Darian Américo
Una vez finalizada la participación en el Torneo Provincial de Clubes, el basquetbolista de Ferro inició un largo viaje, que lo tendrá durante un año en la lejana Nueva Zelanda.
Daniel Lovano / elpopular.com.ar
La iniciativa nació a mediados de 2014, casi a la par que se jugaba la Copa del Mundo en Brasil; la aventura se puso en marcha con el último dribbling, la última canasta, el último rebote, la última defensa de Darian Américo con Ferro en el Torneo Provincial de Clubes.
El 19 de febrero se cerró la presencia carbonera en el TPC con un triunfo 98-92 sobre Sud América de Tolosa, y se abrieron definitivamente las puertas de un mundo desconocido, con la inminencia del viaje a Nueva Zelanda.
"Este viaje surgió a mediados de 2014, viendo fotos de un conocido que estaba en Nueva Zelanda, y con mi novia (Julieta Vazzano) nos empezamos a entusiasmar con la idea de hacer algo fuera de lo cotidiano. En septiembre de ese año aplicamos por Internet para obtener la visa Working Holidays (un programa diseñado para trabajar y recorrer por distintos lugares del mundo), pero lamentablemente ese año no se nos dio ya que hay sólo 1000 cupos disponibles y miles de personas intentan obtenerlos" contó Darian del otro lado del mundo, con el huso horario totalmente a contramano.
"El año pasado nuevamente en septiembre volvimos a intentar y gracias a un par de amigos que nos dieron una mano logramos quedar entre los 1000 afortunados que obtenían la visa; Juli con un poco mas de sufrimiento que yo, porque se la confirmaron un mes después que a mí" agregó.
Los términos del programa no dan lugar a titubeos. "Desde el momento que te aprueban la visa tenés un año para entrar al país, y a partir del día de tu llegada empieza a correr el año de habilitación para trabajar y residir en Nueva Zelanda. Nosotros decidimos viajar en marzo, así yo podía finalizar mis trabajos en las colonias de vacaciones como profe y completar la segunda fase del Provincial con Ferro" confesó.
Una semana y algunos días después de aquel partido con el equipo tolosano, Darian y Julieta estaban al pie de la escalerilla, en Ezeiza, despidiéndose de sus afectos. "El 1 de marzo nos subimos al avión rumbo a Nueva Zelanda, pero hicimos escala de un día en el asombroso Dubai, donde con la visa de turista tuvimos la posibilidad de recorrer y conocer los lugares y puntos más importantes de esa increíble ciudad. Luego continuamos viaje y finalmente llegamos a Auckland; estuvimos unas horas recorriendo, hasta la llegada del colectivo que después de 6 horas por caminos increíbles y paisajes alucinantes, que nos dejó en Gisborne, una ciudad ubicada bien al este de la isla norte".
La recepción amortiguó bastante el impacto del desarraigo. "Nos estaba esperando una pareja de amigos, también de Olavarría, Natalia Amado y Pedro Peruilh, nuestros guías oficiales en Nueva Zelanda", bromeó. "Unos genios que nos abrieron las puertas y nos ayudaron con todas las ansiedades e inseguridades del arribo a un nuevo país. Con ellos nos trasladamos a Opotiki, un pueblito a 150km de Gisborne, en una zona llamada Bay Of Plenty, con una linda playa para disfrutar".
En las ocupaciones de Darian mutaron de la colonia de vacaciones y los compromisos con Ferro en el TPC a una empacadora en Opotiki del tradicional fruto, pero no tanto, introducido en 1904 desde la China a Nueva Zelanda. "Acá es donde actualmente estamos viviendo y trabajando en una packhouse, una fábrica que se dedica a empacar kiwis. Trabajamos 6 días a la semana durante diez horas hasta fines de junio, que vence nuestro contrato con la empresa Opac. Vamos a estar ubicados acá y obviamente haciendo escapadas para conocer nuevos lugares en los días libres".
"La idea del viaje es quedarnos un año, que es el tiempo que nos permite la visa, e ir trabajando por 2 o 3 meses en distintas ciudades y así poder recorrer el país, conociendo todo Nueva Zelanda, toda la isla norte y la sur" reveló Darian.
Laburo hay, pero la aventura, aventura... también se largó: "Empezamos a trabajar hace 15 días y durante los días previos al inicio de la temporada de kiwis tuvimos la posibilidad junto con Pedro y Nati de salir a recorrer y conocer paisajes hermosos, y ciudades como Auckland (donde esta la famosa Sky Tower, la construcción más alta de Nueva Zelanda), Waiheke (una isla cercana, minada de gente latina y playas hermosas), Rotorua (famosa por las aguas termales) Hahei (con una increíble playa de la cual brota agua caliente de una napa subterránea cercana, por la actividad volcánica), la Península de Coromandel (donde está la famosa Cathedral Cove, una cueva en una playa paradisíaca, donde se filmaron algunas pelis famosas), Taupo (con el lago más grande de Nueva Zelanda como principal atracción), Gisborne y Whakatane por nombrar algunas otras".
"La semana pasada por ejemplo fuimos también al Parque Nacional el Tongariro, donde realizamos una caminata de casi 8 horas por la montaña y que en la cima tiene unos lagos de colores sacados de las películas" relató asombrado.
Mientras cada semana van dejando de ser desconocidos lugares asombrosos de Nueva Zelanda, aparecen otros proyectos para los que será la estadía en el lado opuesto del mapamundi. "Si podemos, finalizando la visa y con los ahorros juntados de los trabajos nos gustaría conocer algunos países del sudeste asiático, por ejemplo Vietnam, Malasia, Singapur, Indonesia, Camboya y Laos. Pero todos estos paseando como turistas".
Por las dudas, como para que la familia acá no empiece a sentir con más dureza la distancia, Darian aclaró que "es aventurado por ahí hablar del futuro acá tan lejos, así que hoy por hoy pensamos en vivir el presente a pleno y disfrutarlo. Veremos que va saliendo con el correr de los meses".
La admiración por la belleza del paisaje no quita espacio a las relaciones humanas, aún lejos, aún frenta a lo desconocido y las diferencias culturales. "Me sorprendió y me sigue sorprendiendo todo de este lugar: sus costumbres, la gente y hasta lo cotidiano. Es muy loco en el día a día encontrarse charlando con compañeros de trabajo de India, Francia, Inglaterra, Tonga, Fiji, República Checa; todos sentados a la misma mesa, almorzando por ejemplo" contó.
"Espero poder seguir conociendo lugares, aprendiendo, sumando experiencias y amigos a lo largo de mi viaje" prometió, porque esto recién comienza para Darian y Julieta, y quedarán por contar muchas más cosas de las ya contadas.