Tenis adaptado
Roberto Fresta, toda una referencia en el tenis olavarriense, fue el primer entrenador que tuvo Gustavito Fernández. "Empezó acompañando a su madre y no lo abandonó más" dijo, y acotó: "A fin de año por ahí lo tengamos en Olavarría".
Roberto Fresta, con miles de horas dentro de una cancha de tenis, fue el primer en asombrarse con el talento fuera de lo común que mostraba "el hijo del Lobito", tal como se lo conocía hace más de una década a Gustavito Fernández, hoy dueño de los titulares en todos los portales por su consagración en el abierto de Roland Garros.
"Como todos sabemos, el padre jugaba en el gran equipo que tuvo Estudiantes y Gusty se inició en el club conmigo" contó Roberto Fresta, y dio más datos: "Su mamá, Nancy, venía bastante seguido a jugar al tenis, tomaba clases también conmigo y Gusty a esa edad la seguía mucho, al igual que al padre, por supuesto. Empezó, le gustó y se venía que tenía una coordinación y una garra impresionantes".
"De a poquito yo lo fui enseñando un poco de tenis y él me enseñaba a mí como manejar la silla. En mi vida hice muchísimos cursos y nunca nos dieron herramientas de cómo manjar una silla. En ese tiempo no era tan conocido el tenis en sillas de ruedas, y cuando se fue de acá ya jugaba muy bien al tenis"
Fue un aprendizaje mutuo. "Siempre charlábamos con los padres que pese a su edad, que era muy chico, Gustavito me enseñaba cómo manejarse sobre una silla y como manejarse en la vida, también" subrayó Roberto.
"Se veía desde chiquito que era un fenómeno. Tenía una coordinación poco común. El tenis de por sí es bastante difícil, y sobre una silla de ruedas mucho más aún, y él lo hacía con una naturalidad como si hubiese nacido para esto" destacó Roberto.
La familia Fernández sigue muy ligada a la Ciudad, Gustavito también. "No nos vemos hace un tiempo, pero a través de la tecnología, con las redes sociales estamos en contacto y nos mandamos mensajes" reveló Roberto, quien vivió uno de los días más especiales en su carrera como docente.
"Orgulloso de haber puesto mi granito de arena, aunque tal vez haya sido una casualidad, porque para ello Gustavo debió venir a jugar a Olavarría, pero se dio que justo estuviera acá y que haya empezado conmigo" cerró Roberto Fresta, el primer maestro de Gustavito Fernández.
Que dejó otro dato antes de la despedida: "Tal vez antes de fin de año, lo tengamos jugando en Olavarría".