FUTBOL

La fiesta de Racing en su regreso a casa

Reapertura de "Buglione Martinese"

En una fuerte demostración de su reverdecer institucional y futbolístico, Racing convocó este domingo a más de 1500 personas para volver a su renovado escenario y bautizar con el nombre de José Lucio Paramio a la platea techada.

Daniel Lovano / elpopular.com.ar

Fotos: Marcelo Kehler

Le dieron duro a Racing... Le apuntaron arteramente, lo condenaron sin juicio previo y hasta celebraron su caída sospechando que era un final sin vuelta atrás. Pero se equivocaron.

Demonizaron su fútbol hace cuatro años, cuando era lo más importante que tenía el deporte de Olavarría; lo asfixiaron económicamente cuando el despilfarro de recursos públicos en el deporte apuntaba hacia todas las direcciones. Menos hacia uno.

Lo tiraron casi hasta lo más profundo, y en ese momento especularon con que no iba a tener fuerzas suficientes como para reaccionar; quizás les faltó tiempo. Pero así como lo empujaron hasta el borde del abismo, solo, sin dádivas políticas, empezó a levantarse.

Serán tres de sus grandes orgullos: llegó hacia lo más alto por mérito propio, no dejó su lugar de privilegio en el fútbol argentino, sino que se lo arrancaron a la fuerza, y le pertenece este renacer que tuvo este domingo una nueva muestra con la reapertura del "Buglione Martinese".

Con 1500 personas en las tribunas según los cálculos más conservadores, con más de 1800 según los anfitriones se reabrió este domingo el "Buglione Martinese", que a una hora y media para el comienzo del partido central ya tenía en las tribunas el triple de la media que convoca el fútbol doméstico.

Estuvieron muchos, no faltó casi nadie de los apellidos que construyeron solos una década de gloria para el fútbol olavarriense, empezando por "Popa" Paramio -claro-, siguiendo por Oscar Saldías, Rubén Novillo, el contador Spina, Oscar Angeletti, Sergio Sarfield, Mariano Ferro, etc.

La gente se distraída con los goles que se perdían los chicos de la reserva a medida que se iban cubriendo las tribunas; largó la primera ovación con el golazo de Tomy Spitale para redonder al 3-0 final. Fue la primera, pero no la única, sí la menos intensa.

Cerca de las 15.20 los actuales dirigentes, encabezados por el presidente Carlos Orifici, abandonaron por un instante un generoso bajo perfil para convocar a los que cupieran en el ingreso a la platea techada, donde esperaba una placa cubierta con una tela negra.

Exactamente a las 15.34 la tribuna fue bautizada con el nombre del hombre que en 1994 dejó la comodidad de la opinión detrás de un micrófono para comprometerse definitivamente con su escudo y sus colores: José Lucio Paramio.

"Popa", bah... Que para vivir una de las grandes emociones de la vida tuvo a toda la familia a su lado. Quizás por primera vez desde que el "Buglione" es en "Buglione" y desde que Popa volcó todos sus sueños y todas sus energía en estos colores que ama.

Ana Manzur fue la maestra de ceremonia, en un primer momento con un relato histórico sobre la grandeza de un estadio que albergó a lo más grande que vivió el fútbol de Olavarría en estos 47 años de vida: amistosos con los equipos poderosos, dos campeonatos Nacionales de Loma Negra, la presencia de la selección soviética en el otoño de 1982 y el brillo propio. La "década ganada" por Racing, con diez años grandes en los campeonatos del Consejo Federal, tres finales de Argentino B, dos ascensos al Argentino A, cuatro participaciones en la principal categoría de fútbol del interior, dos rondas finales de Copa Argentina.

Después una reseña sobre el gran homenajeado de la jornada, "quien encabezó lo mayores procesos históricos en el fútbol de este club y de la Ciudad durante 10 años, y tuvo sus momentos culminante en mayo de 2005 en Pergamino y el 22 de julio de 2011 frente a Deportivo Roca, aquí mismo".

Ana subrayó que en "Popa" se homenajeaba en cierto modo a los dirigentes que llevaron en la última década al fútbol y al deporte de Olavarría hasta lo más grande.

Para darle paso al partido (porque hubo un partido en el programa de la jornada), Popa bajó hasta el verde césped, dio el puntapié inicial y se ganó la ovación más grande de la tarde. Enseguida entró el equipo, y la aguja de medidor sonoro marcó un par de líneas menos.

"Toda la gloria deportiva de este siglo nos pertenece, y la conseguimos por mérito propio" concluyó. Antes, Ana había arrancado diciendo que la reapertura del Buglione Martinese simboliza "la ambición de retorno al camino de los logros deportivos".

Contra una cosa y contra la otra; contra la historia y contra la pasión, no hay verdugo que prospere...

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