AUTOMOVILISMO. César Benigni renunció a la vicepresidencia del AMCO por discrepancias con Luis María Cajén Según César Benigni, su función en el AMCO era la de mediador, al entender que "(Cajén) es una persona difícil, autoritaria y que toma decisiones en forma unipersonal". La negativa de la presencia de la Galera de los hermanos Emiliozzi en la carrera de Turismo Carretera resultó el disparador de su retiro de la entidad.
La noticia causó asombro: el jueves pasado, César Benigni presentó ante la comisión directiva del Automóvil Moto Club Olavarría (AMCO) su renuncia indeclinable al cargo de vicepresidente de la entidad, que el domingo 15 de noviembre organizó la "53ª Vuelta de Turismo Carretera de Olavarría" en el Autódromo "Hermanos Emiliozzi".
"Sólo quiero que se respeten los principios y no se le mienta a la gente. No quiero ser un vicepresidente para ocupar un puesto", declaró, y remarcó que "puedo ser consecuente de algún exabrupto, pero de la mentira no".
Según el propio Benigni, el sábado 14 lo consultó al presidente Luis María Cajén para llevar el domingo 15 la Galera de los hermanos Emiliozzi al Autódromo y recibió una respuesta negativa, con exabrupto incluido.
En la parte contable, reconoció que la visita del TC no generó beneficios a las arcas del AMCO y que la institución sólo tiene el compromiso de saldar la deuda con Eduardo Kriger, empresa encargada del movimiento y compactación de la obra en el Autódromo en 2008, y con él mismo al aportar el dinero para la carpeta asfáltica.
-La renuncia ocurrió después del Turismo Carretera en Olavarría. ¿Cuál es el motivo?
-Llevaba un año y medio de incompatibilidad con Luis María Cajén. Ante cada conflicto aparecía como el mediador, porque es una persona difícil, autoritaria y que toma decisiones en forma unipersonal.
Hasta aquí conciliaba: primero con la ACTC (2008), con los banderilleros por la comida y con algunos pares de la comisión directiva. Siempre era el mediador para que la institución caminara de manera positiva. Y el motivo principal que generó esta decisión fue la respuesta ante la negativa de no trasladar el domingo la Galera al Autódromo para la carrera de Turismo Carretera.
- La decisión es algo meditado o un simple arrebato.
-Resultó espontánea luego de una discusión el miércoles por la noche ante la ausencia de la Galera de los hermanos Emiliozzi, en el Autódromo, el día del Turismo Carretera.
Terminada la jornada del sábado (14) lo consulté (a Cajén) ante el pedido de Omar Rosini (N. de R.: la persona encargada hoy del mantenimiento de la unidad que el Municipio decretó como patrimonio histórico de la ciudad) por si tenía que llevar la Galera al Autódromo el domingo (15) y me contestó una grosería irreproducible. Una hora más tarde llamé a Rosini y sólo me remití a decirle que el presidente no quería. Omar me preguntó los motivos y le dije que los desconocía para no irritar los ánimos.
En la comisión directiva está su primo (José Luis Cajén, vocal titular), quien siempre opina que la Galera está pasada de moda. Y pensé: "¿Será así?".
Lo que más me molestó fue la declaración el martes en "Recta Final" del presidente ante la consulta de un televidente de por qué no había estado la Galera. De forma dubitativa dijo que se olvidó en la vorágine del trabajo y que no pensarán que estaba en contra de la Galera porque el Autódromo lleva el apellido de los hermanos Emiliozzi. En mi caso me generó un malestar con Rosini. Volví a hablar con Cajén y no me supo responder, aunque agregó algunas groserías.
Esperé que el jueves se retractara o cuáles eran los motivos que tenía con la Galera y con Rosini. Entonces me acerqué hasta al Museo con la renuncia indeclinable, porque puedo ser consecuente de algún exabrupto, pero de la mentira no.
En los últimos días recibí muchos llamados, después Pepe (José Mucci) y Tony (Antonio Lovecchio) me pidieron que lo pensara. Lo único que sé es que Cajén informó que yo había renunciado y guardó la carta en su maletín. No es la manera de manejarse, porque el viernes tendría que haber salido por los medios aclarando mi renuncia y no lo hizo.
-¿Otro mal trago ocurrió el domingo, después de la carrera de TC, cuando hubo que arreglar los números con la ACTC?
-El domingo concurrí a la carrera porque el evento era importante y debí discutir con Fernando Miori. Ellos (la ACTC) sacaban la cuenta con los 60.000 pesos del subsidio de la Municipalidad, unas entradas vendidas anticipadas y nos dejaban 20.000 pesos para cubrir todos los gastos (que sumaban 210.000 pesos). No perdíamos, pero no ganábamos una moneda.
Le hice notar al gerente de la ACTC que era incompatible porque se habían vendido 5.200 estacionamientos de autos y 600 de motorhome para un total de 7.000 entradas cortadas. A mí no me cerraba que venía una persona por vehículo y a mí me daba un total de 9.000 entradas. Según ellos (la ACTC) eran 500 las pulseras que se habían robado, pero a mí no me cerró nunca el número. En una discusión dura conseguí que dejaran 80.000 pesos, una suma que alcanza para pagar los gastos sin tocar el subsidio de la Municipalidad.