Festival Cidade de Estrela
El entrenador Guillermo Ducuing y las jugadoras Jael Hojman, Bernardita Mattaini y Paloma Macías relataron su experiencia en Brasil, donde terminaron séptimas en un importante torneo internacional.
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
Foto: Marcelo Kehler
Hay títulos que salen fáciles, hay otros que se demoran en salir; los hay que no salen nunca y su espacio es ocupado como se pueda; hay citas textuales, hay conceptos, hay ideas, frases hechas. Hay un agrupamiento de palabras que dice mucho, otros que dicen nada.
En este caso no fue necesario buscarlo, salió de la boca del máximo responsable de la inolvidable excursión de las niñas Sub 15 de Estudiantes al Festival Internacional Cidade Estrela que acaba de terminar en Brasil. Es una marca que ellas van a llevar para toda la vida, dijo Guillermo "Memo" Ducuing, y en una decena de palabras concentró todo.
Memo llegó al edificio de EL POPULAR Medios con tres referentes del plantel: Jael Hojman, Bernardita Mattaini y Paloma Macías.
"Hacía un par de años que estábamos con ganas de jugar este torneo. Manejábamos la información, sabíamos de lo que se trataba y lo planificamos el año pasado, pero no pudo ser. Desde entonces fue un objetivo importante, fundamental. Ibamos a arrancar con un viaje a Chile en el verano, pero no fue posible juntar a las jugadoras. Fuimos a jugar unos amistosos con Olimpo en febrero, charlamos el tema, le pedí que no nos dejaran afuera y nos llamaron. Cuando me avisaron que tenían lugar para una categoría les dije que sí, y lo arreglamos en un día, con el apoyo del club y de los padres" reveló el entrenador.
Jael Hojman es la central del equipo, y para ella fue el primer viaje al exterior. "Para mí empezó siendo una curiosidad, quería saber de su cultura, lo que comen, el idioma. En un comienzo fue complicado, porque ellos nos entendían, pero nosotros no a ellos. Cuando empezamos a jugar nos dimos cuenta de que se podía. Nos parecía complicado, porque del otro lado había chicas muy altas, pero entramos a la cancha y nos fue bien. Fue una experiencia hermosa, inolvidable" dijo.
Bernardita Mattaini es punta, integrante de la selección de Provincia y una de las figuras del equipo. "Comprobamos un nivel muy alto, con una velocidad de pelota diferente. Las brasileñas juegan muy bien, y era lo que esperábamos para subir nuestro nivel y mejorar al mismo tiempo. Siento que ganamos en experiencia y aprendimos muchas cosas" confesó.
Paloma Macías, hija de Charly (ex futbolista de Ferro y Estudiantes, entrenador de básquetbol), es la más temperamental del grupo, la capitana, y una de las encargadas de colaborar con el cuerpo técnico para una convivencia tan larga, tan lejos y en otro país.
La estadía fue en uno de los salones del Colegio Martín Luther King. "Para nosotras era todo nuevo. Una cosa es compartir un par de días en el club y otra cosa es estar tanto tiempo juntas, y la pasamos muy bien. No hubo un conflicto, ni una discusión, aunque al final se hizo difícil: eran muchos días viendo las mismas caras, estábamos cansadas, nos levantábamos temprano, pero también ese tiempo nos llevó a conocernos mejor, sobre todo con las chicas más chicas que no formaban parte del grupo y se sumaron para este viaje" dijo.
No lo admitió, y fue necesario que lo descubrieran sus compañeras: Paloma no sólo manejaba los tiempos del equipo desde su rol de armadora; también lo hacía fuera de la cancha. "Paloma es como una mamá para nosotras; es de poner el orden, de decir cuando se terminaba la sobremesa y era la hora de dormir, cuando era de la hora de bañarse, e íbamos todas juntas al mismo lugar. No como un reto, sino para contribuir con la convivencia. Y en ese sentido Bernardita también tuvo una participación importante" destacó Jael.
"Nos queríamos matar con las 26 horas de viaje en micro, pero lo pasamos bien, lo disfrutamos" acotó.
Retomó la palabra Memo Ducuing para certificar la idea. "Viajamos con las mejores Sub 13, que tenían chicas de 11 y 12 años, con las Sub 15, y fue difícil amalgamarlas, pero no es un detalle menor que haya viajado Mauricio (Correge), que es profe y tiene un perfil de campamentista que le permite conocer mucho cuestiones del manejo de grupo. El fue clave. Me liberó para que yo me pudiera dedicar sólo a las cuestiones del juego" apuntó.
Hablar del juego, y de las respuestas que le dieron la chicas y el equipo en una competencia internacional, lo resumió en un análisis contundente: "Para terminar en el lugar que terminamos sólo era posible haciéndolo de la manera que jugamos; de lo contrario hubiésemos terminado en el puesto 28 y no en el séptimo. Todos los equipos de Brasil, hasta el de menor nivel, puestos en la Argentina serían de punta en la provincia de Buenos Aires. Jugaron todas en el nivel esperado, sino no había manera de perder sólo con el dos, tres y cuatro del torneo en un certamen de cinco países".
Memo habló de una particularidad. "La velocidad de juego fue distinta y mucho tuvo que ver la pelota. Nos encontramos con un balón más liviano, que en un principio les trajo dificultades, pero nos terminó gustando mucho" precisó.
Brasil, potencia mundial del vóleibol femenino, mostró sus credenciales. "Todos los equipos tenían, mínimo, dos jugadoras de un metro noventa; armadoras altas, un grupo de trabajo muy grande cerca del entrenador, con asistentes, médicos, operadores de video, estadígrafos, y un nivel de esponsorización muy importante en las camisetas. Están en otro nivel, claramente".
Bernardita Mattaini y la azuleña Saldaño, las dos puntas de la selección de provincia, fueron los puntos altos en la consideración individual. "Tenía que salir esa diferencia, y se notó, pero hubo muchas en buen nivel porque, repito, de lo contrario hubiese sido difícil una actuación como la que tuvimos" opinó el coach.
La relación con los brasileños fue excelente, tanto con sus pares como en la vida fuera de los gimnasios, aunque la traba idiomática fue bastante más compleja de este lado que de aquel. Pero con voluntad no hay barrera que no se pueda superar. "Acá somo más secos, en cambio las chicas de allá fueron muy cercanas, muy amigables con nosotras" ponderó Jael.
Ocho partidos jugó Estudiantes, con cinco victorias y tres derrotas. Tanto Ducuing como las chicas pusieron en primer lugar la victoria sobre San Martín de Perú, casi una selección incaica, y también la anécdota que dejó una subestimación. "Mackenzie nos puso suplentes el primer set, se lo ganamos y cuando metieron a todas las titulares no lo pudieron revertir" contó Paloma.
La derrota con Novo Trento, subcampeón y uno de los mejores equipos de la competencia, también dejó un buen sabor de boca. "Tienen un estilo distinto y fue divertido jugarles. Incluso perdiéndolo, nos llevó a jugar mejor que varios de los partidos que ganamos" acotó la armadora.
El regreso a la ciudad las sorprendió con saludos, felicitaciones, reconocimientos desde distintos ámbitos, en el club, en la calle, en el colegio.
El cierre de la charla fue de Memo Ducuing, con la frase que dio lugar a la apertura de la nota. "Quizás ahora no se den cuenta, pero esta experiencia para ellas será una marca que llevarán para toda la vida, y para nosotros una motivación para intentarlo nuevamente, el año que viene, tal vez con dos o tres equipos. Tendría que ser a partir de ahora un pilar en el año, pero no va a resultar sencillo, desde todo punto de vista".