El tercero en discordia en esta saga, aunque con menos chances por todas las razones enumeradas, es Inter, de Italia, que solamente se parece a los otros dos en la disponibilidad de millonarios capitales privados provenientes en este caso de China.
El anuncio de que Lionel Messi se quiere ir de Barcelona tiene su correlato inmediato e inevitable con lo que será de él en su futuro profesional, y para conocerlo, aunque es fundamental el dinero, no es para el rosarino esa su principal preocupación, sino que ella pasa por tres ejes que son su familia, el proyecto futbolístico y sus amigos entrañables, y en ese contexto solamente dos clubes están en condiciones de satisfacerlo por estas horas: Paris Saint Germain (PSG) y Manchester City.
El tercero en discordia en esta saga, aunque con menos chances por todas las razones enumeradas, es Inter, de Italia, que solamente se parece a los otros dos en la disponibilidad de millonarios capitales privados provenientes en este caso de China (los consorcios LionRock Capital Limited, de Hong Kong y Suning Holding Group).
En tanto, el PSG pertenece a Oryx Qatar Sport Investment, que es propiedad del fondo soberano Qatar Investment Authority, radicado en Doha y que pertenece al gobierno de ese país, mientras que Manchester City tiene como dueño al jeque Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, que es el viceprimer ministro de los Emiratos Árabes Unidos y miembro de la familia real de Abu Dhabi.
Pero todo ese poderío económico no es lo que hoy refiere Messi como para imaginar un futuro que seguramente no planificaba lejos de su amada Barcelona, su Rosario española, sino que priman los afectos, familiares y de los otros, casi al mismo nivel que el proyecto deportivo.
En ese primer punto están su esposa, Antonela Roccuzzo, y sus tres pequeños hijos, que se encuentran muy afincados en la paradisíaca zona de Casteldefels, con el mar Mediterráneo a sus pies y una vida construida en torno a ella.
Una mudanza a otro país implicará también una cuidadosa elección del lugar, y allí ya empezaría a sacar ventaja la capital francesa, para comenzar mucho más benevolente desde lo climático que Manchester, donde como le dijo Pablo Zabaleta a Télam hace cinco años, cuando justamente el arrecifeño jugaba en el City, "es muy difícil adaptarse a jornadas en que el día amanece a las nueve, el sol al mediodía, y la noche vuelve a las cuatro de la tarde".
Después y respecto de los "otros afectos", también los parisinos podrían anticiparse a los ingleses, ya que el entrenador del PSG, el alemán Thomas Tuchel está interesado en contratar un centrodelantero tras las últimas flojas performances del argentinos Mauro Icardi, quien no es justamente un amigo de "Lío", y el uruguayo Luis Suárez es un candidato tras la partida de su compatriota Edinson Cavani.
Si PSG se queda con ese combo Messi-Suárez, se terminaría reuniendo el trío de "sudacas" (así se identifican en su grupo de whatsApp) con el brasileño Neymar, como en los "buenos viejos tiempos".
Y de yapa allí también hay otro rosarino integrante de su mentado "club de amigos" como Ángel Di María, al que se agrega un compañero de su agrado proveniente de la nueva camada de compañeros que tiene en el seleccionado argentino y que es Leandro Paredes.
En esa pulseada afectiva, sin embargo, no es un dato menor que su mejor amigo argentino es Sergio Agüero, el "Kun" que alguna vez estuvo cerca de acompañarlo en Barcelona, y por si esto fuera poco, está nada más y nada menos que Josep Guardiola, el único entrenador al que Messi alguna vez le dio un abrazo en un campo de juego: justamente el día que "Pep" se alejó del club catalán.
Y allí, en el oriundo de Sampedor radica una simbiosis que involucra al tercer punto, el proyecto deportivo, porque se conjugan el afecto y el respeto que "Lío" tiene por él, con la posibilidad de reunir a un equipo ofensivamente de los más poderosos, sino el más de Europa. con él junto a Neymar, Kylian Mbappé, Di María y, si llegara, el propio Suárez.
Para Inter, y más allá de que Milán es "la capital de la moda" y quizá le agrade a Antonela, que en Barcelona tiene una zapatería de primer nivel en sociedad, justamente, con la esposa de Suárez, quedaría muy poco para seducirlo, y máxime si se produce un enroque contrafáctico con Lautaro Martínez y el bahiense termina aterrizando en el plantel del técnico holandés Ronald Koeman.
La marca de la camiseta que viste a estos clubes es la misma, Nike, aunque Messi tiene contrato personal con Adidas, que le ganó la pulseada individual pese a que la de Barcelona también es la de la empresa de "la pipa". La de "las tres tiras" es la patrocinante del seleccionado argentino.
Familia, otros afectos, proyecto futbolístico y dinero, en ese orden. PSG, Manchester City e Inter, en ese orden. Quedarse en Barcelona o alguna vez retirarse en Newell''s Old Boys, podrían enrolarse dentro del adagio popular que reza que "soñar no cuesta nada". Para los tres pretendientes anteriores, "soñar (con Messi) cuesta mucho (en principio, 700 millones de euros)". (Télam)