World Pádel Tour
Emocionante crónica de un periodista español, luego de la clasificación de los pibes a las semifinales del Open pucelano
Están aún en "pañales", pero les sobra calidad y condiciones como para llegar a hacer historia en el pádel. Hoy han conseguido algo que recordarán para siempre, incluso cuando se emborrachen de éxitos en los próximos años. El haber accedido por primera vez a unas semifinales del circuito profesional es algo reservado para muy pocos, y no se les olvidará que ha sido en la Plaza Mayor de Valladolid.
Juan Tello y Fede Chingotto han logrado emocionarme, me han hecho gritar delante del ordenador y la primera persona que se me vino a la mente fue Sandra, no mi mujer que estaba a mi lado sin entender mi estado de locura, sino la mamá de Fede que estaría llorando a moco tendido en Olavarría viendo a su "niño" hacerse gigante en la Plaza.
Cada smash del Gato Tello llevaba la fuerza de toda Córdoba y cada volea del pequeño Fede la impulsaba toda Olavarría. Un triunfo que se celebraba en Argentina pero también en el lejano Coín, ese pueblo de Málaga que los ha cobijado cuando el año pasado llegaron a España como ganadores de la Fabrice Pastor Cup y con el apoyo de Monte Carlo International Sports.
Mi relación con ellos se generó a partir de ese momento y su humildad me cautivó. Soy testigo directo del esfuerzo que representa para ellos estar aquí en Europa cumpliendo su sueño, como empezaron tantos otros fenómenos como Juan Martín Díaz, Fernando Belasteguín, Matías Díaz o Pablo Lima con sus 5 euros en el bolsillo. (Por Oscar Solé Beninca)