FUTBOL. Superó a Boca por 3 a 1 en el "José María Minella" de Mar del Plata
El debutante Rodrigo Rojas, Rogelio Funes Mori y Daniel Villalva, la figura de la cancha, marcaron los goles de River, mientras que Martín Palermo anotó el empate parcial para Boca.
Una multitud presenció el superclásico en el estadio mundialista marplatense, donde el árbitro Héctor Baldassi tuvo una buena noche y expulsó correctamente a Nicolás Gaitán.
La continuidad de Basile está más en duda que nunca, no sólo por la derrota con River, sino por lo que muestra dentro de la cancha, siendo bailado en los últimos dos partidos: antes Estudiantes y anoche River.
Es que Boca es varios equipos en uno mismo, porque una cosa es su arquero y su defensa, endebles por donde se los mire, con un mediocampo que no recupera ni juega, y otra con Riquelme, siendo un enlace y media punta a la vez, generando fútbol, y con Palermo para concretar arriba lo que le tiren.
Con ese esquema -ésa es la táctica- los dirigidos por Basile salieron a enfrentar a un River que, sin Marcelo Gallardo y Ariel Ortega, en el segundo tiempo lo pasó literalmente por arriba y no lo goleó porque falló en la puntada final.
En el arranque del partido comenzaron las dudas para Boca, porque Rojas se fue por la derecha y la realidad es que dio la sensación que remató sin demasiada convicción, pero Roberto Abbondanzieri se encargó del resto, porque la pelota le pasó por debajo del cuerpo y desde el vestuario River su puso en ventaja.
En ese momento parecía que todo iba a ser de River, porque Matías Almeyda era el dueño del medio, Diego Barrado y Rojas acompañaban y arriba Daniel "Keko" Villalva amenazaba con generar peligro.
Pero River en ese primer tiempo, como se dice muchas veces en el fútbol, se quedó sin nafta, no tuvo aceleración para rematar el partido, que anímicamente lo tenía servido. Entonces creció Riquelme, el diez de Boca comenzó a manejar la pelota y Palermo y Nicolás Gaitán empezaron a entrar más en juego.
Con pelotazos cruzados los de Basile inquietaron pero sin generar mucho peligro, hasta que desde el guante que tiene Riquelme en el pie llegó un centro para la cabeza de Palermo y el goleador de Boca marcó el empate ante una reacción tardía de Daniel Vega. Estaban iguales y a volver a empezar.
El comienzo del segundo tiempo fue calcado al primero, con la salvedad de que el palo salvó a Boca, luego de un horror defensivo del paraguayo Julio Cáceres, quien perdió la pelota, que le quedó a Villalva, tras una habilitación de Funes Mori, pero la suerte estuvo del lado del xeneize cuando sólo iban dos minutos.
Claro, que entre Abbondanzieri y el juez de línea Ricardo Casas, quien ignoró una posición adelantada, se encargaron de que Funes Mori, luego de un rebote en el arquero y con dos cabezazos seguidos estableciera el 2 a 1.
A partir de ahí despareció Riquelme y Boca fue lo mismo que ante Estudiantes, un equipo sin alma, sin conducción, perdido, sin saber que hacer ni a qué jugar. Por eso no sorprendió que llegara el tercero de River, marcado por Villalva, con una gran definición, luego de una excelente jugada personal.
Para que el panorama de Boca sea más triste, Gaitán protagonizó el hecho de violencia más grave de la noche, arrojando una botella a la platea de River, que le valió la expulsión y a 15'' del final dejó a su equipo con más chances de ser goleado que de descontar.