BASQUETBOL. Fernando Duró dictó una clínica para entrenadores y luego habló de todo
Luis Ahumada
El pasado sábado disertó en Olavarría, más precisamente en el Gran Gimnasio de Estudiantes, Fernando Duró, reconocido entrenador de la Liga Nacional de Básquetbol y quien fuera el primer asistente de Rubén Pablo Magnano en la obtención del oro olímpico de la selección nacional en Atenas 2004.
La presentación de Duró se dio en el marco del cuarto encuentro del curso anual de capacitación de entrenadores de la Eneba, con sede en Olavarría, que dirige el profesor José María Maldonado.
Fernando Duró nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1960, se graduó en 1984 como profesor nacional de educación física y desde 1985 es entrenador nacional de básquetbol. Tiene una trayectoria de 18 años dirigiendo en Liga Nacional. De 1990 a 1992 dirigió la Liga Nacional "B", de 1992 a 1996 el Torneo Nacional de Ascenso y desde entonces la Liga Nacional "A".
Actuó seis temporadas en Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, donde fue campeón en 2006 y subcampeón sudamericano en 2001. Integró por dos períodos el cuerpo técnico de la selección nacional de la Argentina (de 1992 a 1997 y de 2000 a 2004), que incluyen el título olímpico de Atenas 2004 y el subcampeonato mundial de Indianápolis 2002, secundando a Rubén Pablo Magnano.
La pasada temporada dirigió a la Asociación Atlética Quimsa de Santiago del Estero y a Boca Juniors en la Liga Nacional "A". Es profesor nacional de educación física, entrenador nacional de básquetbol, entrenador de la Liga Nacional desde 1996 a la actualidad, capacitador de la Eneba y la Coditep. Con todo esa trayectoria en la espalda mantiene gran entusiasmo y pasión a la hora de transmitirle a sus colegas todos sus conocimientos, al menos así lo demostró el pasado sábado en el Gran Gimnasio.
-¿Cómo tomás esto de ser capacitador de colegas?
-Tiene mucho que ver, obviamente, con la vocación docente que uno tiene y que no ha perdido. Lo vengo haciendo desde hace muchos años, tanto para la Coditep, para profesionales y para la categorización de entrenadores de la Liga Nacional, como para la Eneba también.
Es una pasión que también uno tiene de tratar de dejar los conocimientos que ha adquirido a través de toda una etapa de la vida y es muy bueno mostrar proyectos desarrollados a través de una historia, que ya fueron probados y resultaron ser exitosos.
-¿La Argentina es un semillero de entrenadores de básquetbol?
-Yo creo que hay entrenadores que ya tenemos casi 20 años en la Liga Nacional y un camino recorrido en el equipo nacional argentino, muchos viajes, mucha capacitación. Por eso creo que es el momento de devolverles a los entrenadores que están empezando o a los que están dirigiendo ahora mismo todo el conocimiento que uno tiene.
No soy de guardarme nada en mi vida personal y como entrenador a la hora de estos cursos entrego lo mejor de mí. Gracias a Dios la Argentina tiene un potencial de entrenadores muy bueno que podrían trabajar en cualquier lugar del mundo y los podemos disfrutar en nuestro país. Así se refleja en el espectáculo basquetbolístico que estamos viendo permanentemente en la Liga Nacional.
-Da la sensación que el técnico de básquetbol, al contrario que el de fútbol, es más abierto a la hora de compartir sus conocimientos...
-No conozco bien cómo es el tema del fútbol y no he participado en una clínica de fútbol. Sé que hay muchos tabúes, muchos mitos, hablan de códigos, no sé bien qué es lo que dicen. Obviamente que nosotros tenemos también nuestros códigos, está claro, pero estamos permanentemente mostrando cómo lo hacemos.
Me parece a mí que lo más importante pasa por la cantidad y calidad de jugadores que uno pueda disponer. Después está lo que le pone uno, no solamente en la parte técnica y táctica. Está lo que se refiere a la parte de la motivación, lo psicológico, la dinámica de grupo, la parte física.
Creo que cuando más uno tiene de todo eso le puede transmitir al jugador y aconsejar aspectos que muchas veces se dejan de lado, que tienen que ver con la vida adentro y afuera de la cancha de básquetbol.
-Seguramente que volver a Olavarría te trae muchos recuerdos . . .
-Olavarría me ha marcado muchísimo. Acá obtuve mi primer campeonato profesional con Obras Sanitarias en el Torneo Nacional de Ascenso cuando le ganamos a Estudiantes en la temporada 1995/1996. La he pasado siempre muy bien aquí, he jugado una final de Liga Sudamericana también dirigiendo a Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia.
Recuerdo grandes partidos que jugamos ante Estudiantes con Boca Juniors también. Así que es un recuerdo muy grande volver a este estadio, significa mucho para mí. Durante muchos años Estudiantes fue un grande de la Liga Nacional y a nivel internacional compitieron con los mejores.
Por eso es una alegría volver a estar en este estadio maravilloso y ojalá que alguna vez vuelva a brillar como en sus mejores noches.
-¿Qué balance hiciste de tu última Liga, cuando dirigiste a Quimsa primero y a Boca después?
-Lo de Boca se valoriza más porque hubo un excelente resultado deportivo. El crecimiento del equipo estuvo a la vista. Pero lo de Quimsa también fue una gran experiencia. Creo que intenté poner mi proyecto a disposición del equipo y los tiempos no coincidieron.
Santiago del Estero es uno de los lugares en los que hay mucha presión por ganar rápido y yo entendí que no era el lugar y el momento ideal para seguir. Pero pude cerrar la temporada muy bien en Boca y coronar un año como yo quería.
-¿Por qué no dirigís ningún equipo en la actualidad?
-Por ahora estoy esperando una buena oportunidad. La verdad es que no tuve ninguna alternativa que me convenza, económicamente más que nada. Desde el punto de vista deportivo había propuestas interesantes, pero será para más adelante, será algo del exterior.
Además, estoy con algunos proyectos personales y eso me deja más tranquilo porque no tengo tanta dependencia del básquetbol. Pero mi pasión está adentro de la cancha y ojalá que vuelva lo más rápido posible a dirigir.
-Pero sabés que en cualquier momento echan a un técnico y vos estás primero en la lista de varios dirigentes . . .
-Son los riesgos nuestros. Sabemos que tenemos que ganar y cuando no ganamos el primer foco de cambio pasa por los extranjeros y después el entrenador. Es lo normal. También me puede pasar a mí. Entrenadores que están esperando que me vaya mal para que entre otro.
Pero considero que tiene que ver con las convicciones de uno. Obviamente que va a ser un año de muchas presiones, de mucha competencia, más que nada en la Zona Norte de la Liga Nacional.
Ojalá que no pase, porque uno no le desea el mal a nadie, pero sabemos que son las reglas del juego y nadie queda exento de que lo cesanteen en su cargo de entrenador.