LAMADRID

El ritmo de la campaña de cosecha gruesa

Balance preliminar

En La Madrid se retrasa la trilla de soja y el girasol no rindió lo esperado. El factor climático, clave para la situación.

Como es de suponer, el factor climático es clave en la producción agropecuaria y el efecto de "El Niño" ha hecho mella también en los campos lamatritenses. La acumulación de humedad en los campos está retrasando la cosecha de soja mientras que los rindes del girasol han sido dispares según los distintos puntos del distrito, analizan los especialistas, que esperan una mejora en las condiciones.


En el primer tercio de este 2016 se acumuló prácticamente el mismo milimetraje que en igual período que el año anterior, pero a diferencia de aquel los campos recibieron más agua en el final del 2015, esto hace que los suelos retengan mucha humedad aún.


Respecto a la cosecha de girasol, los profesionales consultados por esta Agencia informaron que está prácticamente concluida y que los rindes no fueron los que se esperaban, aunque estimaron que promediaron los 1.800 kilogramos, según la zona. "Hubo lotes donde se veían lindas plantas pero al levantarlas pesaron mucho menos", comentó Facundo Pernas.


Según suponen los técnicos esta situación se pudo haber dado "por una lavada en la época de la floración".


Un informe de situación de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca (que recopila datos de productores, acopios y cooperativas de distritos linderos a La Madrid) detalla que los rindes estuvieron "por encima de la media y aceptable calidad comercial", sin embargo hace la salvedad de que la superficie implantada se contrajo en un 12% comparando en el ciclo 2014-15 y el 2015-16, además advierte que "la oleaginosa anotó una productividad levemente menor a la de la pasada campaña".


Sobre los trabajos de trilla de soja, coincidieron en que se han estancado cuando aún no se había recogido más de un 15 por ciento de lo sembrado. Esto se debe a las lluvias y los altos índices de humedad que se han registrado en General La Madrid en las semanas anteriores, por lo que productores y empresarios esperan que en los próximos mejoren las condiciones climáticas para que las máquinas vuelvan a los cuadros.


"Lo poco que se cosechó fueron pruebas y se levantó con humedad por encima de los límites. Igualmente las expectativas son muy buenas", indicó el ingeniero Pernas.


Regresando a la cuestión de los laboreos, el profesional detalló que los pisos no están evaporando con rapidez y se suma la presencia de neblinas matinales constantes, lo que está ocasionando que las horas sean cada vez más escasas.


Mirando al futuro


Si bien aún es temprano para saber con exactitud si los chacareros se inclinarán, este año, por los cereales de fina, los informes preliminares -y los profesionales también- anticipan que podría haber una ganancia de superficie sembrada con trigo en La Madrid.


Se calcula que podría crecer entre un 20 y un 25 por ciento; esta situación se debe al incremento de los precios del cereal.


"Acá, en La Madrid, hay un piso por los terrenos que tenemos. Los campos ganaderos necesitan de fina por una cuestión de rotación por eso la superficie sembrada no puede disminuir más y se mantiene por una cuestión lógica. Si se abre alguna posibilidad de negocio puede llegar a intentar pero eso se verá más adelante", mencionó Facundo Pernas.


"Niño, deja ya de..."


En el primer tercio de este 2016 se acumuló prácticamente el mismo milimetraje que en igual período que el año anterior, pero a diferencia de aquel los campos recibieron más agua en el final del 2015, esto hace que los suelos retengan mucha humedad aún.

"El Niño" está dejando su marca, coinciden los ingenieros agrónomos consultados. Y los últimos registros así lo confirman ya que el promedio anual histórico de lluvias en el distrito alcanzaba los 700 milímetros y en años consecutivos se ha sobrepasado en casi un 30 por ciento.

"El otoño no es tan seco como antes y cada vez que llueve tarda varios días en desaparecer la humedad por evaporación", sintetizaron los profesionales como algunas de las consecuencias del fenómeno.

"En un año normal se cosecha a partir del mediodía hasta que baja el sol; el viento y las heladas también ayudan pero esto no está ocurriendo y las plantas están ''blandas'', por eso se dificulta el trabajo de las máquinas y se hace pesada la labor. Se necesita viento y sol para poder seguir", coincidieron los expertos consultados.

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