B Metropolitana
Maxi Ferreyra es uno de los referentes de la UAI Urquiza que este martes, pese a la derrota con Estudiantes de Buenos Aires, se metió en la final del Reducido por el ascenso a la B Nacional.
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
La nariz machucada, un par de dientes desplazados, algunos centímetros cúbicos de sangre perdidos fue el precio que tuvo que pagar Maxi Ferreyra antes de meterse con la UAI Urquiza en la final de la B Metropolitana y luego de 90 minutos fragorosos y vibrantes en la revancha con Estudiantes de Buenos Aires.
Hoy son varios los nexos entre el club del partido de San Martín y el fútbol de Olavarría, pero Maxi fue de los primeros en llegar a la fusión del tradicional club de Villa Lynch con la Universidad Abierta Interamericana.
"Entramos casi por la ventana y hoy nos encontramos en este lugar hermoso. Cuando nos metimos en el Reducido todos los queríamos a Estudiantes, porque recibieron un golpe muy duro en la final que perdieron con Platense, pero después jugaron una serie bárbara con Talleres de Remedios de Escalada. Nosotros, en cambio, éramos el equipo a elegir; todos querían jugar con nosotros y eso nos hizo más fuerte" precisó.
El costo físico dejó huellas que aún se siente el día posterior al partido. "Tengo la nariz muy hinchada, del codazo que me dieron en la jugada de segundo gol de Estudiantes. Me duele más que la boca, que también la tengo re hinchada por el manotazo que me comí en el penal, que lamentablemente después no lo pudimos meter" relató Maxi poco después del mediodía, y también luego de hacer las tareas del hogar correspondiente al día libre.
"La nariz no tiene arreglo, porque viene más desde que jugaba en las inferiores de Estudiantes, pero el diente que me retrocedieron (sic) lo voy a hacer ver con el dentista cuando todo esto se termine" prometió Maxi.
"La alegría compensa todo" advirtió el pibe formado en Estudiantes. "La UAI hace tiempo que viene buscando un ascenso. El fútbol a veces es muy egoísta, pero a veces tiene justicia divina y por suerte nos pagó a nosotros con esta final, que premia el trabajo que viene haciendo y el laburo de Cristian Aldirico, que vive las 24 horas del día por el fútbol" subrayó.
"Un par de arbitrajes dudosos nos sacaron del medio en el campeonato, terminamos entrando por la ventana y ahora quedan dos tremendas finales y vamos a dejar todo por lograr el ascenso" prometió.
Maxi destacó la calidad humana del grupo, que tiene mucha relación con Olavarría: Nacho Pietrobono y Carlitos Battigelli tuvieron su mismo origen, en Estudiantes; Cristian Aldirico visitó asiduamente la Ciudad con sus equipos y dirigió a los albinegros en el Argentino "C" y el uruguayo Mathias Buongionro (ex Racing) echó raíces por aquí, con esposa e hijo olavarrienses.
"El Pocho es el más olavarriense de todos los nosotros. Va más seguido por la Ciudad que Carlitos, Nacho o yo", bromeó y acotó que "el fútbol de Olavarría siempre está en las conversación, entre los mates y con tan buena gente todo se hace más llevadero".
De la promesa más importante entre los delanteros que asomaban en las inferiores de Olavarría, mucho camino ha recorrido hasta este mediocampista o lateral por la derecha; inclusive un paso por River. "Por suerte jugué mucho, que era lo que más esperaba, y después pelear esto, que es lo que uno quería de tantos años acá en el club" expresó.
El rival en las finales, desde este sábado en Villa Lynch, será Defensores de Belgrano. "Le ganamos los dos partidos y jugando mucho mejor que ellos, pero esto va a ser diferente. Tienen gente grande, con mucha más experiencia que nosotros y van a ser dos partidos muy complicados" cerró.