Primera de la LFO
Este lunes se reunieron dirigentes con autoridades policiales y así lo decidieron luego de los incidentes protagonizados por la porción más radical de su hinchada en la cancha de El Fortín. Será hasta que el "Buglione Martinese" esté en condiciones
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
Mientras el mejor jugador de todos los tiempos avisa que (tal vez) nunca más vaya a jugar al fútbol en una cancha argentina, los delincuentes siguen ganando espacio en el fútbol nacional dentro de los estadios, en las tribunas y en los escritorios, ante la impotencia de la inmensa mayoría de buena voluntad que sólo pretende seguir disfrutando de un hecho más cultural que deportivo.
En el ámbito doméstico, pasan los años y los campeonatos, sin distinción de categorías, y no aparece una solución que erradique definitivamente de los estadios a ese auténtico cáncer que es la minoria más violenta de la hinchada de Racing. Un ínfima porción, pero incontrolable hasta ahora (menos con operativos que dejan mucho que desear, como se ven en estas canchas).
Este domingo volvieron a escena. No escarmentaron con la suspensión, porque su cosmovisión está infectada, no hay antídoto posible. La única salida es que no pisen nunca más un escenario deportivo, pero nadie toma esa decisión, ni aquí, ni allá, donde son cómplices de negociados con dirigentes, políticos, gremialistas y otras yerbas.
Este lunes hubo noticias, como derivación de los incidentes protagonizados este domingo en la cancha de El Fortín, y luego de reuniones entre dirigentes y autoridades policiales, consensuaron que Racing jugará a puertas cerradas hasta que no pueda habilitar su estadio (en refacciones).
"Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo económico, para armar el equipo que armamos, y el club sigue drenando recursos en operativos policiales. Ahora, además, tenemos que hacernos cargos de los alambrados rotos en la cancha de El Fortín y todavía que los dirigentes nos cedes sus instalaciones, no es justo que se las devolvamos rotas." dijo este lunes una fuente chaira.
En consecuencia, los chairas de buena voluntad (la inmensa mayoría) ya no podrán volver a ver a su equipo, ni los jugadores sentir el calor de su gente por culpa de estos imbéciles. Por lo menos hasta que el "Buglione Martinese" vuelva a estar en condiciones de recibir un partido de fútbol...