Copa Davis
Gustavo Tavernini, desde Italia, analizó la serie ganada por la Argentina, y la soberbia actuación de su pupilo, Federico Delbonis. "Con Fognini siempre son partidos cerrados y con un alto voltaje emocional" contó.
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
Gustavo Tavernini emprendió su regreso a Sudamérica, para trabajar en la logística para Federico Delbonis en los Juegos Olímpicos, mientras su pupilo vuela hacia la otra punta del continente, donde afrontará el Master 1000 de Toronto. Por los ecos siguen, de la gran actuación del azuleño en Pesaro, donde le dio a la Argentina la clasificación para las semifinales de la Copa Davis.
Antes de embarcar en Fiuminicino, el calerense analizó la tremenda actuación de azuleño frente al Mar Adriático, paso a paso. Desde la no presencia en la victoria sobre los polacos.
"Después de no estar en la primera serie, por elección de calendario, volver a estar para defender los colores argentinos nos llenaba de desafíos, pero también de una gran responsabilidad, porque llegamos a esta serie con Feder como jugador Nº 1 del equipo, y compañeros de larga trayectoria e historial, y todo esto no hacía más que motivarnos para lograr rendir el máximo" confesó Tavernini.
Pesaro se convirtió en una obsesión para Delbonis. "Luego de Wimbledon podríamos haber regresado a Argentina, pero optamos por quedarnos en Alemania y prepararnos bien para la tierra, y sobre todo adaptarnos al calor, porque pasamos de los 15 a 18 grados de Londres a los 27/28 en Mannheim (Alemania), y luego a los 32/34 grados de Pesaro Italia. Una de las razones fundamentales de la adaptación fue para llegar como llegamos, preparados a un ciento por ciento" subrayó.
En la península se trabajó sobre la sintonía fina para tres días históricos. "Ya en Italia, comenzamos con los entrenamientos el domingo anterior y siempre las sensaciones fueron buenas. Obvio que a medida que avanzaba la semana subía la ansiedad y así sucedió el partido del viernes frente a Seppi. Sabíamos de las virtudes del rival, pero entendía que si Fede podía desarrollar su juego, nos íbamos a imponer, como al final sucedió" comentó.
Gustavo evaluó que "sin jugar un gran partido, lo pudo sacar adelante y, sobre todo, por ser el punto inicial que siempre no es fácil disputar. Esto el grupo lo festejó y nosotros pasamos a prepararnos para lo que seguía".
El relato del profe que llevó a Federico Delbonis entre los mejores del mundo siguió con su relato cronológico. "Como todos los vieron, Pico (Mónaco) no pudo con Fognini, que realmente jugó impecable. Después jugamos un doble que no tenía experiencias anteriores con Guido (Pella) y Juan Martín (Del Potro) e hicieron un gran match y nos quedamos con el punto, y una ventaja que nos dio la programación debido a la lluvia, con un plus de horas en pista y de desgaste para el día siguiente para Fabio (Fognini)".
Gustavo tenía las mejores sensaciones antes de irse a dormir. "En la noche anterior, en reunión de amigos, sentía que Fede estaba preparado para definir la serie. Muy en mi interior intuía que no había quinto punto, y fue un día espectacular. A pesar de no llegar a su máximo de juego, pudimos sacar adelante un partido complicado, además de lo que es jugar Copa Davis, y ante un rival como Fabio, que a esta altura ya somos un clásico. Con él siempre disputamos partidos cerrados y con un alto voltaje emocional", cerró.