FUTBOL LOCAL. Con un fútbol brillante, derrotó 4-2 a El Fortín y es único líder del "Apertura"
No es casualidad: hay un estilo Ramírez (Silvio) que va más allá de los nombres y de los campeonatos. Con argumentos que empiezan a ser moneda corriente, Racing le ganó con mucha comodidad a El Fortín (más grande en la cancha que en el resultado) después de una demostración de una belleza colectiva pocas veces vistas en los últimos tiempos en el fútbol local.
Este Racing que rompió dos rachas en tres días (primero un triunfo en el clásico después de 4 años y 13 partidos; ayer la victoria en el "Ricardo Sánchez"), interpretó cabalmente como se juega hoy en todo el mundo, no tanto en la Argentina: los jugadores participan todo el tiempo del juego, pero la pelota está muy poco tiempo en los pies de cada uno.
La primera media hora de Racing fue brillante y los quince iniciales del segundo contundentes. En ese lapso hizo la diferencia.
El primer gol fue una maniobra colectiva de una limpieza maravillosa: los defensores hicieron dos veces el abanico en el fondo, hasta que Nasello cambió la velocidad de la pelota para la subida de Brunand. El tres aceleró en tres cuartos y desde el vértice sacó un zurdazo cruzado que superó el esfuerzo de Vivas.
Racing nunca dejó pensar a Di Matteo o a García en la salida de la pelota y redujo a dos excelentes jugadores (Mayoz y Cañete) en entusiastas que corrieron mucho y desequilibraron muy poco.
Sólido atrás; impecable Magariño en el quite y la distribución; preciso Sánchez; incontenible Vecchio por la derecha; incansable Santucchi, más lo intimidante del grandote Baldini.
Racing tuvo tres claras antes de la pelota parada que ejecutó Di Matteo en la izquierda, cruzó toda el área y De Arzave la empujó de cabeza al lado del segundo palo. Un empate desubicado, pero después del descanso Racing lo remató.
El segundo gol fue una obra maestra de fútbol colectivo: salió con Dalmao de "cuatro", terminó con Brunand de once (a dos toques) y el toque sin marcas de Baldini.
En el tercero Vecchio aceleró en tres cuartos, se fue para adelante y Zapata lo bajó en el área. Penal, que con un tiro suave a la izquierda Sánchez cambió por gol.
Con menor intensidad después del cuarto de hora (algo que también le pasa al equipo del Argentino "B"), Racing tuvo otros tres mano a mano con Vivas, hasta que Baldini coronó abajo del arco una descomunal jugada colectiva, que inició Parolari en la izquierda, siguió con un taco de espaldas de Ordozgoiti, y el centro del tandilense desde el último centímetro de la cancha.
La equivocación de Nasello (de notable partido), cuando prefirió reventar la pelota en el cuerpo de Jonathan Cañete en lugar de despejar, posibilitó el descuento anecdótico de Sandes.
A veces me pregunta que es jugar bien al fútbol, dijo Francisco Russo hace unos días. Lo que hizo Racing ayer, "Fatiga".