Cambios en la AFA
El ex entrenador de Racing figura como uno de los candidatos para hacerse cargo de los juveniles, junto con Claudio Vivas, Fabio Radaelli y Gabriel Batistuta.
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
Carlos Ranalli llegó a Racing en el invierno de 2011, cuando las operaciones anti-Racing desde San Martin y Rivadavia estaban en el punto más álgido, y por supuestos llovían las críticas "a estos dirigentes que traen a cualquiera y nunca les dan oportunidades a los locales".
Ranalli estuvo un semestre en Olavarría, Racing hizo una campaña excepcional que virtualmente lo salvó de descenso al cabo de la primera rueda y lo metió en la fase final de la Copa Argentina (al año repitió). Eran tiempos que en el Palacio de todos los olavarrienses ni siquieran le abrían las puertas.
El entrenador cordobés se fue antes de finales de 2011 para hacerse cargo de la coordinación general de las divisiones de Lanús (nada menos) y desde hace un par de años está al frente de las formativas de Talleres de Córdoba, el club que preside uno de los dirigentes más importantes del fútbol mexicano, Andrés Fassi, socio en el Grupo Pachuca de Carlos Slim (el hombre más rico del mundo).
Ranalli hoy suena como uno de los candidatos para hacerse cargo de las selecciones juveniles argentinas. Lo mencionaron este jueves por la noche Balasone en La Red y Mariano Clos en Radio Continental, en una competencia que tendría como contendiente al ex asistente de Bielsa Claudio Vivas (de enorme trabajo en las inferiores de Estudianntes de La Plata), el juarense Fabio Radaelli (muy vinculado con Olavarría) y Gabriel Omar Batistuta.
De otro lado de teléfono, Ranalli atendió este viernes a EL POPULAR Medios. "No tengo nada concreto, pero me han llamado varios periodistas para consultarme sobre este tema, no sólo de Córdoba, sino también de medios de Buenos Aires. Hablaron de nuestro trabajo en Talleres, pero formalmente no hay nada" comentó Ranalli.
Pasó el tiempo, y como siempre se encargó de poner las cosas en su lugar. Los dirigentes de Racing en aquel tiempo no vivían tan sentados en el error (como quisieron hacer creer) y sus detractores ya no están más en el Palacio San Martín.