras de arte, museos; de los libros, bibliotecas. Olavarría tiene una buena tradición y ha dado su casa propia a las colecciones de Dámaso Arce, tiene la casa de la Cultura, museos lugareños y bibliotecas", destacó la doctora Aurora Alonso de Rocha Campos.

Nuevos objetivos

Como directora del Archivo Municipal, señaló que la sede propia era tan necesaria como esperada, tanto por el volumen como por la calidad de los materiales históricos coleccionados en más de 20 años a partir de al documentación original. Son papeles municipales y de la Justicia de Paz que datan de fines del siglo XIX, además de materiales iconográficos (fotografías, afiches o volantes), libros de interés regional y de consulta general, casi todos adquiridos por donaciones y canje.

También hay publicaciones del mismo Archivo con revistas, manuales, guías, notas de medios locales, nacionales e internacionales; además de una colección casi completa de Democracia - Tribuna. "Sin esos papeles viejos que parecen embarullar y gastar espacio no tendríamos ni los papeles agregados ni los datos, desde estadísticas hasta casos que nos permitieron conocer el pasado. A veces con pormenores sobre personas, lugares y negocios", destacó la historiadora.

Aurora Alonso añadió que "hay una Olavarría geográfica, una geografía humana y física que podemos medir y dibujar, y hay otra ideal hecha de lo que significa eso para la gente. Los pueblos y la ciudad, las fiestas y las calamidades, como las inundaciones, los intercambios entre las personas que nos cruzamos o con quienes compartimos espacios y actividades, una vasta red de intereses y afectos". Y completó: "Esa ciudad invisible, como la llamó el italiano Italo Calvino, abstracta, que está en la mente y los sentimientos de todos, que en nuestro caso se expande hacia el campo y los pueblos, sus colonias, villas industriales en una geografía prolífica modificada por una historia riquísima, es la que el Archivo quiere representar y transmitir".

De hecho, la pretensión es crear "un campo de estudios regionales en el que puede participar la Universidad del Centro, entre otras instituciones, ya que tenemos la suerte de tenerla aquí", admitió Alonso. Además de preservar la documentación del Archivo "tratando de pasar el material a consulta informática para no manosearlo".

Alonso cerró su discurso agradeciendo a los que hicieron posible contar con sede propia, a los olavarrienses que donaron bibliografía, y a Mónica Poggi, su colaboradora. Además de un "recuerdo obligado de Helios Eseverri que fue inspirador y apoyo esto. Solía decir que la cultura es una inversión muy barata porque siempre da frutos muy buenos y mayores, y que la gente pasa pero queda lo que uno hizo y eso es lo que yo espero con esta casa".

El acto contó con la presencia del intendente Julio Alem, además de integrantes del Gabinete, concejales y los legisladores provinciales José Eseverri y Alicia Tabarés. El director del IIAO, Hugo Ratier, faltó a la cita pero se excusó debido a compromisos contraídos con antelación. Sí concurrió el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, José Prado.

A su turno, el doctor Julio Alem señaló que "la historia es una parte importante de los pueblos, a veces sirve para entender muchas de las cosas que pasan en la realidad y otras para satisfacer la voracidad de aprender e incorporar conocimientos". Por eso destacó la trayectoria del Archivo Histórico y del IIAO que "permiten bucear, escarbar en la vida de los que nos precedieron". Y si bien rescató la posibilidad de disponer de una espacio físico acorde, dijo que la clave pasa por el desarrollo de la actividad y eso "depende de las personas que trabajan acá. Convocamos a la comunidad a que use estas instalaciones". Finalmente, planteó como objetivo que haya una "mayor investigación y una mayor consulta" para que "no nos quedemos a mitad de camino. Añoramos que esté lleno de gente, que no se dé abasto de atender".

Luego el padre Rafael Grasseti procedió a la bendición del lugar y de los presentes, dando lugar al descubrimiento de placas, corte cintas y una primera recorrida por las nuevas dependencias.

El horario de atención del Archivo Histórico es de 15 a 19.30, de lunes a viernes.

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