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La Selección sigue bien arriba

BASQUETBOL. Buen año para el equipo de Sergio Hernández

A pesar de las ausencias y las dudas que ellas generaban sobre el futuro del equipo, el seleccionado argentino de básquetbol demostró en 2009 que todavía puede mantenerse en el grupo de élite, y el Premundial de Puerto Rico fue testigo de ello.

Sin Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto, Andrés Nocioni y Carlos Delfino, entre otras tantas ausencias, y una preparación con varios tropiezos, el equipo demostró, en plena competencia, que es algo especial.

Con el liderazgo de Luis Scola (MVP del torneo), el valioso aporte de Pablo Prigioni, Federico Kammerichs y Andrés Pelussi, y aciertos técnicos de Sergio Hernández, la selección exhibió un plus especial y estuvo "ahí" de llegar a una nueva final.

"Este grupo supera mi capacidad de asombro. La personalidad que mostró para salir delante de esta situación fue increíble. Uno a veces piensa que no tienen más respuestas para ofrecer, pero sin embargo siempre hay un objetivo nuevo, un desafío por delante y la verdad". De esa manera definió Hernández el trabajo de sus jugadores.

Y esas son las características que siempre han definido a la selección desde 2002 hasta hoy, y Puerto Rico fue una oportunidad para ratificarlas. Allí no sólo debió superar las ausencias, sino también algunas bajas producciones, como las de Paolo Quinteros y Román González, jugadores que llegaban como piezas importantes para el cuerpo técnico.

Pero al margen de eso, Hernández y los jugadores saben que agosto (mes en el que se jugó el Premundial) quedó muy atrás y que aunque falten poco más de ocho meses todos tienen la mente puesta en el Mundial de Turquía.

Esa cita asoma compleja y no sólo por el tema de las posibles ausencias que, más temprano o más tarde, volverán a ocupar el centro del escenario.

"Yo no sé si tendré contrato renovado con San Antonio o si estaré negociando con otra franquicia para junio de 2010. Y el jugador que no tenga contrato no puede arriesgarse a jugar o entrenarse porque si se lesiona puede perderse un año. Y para mí, a los 33, eso sería tremendo", dijo hace poco Emanuel Ginóbili cuando se le preguntó sobre su presencia en el equipo que irá a Turquía.

A esta situación, además, habrá que sumarle otra no menos importante: la de la edad. Después de los Juegos Olímpicos de Beijing, para algunos de los integrantes de la Generación Dorada comenzó la cuenta regresiva y eso en la alta competencia se siente.

Igualmente Turquía 2010 parecería estar lejos de ser el final de este grupo de jugadores, o al menos de la mayoría. Sí, parece, ser el punto de partida para que los más jóvenes comiencen a asumir mayores responsabilidades. Luis Scola ya tomó en parte esa posta. Lo hizo este año en Puerto Rico, lo había hecho en 2007 en el Preolímpico de Las Vegas, y mal no le fue.

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