El candidato del Frente para la Victoria define sus propuestas Habló de todo un poco. Alfredo Fisher expuso lo que quiere para Laprida y criticó lo que no se ha hecho hasta ahora. Dijo que quiere cambiar el municipio asistencialista por uno productivo.
Minimiza la derrota en un mismo tándem con la victoria, no le preocupa la trayectoria de su rival Alfredo Irigoin y piensa con remate de fuerte formato poner al alcance del pueblo un "gobierno inclusivo y no exclusivo y un gobierno para todos y no para algunos". No eludió aquella frase de pueblo chato que hizo erupción en la piel de algunos, dejando literalmente expreso que la chatura está en los funcionarios. Habló de la droga marcando dos caminos concurrentes y diferenciados: la responsabilidad del intendente en el rol de la seguridad y la concurrencia y el abordaje social de la problemática de la demanda con un severo control de la oferta.
Micrófonos "corbateros" colocados, chequeado el audio, luces, grabando... y en exclusiva a agenda abierta esto respondió:
Teniendo en cuenta el objetivo fijado, ¿se cruza en sus pensamientos que el lunes 29 de octubre puede significar el abismo o la gloria de un proceso?
-En política creo que no hay ni abismos ni glorias. Seguramente la posibilidad de ver plasmada en un resultado la expectativa de un grupo muy importante de gente, pero sí es definitivamente un desafío que provoca esta sensación de ansiedad y creo que están dadas las condiciones. Si bien no se va a dar algo así como la gloria, pero sí la concreción de un sueño postergado de un grupo importante de gente que tiene un pensamiento político en Laprida y además de todo el resto de la sociedad lapridense que apunta a generar un cambio desde el punto de vista de la forma de hacer política.
Tres primeras medidas de Alfredo Fisher Intendente.
- La posibilidad de acceder a la intendencia nos dará un tiempo importante para abrir puertas y ventanas del municipio, no solamente para nuestros funcionarios sino para los ciudadanos de Laprida. Resumir esto en tres medidas quizás no sea lo más propio, pero sí vamos a empezar desde el primer día a cambiar la relación que está dada hoy y desde hace 24 años entre gobierno y ciudadanía. La primera etapa de nuestro gobierno será el acercamiento del funcionario y el gobernante a la realidad social y taxativa de la gente. Poder poner a la política en función de resolver los problemas de la gente y pararnos sobre los puntales básicos de nuestra campaña. El hecho de integrar a la familia lapridense, cambiar la estructura de un municipio asistencialista por un municipio productivo y finalmente plasmar una serie de medidas que no podemos mencionar como una sola. Son todas de alta prioridad.
¿Cómo actuaría para contrarrestar el avance de la droga en Laprida?
- El problema de la droga no se soluciona con represión o teniendo una actividad severa desde el punto de vista policial. La idea de asumir la responsabilidad de gestionar la Policía Comunal va a cambiar de manera sustancial la responsabilidad del intendente sobre la seguridad. Asumiremos el rol que tiene que tener un intendente moderno del siglo XXI respecto de la seguridad de su pueblo. Mucha más severidad y esto no quiere decir gatillo fácil, sino trazar las líneas de lo que está bien y mal y que no haya diferencias de amigos y des-amigos del poder. Por otro lado tenemos que apuntar a encontrar mecanismos juntos con la sociedad y las familias afectadas, para la inclusión y contención de los chicos que están siendo sorprendidos por esta problemática.
En esta elección se hace hincapié más en la trayectoria de los candidatos que en las propuestas. En su caso, ¿juega a favor o en contra?
