Delia Taborda tiene 62 años. Ayer esperaba el colectivo en Trabajadores y Laprida para ir al hospital. Alguien le colocó un objeto que ella definió como "un arma" en la axila mientras le dijo "dame la cartera o te mato". Tenía 180 pesos, documentos personales y órdenes y carné de la obra social.
Como el transporte estaba próximo a llegar, su hija que vive en barrio Jardín, decidió seguir con sus quehaceres domésticos. En ese instante que su madre cruzó la avenida para esperar el colectivo, un desconocido la atacó por detrás y "me puso un arma en la axila" mientras le exigía: "Dame la cartera". Consciente de que allí estaban sus documentos, el carnet de PAMI, las órdenes para los análisis, además de anteojos y medicamentos recetados, Delia se negó a entregársela sin medir el riesgo que corría.
El delincuente, que en todo momento se mantuvo detrás suyo y del que sólo pudo ver que "era joven y flaco", lejos de amedrentarse por la negativa, movió levemente su brazo hasta el cuello de la jubilada y presionó el arma contra el maxilar. "Dame la cartera o te mato", fue su respuesta. La mujer, entre cuyas pertenencias también había unos 180 pesos, no tuvo más remedio que entregársela para que el desconocido luego se perdiera a sus espaldas, entre las calles del barrio.
Presa de un ataque de nervios, Delia Taborda regresó a lo de su hija, quien alertó de inmediato a las autoridades policiales. La mujer, entre lágrimas, se lamentaba por partida doble. Es que sumado a la pérdida económica que supone el dinero, los medicamentos y los anteojos robados, "está todo el tiempo perdido para sacar las órdenes, más el que habrá que perder ahora para hacer duplicados del carnet y del documento. Después de esto, no creo que los estudios del corazón me vayan a dar bien".