SUB 17. Por el Torneo Nacional derrotó a Azul y ahora jugará con Laprida
Los pibes que dirige Mario Buceta derrotaron a Azul y ahora deberán enfrentar a Laprida. Fotos Marcelo Kehler
OlavarrÃa ganó bien, pero su arquero MartÃn RodrÃguez fue figura.
Especial para EL POPULAR
Los chicos dirigidos técnicamente por Mario Buceta lograron acceder a la siguiente instancia del Torneo Nacional Sub 17, luego de derrotar por 2 a 0 a Azul en el estadio "Domingo Colasurdo". Con un calor agobiante y un almuerzo en familia por el "Día de la Madre", que tuvo que ser postergado por el temprano horario de disputa, la selección juvenil olavarriense consiguió el pase a la segunda fase, en la que va a estar enfrentando a su par de la ciudad de Laprida.
El comienzo del partido plasmó en la cancha a dos conjuntos dubitativos y cuidadosos, con un balón que pasaba más tiempo por el aire y por el centro del campo de juego que por las cercanías de los arcos. Sin embargo, arribando al primer cuarto de hora la situación comenzó a volcarse para el lado de los locales, fundamentalmente por la seguidilla de faltas próximas al área de los defensores visitantes, que incluso -a veces de manera apresurada- todas fueron sancionadas con tarjeta amarilla por parte del árbitro tandilense.
En uno de los tantos centros que cayeron sobre el área azuleña, Olavarría encontró la diferencia. Gallotti, de espalda al arco, la bajó para Mauricio Barraza, quien tomó la pelota picando y definió fuerte al centro del arco, cuando el reloj marcaba 18 minutos.
Desde allí los locales comenzaron a manejar los hilos del partido, presionando las salidas de los azuleños y esperando agazapados cada posibilidad de armar rápido una contra. No obstante, en la mayoría de los casos, los avances de Olavarría morían en insinuaciones, mientras que las más claras se daban en el arco defendido por Martín Rodríguez, que siempre respondió en buena forma y se consolidó como la figura del partido. Inclusive, cuando el número uno no pudo responder la suerte estuvo de su lado, ya que en una volea de aire de Ignacio De los Heros la pelota fue devuelta por el travesaño.
Por el lado de Olavarría lo más importante se vio en la etapa inicial, con la actuación de Lucas Barbieri y Manuel Cano, que en varias ocasiones se retrasó para colaborar en la recuperación y poder hacerse del balón, ya que en la etapa inicial fueron muy pocas las que le llegaron limpias, tanto a él como a Martín Gallotti.
El complemento tuvo una escena similar al primer tiempo, con Olavarría controlando la situación y favorecido por el hecho de la acumulación de tarjetas de Azul que acomplejó a gran parte del equipo, pero fundamentalmente a los defensores. Asimismo el director técnico de la vista movió las piezas e hizo una serie de cambios que le renovaron el aire. Afortunadamente para Olavarría estas modificaciones se dieron con el resultado a favor y tardías, sino la situación se hubiese vuelto más complicada, fundamentalmente por la actuación de Mariano Ridao, que cada vez que tocó la pelota desequilibró y preocupó.
A los 15 minutos se iba a dar una situación que cerró el partido y sepultó las esperanzas de la visita: Cano encaró por la derecha y luego de un rebote en un defensor de Azul, la pelota derivó en los pies de Ignacio Mazzey que desbordó y ubicó solo a Martín Galloti, que definió ingresando por el medio del área.
La ventaja de dos goles generó que Azul saliera en mayor medida a buscar el resultado, e incluso modificó su esquema ya que adelantó a uno de sus laterales al mediocampo dejando en el fondo una línea de tres defensores, lo cual se convirtió en un terreno propicio para los avances locales, que se dieron en gran número pero sin la precisión necesaria para aumentar la diferencia. Por el lado de Azul se seguían dando los desbordes de Ridao y alguna intervención de De los Heros; sin embargo el arquero olavarriense cerró su arco y, a la par, cualquier atisbo de esperanza de la visita.
El pitazo final desató la alegría de los jóvenes olavarrienses que nuevamente bajo la dirección de Mario Buceta logran buenos resultados, ahora se espera por Laprida. Y se renueva la ilusión.