- Su consideración es en parte válida. Creemos que es importante la trayectoria y es mucho más importante las posibilidades a futuro. Hay un postulante (por Irigoin) que pertenece a un grupo de poder que hace 24 años que tiene acceso a la totalidad del poder en Laprida y el grupo que represento, que tiene la voluntad de cambio de esta estructura. Por supuesto que no desconocemos que en esta historia que trae a los dos postulantes, hay un sector que tiene experiencia en el poder y a su vez también trae a la rastra todos los problemas que han ido terminando con un pueblo, donde hoy no tenemos una industria funcionando, no tenemos acceso a educación terciaria o universitaria. Tenemos una serie de limitantes que no son otra cosa que el fracaso de políticas que si bien dejaron en la primera etapa del poder de mi contrincante una buena imagen de gestión, su última etapa fue muy negativa y el olvido que ha tenido de los últimos ocho años de nuestro distrito también colabora para que la gente al mirar para atrás sepa discernir. Y mirando hacia adelante creo que está nuestra fortaleza. Somos la opción de poder para el futuro de Laprida.
Su frase de pueblo chato dejó polvillo en suspensión. ¿Qué le dice a ése vecino que todavía está dolido y que se vio herido en los sentimientos?
- No creo que haya habido lapridenses heridos en ningún sentimiento. Si bien hubo manifestaciones a través de su medio no fueron más que el de una ciudadana lapridense vinculada al poder que defendía. Además terminamos de poner sobre el escritorio datos claros que mencionamos de un gobierno que apostó a la chatura del desarrollo. Un municipio que mirando hacia atrás no tiene la posibilidad de brindarle a sus ciudadanos una oferta de empleo genuino, capacitación en oficios y profesiones, que no tiene la posibilidad de ser transparente en el acceso a uno de los bienes más preciados que es la vivienda social, definitivamente no se trata de un municipio que está despuntando y arrancando, sino que está expuesto al achatamiento que le da una determinación política como la que ha tenido los últimos 24 años. Podríamos decir un achatamiento de parte de las autoridades a una población que no considero chata porque el resultado del 28 de octubre así lo va a determinar.
Y cuando dicen que usted tiene pocas raíces en el pueblo. ¿Cómo recibe eso? ¿Con bronca, con dolor?
- Son las cosas de la política. Se utiliza desde la vieja política cualquier dato que pueda aportarle una sombra al contrincante. Nosotros valoramos cuestiones reales que están sobre la mesa y criticamos cuestiones políticas. Todo lo que se pueda decir desde el punto de vista personal desde la vereda de quien está tratando de perpetuarse en el poder no nos afecta. Sí es molesto, pero no doloroso, tener que explicarle a un vecino que yo no me voy a ir de Laprida. Hemos apostado fuertemente en estos siete años en hacer un cambio para esta sociedad de la cual somos parte.
Una fortaleza de Alfredo Fisher.
- La voluntad de cambio, la perspectiva de un Laprida mejor, el tener todo para dar. El estar metido en política no por un proyecto económico personal y por ansias de poder.
¿Una debilidad?
- Es difícil. Nuestra debilidad en el contexto a pocos días de las elecciones, es la falta de recursos presupuestarios para acceder en el mismo nivel que tiene el otro sector político a expresar un color, una imagen.
¿La derrota?
- En términos numéricos electorales la conocemos, la abordamos, la interpretamos para mejorar y para estar hoy en condiciones de conseguir la victoria.
¿La victoria?
- La concreción de los anhelos que no son personales, aunque será una satisfacción hacia adentro. La victoria sería concretar los anhelos del grupo importante de gente que se ha jugado en este proceso mucho más que este candidato. A mí me ha costado mucho, he estado en situaciones difíciles que ha planteado la política como un juicio y algunas cuantas amarguras, pero hay mucha gente que con situaciones más difíciles que las mías, ha puesto mucho más en juego aún sin intentar conseguir un rol particular.
¿Duerme bien o más o menos?
- Duermo bien, pero cuando me despierto siento que no he hecho todo lo suficiente y necesario que tendría que haber hecho.
¿Qué le gustaría que recuerden de usted en el futuro?
- Alguien que se puso al hombro un montón de ansiedades de un grupo importante y que después de acceder al poder cumplió con la mayoría de las promesas que hizo, que no fueron promesas particulares hechas en una casa en particular y comprometiendo un beneficio de manera personal, sino compromisos hechos de manera pública. El mejor recuerdo que uno puede aspirar a producir es el de una persona de bien que cumplió con lo comprometido.