LAPRIDA

Se acentúa el déficit en la reposición de la ganadería

Laprida produce 45 mil terneros menos desde el 2003 a la actualidad El Partido perdió un 30% de stock ganadero. Las cifras surgieron después de la primera campaña total de vacunación contra la fiebre aftosa en distrito.

La política ganadera vigente y las secuelas de la sequía han dejado al Partido de Laprida con un 30% menos en el stock de animales. De acuerdo con cifras que reveló la primera campaña total de vacunación contra la fiebre aftosa en distrito, -que concluyó el 1º de mayo-, la tendencia se sigue acentuando ya que registró una merma de 111 cabezas en los rodeos generales. Este dato surge del stock del distrito compuesto actualmente de 270.000 cabezas contra 381.000 ejemplares con que contaba en la misma campaña a inicio de 2003.

Otras estadísticas revelan que la pérdida de terneros ascendió a 45.000 ejemplares y 46.000 para las vacas, comparativamente con 2003, donde la producción de terneros en ese año estaba en 135.000 y 158.000 para las hembras. Hoy los terneros rondan las 90.000 cabezas y las vacas no superan las 120.000 ejemplares. Estas últimas cifras de enero a la fecha han sufrido variables, debido a que unos 79.983 animales aproximadamente se han ido del partido para su comercialización.

A raíz de esta situación dada en el déficit de reposición que se acentúa, no sólo en Laprida, sino en otros distritos que comprenden a la zona de cría que pertenecen a la cuenca del salado, entrevistamos al presidente de la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa local, Mauricio Alberdi, al médico veterinario Horacio Stagnaro que es protesorero y a Oscar Colantonio programador del ente local, quienes dieron a conocer las variables que acusó el stock ganadero de acuerdo con estadísticas de las últimas campañas de vacunación. (ver aparte)

A las medidas gubernamentales a contramano del sector, en el caso de Laprida se sumó como factor negativo la importante sequía registrada durante el 2009 sobre todo al sur del partido (zona Paragüil hacia Pringles) donde los registros de lluvia en algunos casos no superaron los 500 milímetros en el año.

El impacto que este déficit de producción produjo, ha sido significativo, tomando como eje un valor normal o escaso de 1.000 pesos para un ternero, la cifra de 45.000.000 de pesos menos de circulante, sin duda que ha venido erosionando sensiblemente en el arco productivo del distrito. Un dato más cercano, revela que en relación a la campaña de 2009, la producción de terneros en un año cayó en 32.000 cabezas.

Pese a que los buenos valores de mercado actual han "aplacado" la situación, igualmente el panorama a futuro de la ganadería en Laprida "es negro", analizaron. "El pequeño productor que se deshizo de la vaca y quiere volver a la vaca que perdió le será imposible, porque por más que existan créditos, hay que pagarlos en medio de un mercado muy inestable". Dijeron.

En cambio el productor que pudo mantener la carga "puede llegar a zafar", pero también hubo muchos que quedaron en el camino, que debieron entregar campos arrendados y mal vender la hacienda sin poder tomar los precios de ahora.

En otro pasaje los integrantes de la fundación local destacaron que teniendo en cuenta la situación económica que vive el productor, la cobrabilidad ha sido muy buena. "Si bien nosotros debimos acomodar algunos números para que la Fundación no tuviera un defasaje en vacunas, la disposición del productor ha sido muy buena", destacó en el final Alberdi presidente del ente.

Un déficit que no es casual

El déficit en el stock ganadero no es casualidad. Hay razones para que esto ocurra y es clave analizar cuánto perdió el sector a partir de la política aplicada por el gobierno nacional desde 2006 a la fecha. Consultada una fuente especializada revela que lo primero que se debe saber para que un país tenga la posibilidad de crecer en ganadería es fundamental que la carne producida provenga de la faena de la categoría de machos (Novillo, novillitos y terneros) y del 20% de las vacas de rechazo del rodeo de madres. De esta manera se dejaría la categoría de futuras madres (vaquillonas y terneras) para cubrir la reposición -ese 20% de vacas de rechazo- y el sobrante nos daría la posibilidad de crecimiento en madres.

En nuestro país la política instrumentada por el gobierno nacional que comenzó con la imposición del peso mínimo de faena en noviembre de 2005, el control de las exportaciones desde marzo de 2006 y en la constante intervención del mercado interno (precios de referencias, intervención del Mercado de Liniers, compensaciones a feed lot, etc.) produjo el efecto contrario, con una merma pronunciada en la producción de carne proveniente de la categorías de machos -al desalentar la producción de novillo pesado e incentivar al novillo liviano- la faltante tuvo que ser cubierta por un aumento de la faena de hembras.

Esta acción trajo consigo tres efectos de pérdidas concretas, el primero una disminución en la producción de carne proveniente de machos, segundo -al tener que aumentar la faena de hembras- un aumento en la faena de futuras madres y tercero -al tener que faenar las futuras madres- una pérdida en la capacidad de reposición de las vacas viejas de rechazos incentivando una menor producción de terneros.

Uno de los índices que nos indica en que situación estamos es el de "la participación de hembras en la faena". Se toma como índice neutro -mantenimiento del stock- cuando la participación de hembras en la faena es cercano al 47%. Si la participación es menor al 47% entramos en un ciclo de crecimiento, ya que habría más vaquillonas disponible para agrandar el rodeo de madres. Fuente: imperio rural.com.

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